En el presente número el lector no sólo encontrará una revisión y actualización de aspectos relacionados con la dependencia alcohólica, también encontrará las aportaciones de la experiencia personal de grupos de investigadores que están trabajando desde la investigación básica y experimental pero integrados en la clínica asistencial habitual y con un enfoque global del paciente y de su entorno. Se ha optado, además, por dar una visión más de futuro que de presente, como lo demuestran la mayor parte de los contenidos de estos excelentes artículos.
Hemos decidido comenzar revisando las bases de la neurobiología de la dependencia, ya que conocemos la trayectoria de «Trastornos Adictivos» y no podía faltar este tema, pero bien es cierto que hemos elegido al equipo del Dr. Manzanares para su realización por las características de su proyecto investigador. Su equipo, ubicado en el Hospital 12 de Octubre, constituye una de esas «rara avis» del panorama investigador de nuestro país, ya que integran en sus proyectos contenidos básicos y clínicos, de ahí que sus propuestas constituyan auténticas vías para que los clínicos podamos entender mejor todavía lo que nuestros pacientes cuentan.
De forma similar, el grupo del profesor Ramos, con quienes hemos tenido el privilegio de poder colaborar en varios proyectos comunes, es uno de los pioneros en la investigación sobre genética de las adicciones y como se puede apreciar en el artículo se enfrentan a una serie de incógnitas que empiezan a ser despejadas por la investigación genética, no sólo en lo relativo a la etiología, sino en algo que es muy importante en la actividad asistencial: el significado clínico de los polimorfismos y su repercusión farmacogenética.
En el artículo sobre instrumentos de evaluación, ámbito de investigación en el que desde hace años se ha especializado nuestro grupo, hemos intentado incluir aquellos aspectos más novedosos relacionados con la evaluación de los aspectos nucleares de la dependencia, como son el «deseo» (craving) y la «pérdida de control» (priming).
En lo referente a los tratamientos psicológicos y farmacológicos y desde la experiencia del trabajo de nuestra Unidad de Conductas Adictivas, se ha pretendido transmitir al lector la conclusión de que las intervenciones psicosociales son de primera elección en la dependencia alcohólica y que los tratamientos farmacológicos son coadyuvantes de los primeros, aunque sin detrimento del reconocimiento de la importancia del tratamiento farmacológico y de las nuevas posibilidades de intervención que ofrecen recursos terapéuticos, como los nuevos antipsicóticos, los anticonvulsivantes, o los anticraving y especialmente de la naltrexona, que se ha situado como estrategia de primera elección en este campo.
Por último, el tema estrella de este número bien podría ser el de la «filosofía de la reducción del daño» aplicada al área del alcoholismo. Han sido muchos los prejuicios de los clínicos de esta área para asumir este modelo de intervención que nadie cuestiona en la dependencia a opiáceos. Las actitudes basadas en lo que hemos denominado «fundamentalismo de la abstinencia» están obsoletas y carecen de apoyos científicos consistentes. Además, los programas de reducción del daño constituyen un abordaje más, que une y complementa el resto de intervenciones aplicables en los pacientes con problemas derivados del uso de alcohol.
En definitiva, creemos que este monográfico puede marcar un antes y un después en la manera de entender y abordar la realidad clínica de nuestros pacientes.