Objetivo. Determinar las creencias y motivos significativamente asociados con el consumo y no consumo de cannabis en escolares de la ciudad de Valencia, analizando diferencias en cuanto al sexo.
Material y métodos. Diseño transversal. Participan 1.324 estudiantes con una edad media de 14,86 (DT = 3,17); 47,7% son hombres. Se utilizan las pruebas de χ2 y regresiones logísticas.
Resultados. Negar que el consumo de cannabis afecta la salud física y mental y el entorno social está asociado con probar o consumir ocasionalmente o a diario cannabis; y creer que es bueno para lograr un objetivo se asocia igualmente con el consumo ocasional o diario. Los chicos señalan más que las chicas que el consumo es bueno para lograr un estado emocional u objetivo. Creer que "si controlas, no pasa nada" se encuentra asociado con el consumo experimental, ocasional y diario; y negarlo, con no probarlo nunca. Los motivos asociados con consumir son el de relajarse, divertirse y olvidar los problemas. El motivo más señalado para no consumir es porque perjudica la salud física y mental. Los chicos señalan más que no han consumido porque es caro y por convicciones personales de tipo moral; las chicas, por sentirse bien y saber divertirse sin drogas.
Conclusiones. Es relevante reforzar las creencias sobre los efectos negativos del cannabis a nivel físico, mental y en el entorno social, aun cuando se percibe que se controla el consumo. Los motivos para reducir la tensión son potenciales para el consumo ocasional o diario; es por ello necesario enseñar o facilitar alternativas de ocio y relajación.
Objective. To determine the beliefs and motives significantly associated with the consumption and not consumption of cannabis among scholars in Valencia city, analyzing differences by gender.
Material and methods. Transversal design. 1,324 students participated, with a mean age of 14.86 (SD = 3.17), and 47.7% are men. χ2 tests and logistic regressions are used.
Results. Denying the negative effects on both physical and mental, and to the social environment is associated with testing the substance, and occasional or daily consumption, and believing that consumption is good for achieving a goal is associated with occasional and daily consumption. The boys indicate more that the consumption is good to achieve an emotional state or goal. The belief "if you control, nothing happens" is associated with experimental, occasional and daily consumption, and denial, to never try. The reasons associated with current consumption are to relax, have fun, and forget the problems. The motive most indicated for hadn´t consumed it, is because it harms the physical and mental health. The boys indicate more to no consume because it´s expensive and due personal convictions of moral type; the girls, due they feel good and to be able to amuse without drugs.
Conclusions. It is important to reinforce beliefs that negative effects of cannabis occurs on the physical, mental and social environment, even when it is perceived that the consumption is being controled. Reasons for reducing stress are potential for consuming occasionally and daily; it is therefore necessary to educate or provide alternatives for leisure and relaxation.
Introducción
En España, según el Informe de la Encuesta Estatal sobre uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanzas Secundarias 2008, el cannabis es la droga ilegal más consumida por los estudiantes de 14 a 18 años; y es la tercera sustancia más consumida después del alcohol y el tabaco1. A nivel europeo, el último boletín oficial del Observatorio Europeo sobre la Droga2 informa que en España un 10,1% de la población de 15 a 64 años ha probado esta sustancia en los últimos 12 meses (solo superado por Italia, con un 14,6%); y entre la población estudiantil de 15-16 años, la frecuencia es del 36%, siendo uno de los países con mayor prevalencia de consumo de cannabis en este segmento de la población. Además, España es uno de los países donde el consumo ha crecido más rápidamente, señalando algunos autores que esta "escalada del consumo de cannabis" no solo es debido a variables personales, sino contextuales o sociales como son: la normalización del consumo que se está produciendo en España3, el aumento de la baja percepción de riesgo en los últimos años4 y la gran accesibilidad al cannabis5.
Estos datos son preocupantes, por el impacto negativo que tiene el cannabis sobre la salud, a corto y largo plazo. A nivel físico, favorece enfermedades broncopulmonares, determinados tipos de cáncer, arritmias y taquicardias6. Y a nivel psicológico, interfiere en funciones cognitivas como son la memoria, la concentración, la abstracción y la atención6-8. Se asocia, igualmente, con la existencia de síntomas depresivos, reacciones agudas de ansiedad y trastornos de ansiedad o depresión a largo plazo9,10; con la impulsividad, la conducta agresiva y la delincuencia —especialmente si se consume desde temprana edad y a mayor frecuencia—10,11; con el riesgo de padecer psicosis o esquizofrenia12, experimentar con otras drogas ilegales10,13, realizar conductas sexuales de riesgo14 y padecer accidentes de tráfico15. Las consecuencias de fumar cannabis son más pronunciadas entre aquellos que inician el consumo antes de los 16 años o que consumen durante la adolescencia, ya que el consumo provoca cambios neurobiológicos durante períodos de desarrollo del cerebro16-18. Así mismo, los síntomas depresivos y el bajo rendimiento escolar que se producen por los efectos a nivel cognitivo hacen que se asocie su consumo con un aumento del absentismo escolar y abandono prematuro de los estudios en población joven6,8,14.
La literatura científica ha puesto de manifiesto una relación recíproca entre el uso de drogas y las creencias sobre el uso de drogas. El estudio sobre las creencias y su grado de impacto para el consumo o no consumo de cannabis permitirá determinar qué percepciones sobre el cannabis deben reforzarse o desmitificarse, tanto para disminuir la probabilidad del consumo, como para fortalecer o instaurar actitudes negativas hacia la sustancia y su consumo. La actitud puede entenderse como una tendencia psicológica que se expresa a través de la evaluación favorable o desfavorable de un objeto concreto, siendo la asignación de aspectos positivos o negativos a ese objeto actitudinal lo que da lugar a las actitudes positivas, negativas y neutras19,20. Un estudio sobre el proceso de abandono espontáneo del consumo de drogas en poblaciones de algunos países confirma la influencia del proceso cognitivo, independientemente del ambiente cultural o tipo de sustancia21. Por lo tanto, un estudio que analice las creencias significativamente asociadas al consumo permitiría diseñar mensajes publicitarios o charlas preventivas que tuvieran mayor impacto para la prevención del consumo de cannabis.
Del mismo modo, es necesario evaluar las creencias y motivos asociados al consumo, dado que entre las últimas teorías publicadas sobre la adicción, las evaluaciones (creencias) y los motivos (experimentados como sentimientos de "desear", "querer" o "necesitar") tienen un rol primordial dentro del sistema motivacional para la ejecución de las conductas de consumo22. Por otra parte, conocer los motivos frecuentemente señalados para no haber consumido nunca cannabis permite determinar factores individuales y/o del entorno que contrarrestan o aminoran los factores de riesgo para el consumo.
En España, los estudios sobre los aspectos cognitivos y motivacionales para el consumo de cannabis en población adolescente son escasos. Destacan, entre ellos, el estudio de Olivar y Carrero23, donde señalan que las actitudes que más impacto tienen para el consumo, en una muestra de 214 estudiantes, son las que asocian el consumo de cannabis a la diversión, la creatividad, y la relajación. Y el estudio de Morales et al24, con 2.043 escolares de 3.º de ESO, que muestra que el consumo de cannabis se asocia positivamente con las expectativas de que relaja y facilita las relaciones sociales y sexuales, y negativamente con las creencias de que puede producir alteraciones intelectuales, del comportamiento y tener efectos negativos para la salud, siendo la principal razón para iniciar el consumo la curiosidad, y para continuarlo, querer sentirse mejor y olvidar los problemas. A nivel internacional, estudios sobre los factores de riesgo para el inicio del consumo de cannabis han sido analizados en una revisión sistemática25, los componentes motivacionales y cognitivos sobre el consumo de cannabis. Considerando estos antecedentes, es necesario incrementar y profundizar el estudio de las creencias y motivaciones asociadas al consumo de cannabis en población joven escolarizada, tanto a nivel nacional como internacional.
El objetivo del presente estudio es determinar las creencias y motivos significativamente asociados con el consumo y no consumo de cannabis en población escolarizada de la ciudad de Valencia, en España, analizando diferencias en cuanto al sexo. Los resultados facilitarán el diseño y la implementación de programas preventivos para el consumo de cannabis, basados en la evidencia empírica, y relevantes para este segmento de la población.
Material y métodos
Muestra
Los participantes del estudio son 1.324 estudiantes de la ciudad de Valencia, España, con una edad media de 14,86 años (DT = 3,17). Por sexo, el 47,7% (n = 631) son varones (edad media: 14,82 años; DT = 2,84), y el 52,3% (n = 693) son mujeres (edad media: 14,9 años; DT = 3,44).
Respecto al curso escolar, 33% (n = 438) son estudiantes de 2.º de ESO (49,8% hombres; 50,2% mujeres); 36% (n = 473) de 3.º de ESO (45,5% hombres; 54,5% mujeres); 15% (n = 201) de 4.º de ESO (47,3% hombres; 52,7% mujeres), y 16% (n = 212) de Formación Profesional (48,6% hombres; 51,4% mujeres).
Instrumento y procedimiento de recolección de datos
Se utilizó una Encuesta Previa de Charlas sobre drogodependencias, curso 2007-2008, elaborada por los profesionales del Plan Municipal de Drogodependencias del Ayuntamiento de Valencia. Es un cuestionario de 29 ítems, autoadministrado, que registra el riesgo percibido, las creencias y los motivos para el consumo y no consumo de sustancias legales e ilegales (alcohol, tabaco, cannabis, cocaína y drogas de diseño). En el presente estudio se analizan las respuestas dicotómicas (sí/no) de afirmaciones relacionadas con: a) creencias sobre el cannabis (13 afirmaciones); b) motivos para el consumo (11 afirmaciones), y c) motivos para no haber consumido cannabis (10 afirmaciones, y solo señaladas por sujetos que nunca han consumido cannabis).
El cuestionario fue administrado en 21 centros de educación de la ciudad de Valencia que solicitaron los programas de prevención escolar sobre drogodependencias ofertados por el Plan Municipal de Drogodependencias; 43% (n = 9) de ellos son públicos. El pase del cuestionario fue previo a la charla sobre drogas y no se facilitó información previa por parte de los administradores del cuestionario.
Se obtenía autorización de la dirección de cada centro escolar para su administración, y se garantizaba al estudiante el anonimato y la confidencialidad de los datos.
Análisis de datos
Se realizó un análisis descriptivo para determinar la frecuencia y la proporción de respuestas de cada una de las creencias sobre el consumo de cannabis, y sobre los motivos para consumir o no haber consumido. Se utilizaron pruebas χ2 para la comparación entre grupos (por sexo, edad, curso escolar) y regresiones logísticas utilizando como covariables la edad, con el fin de determinar la asociación entre cada una de las creencias y motivos, con cuatro tipo de respuestas relacionadas con el consumo de cannabis: a) solo haberlo probado; b) consumo ocasional (por ejemplo, los fines de semana); c) consumo diario, y d) nunca haberlo tomado (fumado). Se utilizó el programa de análisis estadístico SPSS, versión 17.
Resultados
Consumo de cannabis
Respecto al consumo, 13,5% (n = 179) de los encuestados afirmó solo haberlo probado; 10,2% (n = 135), que lo consumen de vez en cuando (por ejemplo, los fines de semana); 2,5% (n = 33), que lo consumen diariamente, y 72,4% (n = 958) que nunca lo han probado. No respondieron a la pregunta sobre su consumo de cannabis un 1,4% de los sujetos (n = 19).
No se muestran diferencias significativas en cuanto al género en la proporción de respuestas sobre el consumo (p > 0,05); sin embargo, sí se muestran diferencias significativas en cuanto a las variables de edad y curso escolar, mostrando mayor probabilidad de solo haberlo probado, consumirlo de vez en cuando (por ejemplo, los fines de semana) y consumirlo diariamente, los jóvenes con edad mayor o igual a 18 años y en cursos de 4.º de ESO y Formación Profesional (tabla 1).
Creencias sobre el consumo de cannabis
Entre los jóvenes/hombres y las jóvenes/mujeres, las creencias más frecuentemente señaladas fueron: "tiene efectos negativos para la salud" (83,5% hombres; 84,7% mujeres), "está prohibido a menores de edad" (77% hombres; 76,6% mujeres), "nos lleva a consumir otras drogas" (69,6% hombres; 74,0% mujeres), "produce enfermedades mentales" (63,1% hombres; 64,2% mujeres) y "provoca problemas familiares" (60,5% hombres; 62,0% mujeres).
Respecto a las diferencias significativas por el sexo en creencias relacionadas con el consumo de cannabis (p < 0,05), los jóvenes, respecto a las jóvenes, señalan con mayor frecuencia que "perjudica a las personas de alrededor" (χ2 = 5,61; p < 0,05; 46,3% hombres; 39,8% mujeres) y que "el consumo es bueno para algo" (por ejemplo, para algunas enfermedades, relajarse, el dolor, divertirse) (χ2 = 8,72; p < 0,05; 10,1% hombres; 5,8% mujeres).
En la tabla 2 se muestran las creencias significativamente asociadas (p < 0,05) con las respuestas sobre el consumo de cannabis; y en la tabla 3, aquellas asociadas con "no haber consumido nunca" cannabis.
Motivos para el consumo
Entre los jóvenes/hombres y las jóvenes/mujeres, los motivos más frecuentemente señalados para el consumo de cannabis fueron: "para divertirme" (48,8% hombres; 47,0% mujeres), "para relajarme" (41,7% hombres; 36,9% mujeres) y "para experimentar nuevas sensaciones" (40,5% hombres; 47,6% mujeres). No se muestran diferencias significativas por el sexo entre los diversos motivos para el consumo.
En la tabla 4 se muestran los motivos significativamente asociados con el consumo de cannabis.
Motivos para el no consumo
Los motivos por los que "nunca se ha consumido cannabis" más frecuentemente señalados fueron: "porque perjudica la salud física y mental" (72,4% hombres; 71,1% mujeres), "porque me siento bien y no me hace falta" (64,1% hombres; 71,9% mujeres) y "porque sé divertirme sin consumir drogas" (58,5% hombres; 70,9% mujeres). Los jóvenes/hombres, respecto a las jóvenes/mujeres, señalan significativamente en mayor proporción que no consumen "por convicciones personales de tipo moral" (χ2 = 13,45; p < 0,0001) y "porque son caras" (χ2 = 18,74, p < 0,0001); las jóvenes/mujeres señalan en mayor proporción: "porque me siento bien y no me hacen falta" (χ2 = 6,67; p < 0,05) y "porque sé divertirme sin consumir drogas" (χ2 = 15,87; p < 0,0001).
En la tabla 5 se muestra la frecuencia y proporción de respuesta sobre los diversos motivos para no haber consumido cannabis.
Discusión
Los resultados del estudio muestran las creencias y motivos asociados significativamente con el consumo y no consumo de cannabis en población joven escolarizada. Cabe mencionar previamente algunos aspectos sociodemográficos. Se encontraron diferencias significativas en cuanto a la edad en la probabilidad de consumir cannabis —a mayor edad, mayor probabilidad—, y mayor probabilidad de consumir al cursar grados escolares de mayor nivel, lo cual ha sido señalado en estudios previos26. Sin embargo, no se muestra la influencia del sexo masculino en el consumo de "solo probarlo" o continuar el consumo, como suele documentarse25. Algunos autores señalan que, si existen divergencias en el consumo de drogas entre ambos sexos, pueden deberse a diferencias en la oportunidad de consumir, más que a diferencias en la probabilidad de consumir cuando aparece una oportunidad27,28. Por lo tanto, considerando este punto de vista, nuestro estudio parece indicar que existen las mismas oportunidades de consumir cannabis entre chicas y chicos escolarizados de la ciudad de Valencia.
Creencias
La mayoría de los encuestados son conscientes de que el consumo tiene efectos negativos para la salud física y mental y que puede ocasionar problemas, especialmente familiares. Existe una mayor proporción de jóvenes varones que piensan que el consumo puede ser bueno para algo, especialmente para algunas enfermedades y para relajarse. Negar los efectos perjudiciales a nivel individual —físico y mental— y para el entorno social del sujeto se encuentra asociado significativamente con "solo probar" la sustancia y con el consumo ocasional o diario; igualmente, creer que es bueno para lograr un estado u objetivo se asocia con el consumo ocasional o diario.
Estos resultados son consistentes con estudios previos que señalan que los consumidores muestran, en líneas generales, más creencias positivas y menos negativas asociadas al consumo de cannabis que los no consumidores29,30. Y que el consumo de cannabis se relaciona negativamente con creer que puede producir alteraciones intelectuales, del comportamiento y tener efectos negativos para la salud24. La percepción de la peligrosidad del consumo de drogas es significativamente menor entre los que consumen31.
Destaca que afirmar "si controlas, no pasa nada" se asocia positivamente con "solo probar" la sustancia, y con el consumo ocasional y diario. Por lo tanto, una creencia protectora de alto impacto es aquella que afirma que pueden ocurrir efectos adversos, aun cuando se perciba que se controla el consumo. Al respecto, se ha señalado que la percepción de control es una de las formas de negar los efectos adversos o riesgos asociados al consumo de cannabis23,32. Esto, asimismo, se relaciona con el siguiente mito: "el consumo de cannabis puede controlarse, ya que no produce adicción"; mito que puede ser contrarrestado con la evidencia científica que señala que el consumo continuado de cannabis puede producir adicción o dependencia, especialmente en la adolescencia33.
Sobre las creencias de que el consumo de cannabis "es bueno" para algunas enfermedades, es importante señalar los siguientes argumentos. Se ha publicado ampliamente en años recientes sobre el uso terapéutico que tiene el cannabis para ciertas afecciones, como son las náuseas y vómitos provocados por la quimioterapia, la pérdida de apetito en el sida, el dolor neuropático en la esclerosis múltiple y la enfermedad de Parkinson34. Por ello, ha existido un auge del siguiente mito que favorece el consumo de cannabis: "El cannabis tiene efectos terapéuticos, por lo que no debe ser malo fumarse un porro de vez en cuando". Al respecto cabe mencionar que la utilización terapéutica del cannabis se realiza de manera controlada, muy diferente al uso que se puede dar de forma recreativa; similar a lo que se puede esperar del opio, que existen medicamentos derivados de esta sustancia, pero nadie piensa que sea sano consumir la heroína33.
Motivos para el consumo
Los motivos significativamente asociados con el consumo ocasional de cannabis son el de olvidar los problemas, relajarse y divertirse; y con el consumo diario es el de relajarse y divertirse. Por lo tanto, motivos relacionados con la reducción de tensión (relajarse u olvidar los problemas) y diversión, muestran ser los motivos potenciales para continuar el consumo una vez probada la sustancia. Estos datos son consistentes con estudios llevados a cabo en España, donde la principal razón para continuar el consumo una vez probado el cannabis es buscar sentirse mejor y olvidar los problemas, bailar o divertirse y como relajante24. Consumir cannabis como forma de diversión y relajación han mostrado ser las únicas actitudes favorables para el uso de cannabis en una muestra de adolescentes españoles23; y aun cuando el cannabis como elemento de diversión y de relajación puede parecer contradictorio, son dos de los efectos más buscados por los consumidores de esta sustancia35.
En esta línea, un aspecto importante a tener en cuenta en futuros estudios es qué tipo de problemas o estresores son comunes en la población joven escolarizada de España y que están asociados con el consumo de cannabis como forma de relajarse u olvidar los problemas. Una revisión sistemática de estudios sobre los factores de riesgo para el inicio del consumo de cannabis destaca la relación problemática con los padres36,37 y otras variables familiares estresoras, como son estar en una familia monoparental, vivir en una familia problemática y tener una gran disciplina parental25. Sin embargo, pueden existir otros factores comunes o generalizados, relacionados con el sistema educativo o social/contextual de España, que pueden ser estresores y motivar el consumo de cannabis como forma de relajación entre los jóvenes. Las medidas de prevención deben considerar aquellos factores que tienen un impacto directo en los estados emocionales —en este caso, de malestar o estrés— y que influyen directamente en el surgimiento de los motivos para el consumo de cannabis. Sería favorable evaluar, por ejemplo, si existe un desequilibrio en el tiempo dedicado a las actividades escolares y las lúdicas o de ocio; un exceso de frecuencia de uso o visualización de ciertos programas televisivos o publicidad que puedan aumentar los niveles de estrés y/o favorecer las actitudes positivas hacia el consumo; o si existe escaso tiempo libre o de ocio para compartir con los progenitores o familiares durante la semana (ya sea bien por exceso de horas de trabajo de los progenitores, bien por actividades escolares de los adolescentes).
Motivos para el no consumo
Se observa que los motivos más frecuentemente señalados para no consumir cannabis en el grupo que nunca ha probado la sustancia son: porque perjudica la salud física y mental, porque no es necesario el consumo por sentimientos de bienestar y porque se conocen formas de diversión sin necesidad de consumir drogas. Estos resultados son consistentes con estudios previos nacionales e internacionales. El "porque las drogas dañan la salud" es un motivo importante de los adolescentes escolarizados de Barcelona para no consumir cannabis24. Asimismo, un factor que diferencia a los sujetos que solo experimentan los efectos del cannabis de los consumidores actuales es tener actividades recreativas diferentes al consumo38; y existe menos probabilidad de consumo cuando existen actividades de tiempo libre diferentes a estar en la calle, en bares o discotecas39.
Destaca que entre los jóvenes/hombres escolarizados, medidas externas —como son los precios altos— muestran mayor influencia para motivar el no probar el cannabis, además de las convicciones personales de tipo moral. Por otro lado, entre las jóvenes/mujeres, se muestra una mayor influencia de los motivos personales relacionados con los sentimientos de bienestar y el conocimiento de formas alternativas de ocio. Por lo tanto, se puede teorizar sobre qué medidas de control externo pueden tener mayor influencia en los jóvenes/hombres que en las jóvenes/mujeres. Sin embargo, es necesario estudiar y analizar con más profundidad estos procesos y confirmar estos resultados con una muestra más representativa.
Propuesta de estrategias preventivas
Considerando los resultados obtenidos en este estudio, se señalan a continuación algunas estrategias preventivas:
a) Impartir información o reforzar ideas sobre los efectos adversos a corto y largo plazo del consumo de cannabis, especialmente sobre aquellos más específicos o impactantes para la población joven adolescente, como son el bajo rendimiento escolar, la dependencia, padecer síntomas depresivos y tener cambios neurobiológicos durante la fase de desarrollo del cerebro, entre otros. Es importante enfatizar que los efectos adversos pueden ocurrir aun cuando se percibe que se controla el consumo.
b) Instruir sobre técnicas de relajación (por ejemplo, entrenamiento autógeno de Schultz o relajación progresiva de Jacobson) u otras formas alternativas de relajación y habilidades de afrontamiento del estrés con el fin de evitar el consumo para relajarse u olvidar los problemas, facilitando manuales de instrucción y habilitando espacios y horas didácticas para su instrucción y práctica.
c) Ofertar alternativas de actividades de ocio o recreación no asociadas al consumo de sustancias (como estar en la calle, bares o discotecas) y basadas en los intereses de los adolescentes. A menudo, una de las carencias de este tipo de actuaciones es que se basan en lo que los adultos perciben que puede interesar a la población joven y no en las preferencias reales de este grupo poblacional23.
Sin embargo, cualquier medida preventiva debe enmarcarse dentro de una política más amplia de actuación a nivel nacional que contrarreste especialmente la información sesgada que la población recibe sobre el consumo de cannabis —que puede explicar el descenso en la percepción de riesgo y el ascenso del consumo en los últimos años en España— a través de una estrategia informativa global y continuada18.
Entre las principales limitaciones de nuestro estudio están la falta de representatividad de la muestra, principalmente porque no han sido elegidos por un muestreo probabilístico; que son escolares que pertenecen a un contexto social y geográfico determinado, lo cual impide la generalización de los resultados a todos los jóvenes escolarizados de España; el diseño transversal del estudio, lo cual no permite establecer una relación causal de las creencias y el consumo; y que no se han considerado otras variables individuales que pudieran moderar la asociación entre creencias y respuestas de consumo, como por ejemplo, la comorbilidad psiquiátrica, el consumo de otras sustancias, los conflictos familiares, etc.
Conclusiones
Para la prevención del consumo de cannabis en la población joven escolarizada, es necesario instaurar o reforzar las creencias sobre los efectos adversos del consumo de cannabis, tanto para la salud física y mental del consumidor como para el entorno social del mismo, y la creencia de que los efectos adversos pueden ocurrir aun cuando se percibe que se controla el consumo. Dado que consumir para divertirse, olvidar los problemas y relajarse son motivos potenciales para continuar el consumo de cannabis una vez probado, en los programas preventivos es relevante instruir y facilitar conductas de ocio no asociadas al consumo, formas alternativas de relajación y hábitos de afrontamiento del estrés ante estresores familiares, de la escuela o del entorno social del joven.
Financiación
Este trabajo se ha podido realizar gracias al convenio de colaboración entre el Plan Municipal de Drogodependencias, el Ayuntamiento de Valencia y la Universidad de Valencia.
Conflicto de intereses
Los autores declaran que no tienen ningún conflicto de intereses.
Agradecimientos
Los autores agradecen la participación de los profesionales del Plan Municipal de Drogodependencias del Ayuntamiento de Valencia, que colaboraron en la elaboración y administración del cuestionario, y a los jóvenes encuestados por su participación en el estudio.
*Autor para correspondencia.
Correo electrónico:Rafael.Aleixandre@uv.es (R. Aleixandre-Benavent).
Recibido el 8 de marzo de 2011;
aceptado el 26 de mayo de 2011.