Introducción
En el mundo, son numerosos los estudios que destacan la carga de morbilidad y mortalidad atribuibles al alcohol. En nuestro entorno se calcula que la enfermedad alcohólica afecta a alrededor de un 7 % de la población general y presenta habitualmente comorbilidad médica y psiquiátrica grave 1-3. En el área del Hospital Sierrallana, el volumen de pacientes con problemas de salud relacionados con el consumo de alcohol se sitúa alrededor del 5 % de toda la patología psiquiátrica atendida, por lo que podemos considerar la enfermedad alcohólica como uno de los problemas sociosanitarios más graves de nuestra comunidad.
El abordaje terapéutico de este proceso es complejo puesto que precisa de una atención especializada y específica, que debe ser integral y multidisciplinar, incluyendo tanto intervenciones personalizadas como grupales 4-8. Por estos motivos, la Unidad de Salud Mental del Hospital Sierrallana ha desarrollado un Programa de Alcohol (PA) para la atención a las personas con este tipo de problemas.
La detección de los problemas relacionados con el alcohol (PRA) se realiza en el marco de los equipos de Atención Primaria (EAP); por tanto, se precisa una estrecha colaboración entre los equipos de Atención Primaria y especializada y es necesario un protocolo de derivación de los PRA.
La elaboración del protocolo para el abordaje y derivación de los problemas relacionados con el alcohol tiene los siguientes objetivos:
Objetivos generales
1. Aumento de la sensibilización sanitaria acerca del consumo excesivo de alcohol.
2. Identificación precoz del paciente con consumo excesivo de alcohol.
3. Abordaje precoz del tratamiento del paciente con consumo excesivo de alcohol.
4. Establecer y unificar criterios claros de derivación.
5. Incrementar la colaboración entre Atención Primaria (AP) y especializada, lograr un contacto fluido y un tratamiento combinado y coordinado entre AP y el PA.
Objetivos específicos
1. Definir las líneas generales de tratamiento de estos pacientes.
2. Adiestramiento en el manejo específico de este grupo de pacientes.
3. Plantear una entrevista clínica y algoritmos de decisión para la derivación al PA.
4. Establecer elementos de motivación para que el paciente acuda a consulta especializada.
5. Acordar los datos necesarios para cumplimentar el volante de derivación al PA.
6. Datos convenientes en el informe de atención especializada.
7. Unificar la información para transmitir a los pacientes.
8. Establecer una vía de comunicación directa entre atención especializada y primaria.
9. Obtener información directa desde el PA sobre la evolución del paciente.
Material y métodos
Para elaborar un documento de consenso planteamos un grupo de trabajo constituido por miembros de los centros de Atención Primaria del área. Inicialmente, se planteron los elementos esenciales del documento y a través del correo electrónico se intercambiaron distintos borradores hasta perfilar un documento único común. Se mantuvieron reuniones presenciales solamente para resolver dudas y alcanzar acuerdos definitivos. Las decisiones se fundamentaron en datos avalados en la bibliografía referida 9-16.
Actividades
Detección de los casos
Desde las diversas perspectivas de abordaje de la problemática derivada del consumo de alcohol, conviene iniciar la evaluación del caso con la exploración del estilo de consumo.
Sería necesario realizar la evaluación del consumo de alcohol de forma sistemática en todas las historias clínicas desde la adolescencia, fecha en que en nuestra cultura se suele iniciar el hábito, continuando con la edad adulta joven y madura, pero también en el anciano. Incluso los datos recogidos precisarían actualizarse en función de posibles cambios vitales que pudiesen tener repercusiones en dicha conducta, pues la forma de beber de un individuo cambia a lo largo de su vida.
Para cuantificar el consumo de alcohol solamente se necesita un sistema de medición estándar e internacional y una tabla de equivalencia. Respecto al sistema de medida, en las últimas décadas la Organización Mundial de la Salud introdujo el concepto de unidad de alcohol equivalente a diez gramos de etanol, lo que facilitó los cálculos de conversión.
En la tabla 1 se recogen las dosis más comúnmente utilizadas en nuestro medio ya validadas y adaptadas a las medidas consumidas en nuestra comunidad.
En primer lugar, cuantificaremos la ingesta (unidad básica estándar [UBE] o gramos/día o semana), según entrevista semiestructurada que explora la semana previa de consumo, recogiendo todas las ocasiones para beber, desde la mañana antes del desayuno hasta la noche después de la cena 17,18.
Como resultado de la exploración podemos determinar el tipo de bebedor según un criterio cuantitativo (fig. 1) en el que distinguimos tres categorías:
Figura 1 Árbol de decisiones en función del tipo de bebedor. D.ºD: diagnóstico diferencial; SDA: síndrome de dependencia al alcohol.
1. Consumo semanal inferior a 28 UBE para los varones y 17 UBE para las mujeres:
Bebedores de bajo riesgo o consumo prudente. Estos sujetos se benefician de la educación sanitaria comunitaria y se reforzará su estilo de consumo.
2. Consumo semanal superior a 28 UBE para los varones y 17 UBE para las mujeres pero inferior a 53 UBE para los varones y 36 UBE para las mujeres:
Bebedor de riesgo de problemas por alcohol. Estos sujetos se benefician de los programas de intervención breve enfocados a una reducción de su consumo por debajo de 28 UBE para los varones y 17 UBE para las mujeres 19-22.
3. Consumo semanal superior a 53 UBE para los varones y 36 UBE para las mujeres en los que se hace necesario realizar el diagnóstico diferencial entre abuso y dependencia alcohólica.
Para este fin, se puede aplicar a todos estos bebedores de riesgo grave el AUDIT 23,24 que es un buen instrumento para el cribado de modo que los casos negativos se incluirán en programas de intervención breve.
Con los pacientes con un AUDIT positivo (> 5 para las personas de mas de 60 años, > 6 para las mujeres y > 8 para los varones) en un paso más, se puede aplicar el CAGE25 en su versión camuflada, que suele detectar dependientes; en caso de ser positivo (> 2) afianza el diagnóstico de dependiente de alcohol.
Para esclarecer finalmente el diagnóstico diferencial y acuñar el diagnóstico del síndrome de dependencia alcohólica, se revisarán, en todos los bebedores de riesgo, todos los criterios diagnósticos de las clasificaciones internacionales al uso (CIE y DSM) 26,27.
Además de la evaluación del patrón de consumo se recomienda realizar una evaluación del estadio del nivel de motivación y la disposición al proceso de cambio en que se encuentran 28.
Conviene, además, trabajar con el paciente la entrevista motivacional, valorando estadios e interviniendo adecuadamente en cuanto a la necesidad de abstinencia o motivándole para la derivación y participación activa en las intervenciones precisadas.
Para completar la evaluación se realizarán pruebas de laboratorio que incluyen los siguientes parámetros recomendados por el Consenso de la SEP del año 2000 9:
1. Hemograma completo.
2. Estudio bioquímico: glucosa, urea, creatinina, sodio, potasio, ácido úrico, CPK, lípidos (colesterol, triglicéridos, HDL-colesterol), amilasa, transaminasas (GOT, GPT, GGT) fosfatasa alcalina y bilirrubina total.
3. Velocidad de sedimentación globular (VSG).
4. Estudio de coagulación.
5. Proteinograma.
6. Marcadores de las hepatitis B y C.
7. Serología luética (VDRL o RPR) y virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Perfil del paciente susceptible de ser derivado al Programa de Alcohol
1. Paciente con consumo de alcohol > 53 UBE en el varón y > 36 UBE en la mujer.
2. Con AUDIT positivo > 5 - 8.
3. Con CAGE positivo > 2.
4. Criterios diagnósticos CIE y/o DSM.
5. Fase motivacional.
6. Volumen corpuscular medio (VCM).
7. GGT.
8. GOT.
9. GPT.
Con estos hallazgos se informa al paciente de:
1. Su situación clínica con los riesgos para su salud y consecuente necesidad de tratamiento enfocado a la abstinencia de consumo de alcohol.
2. La oferta del tratamiento, que consistirá en: Desintoxicación, Deshabituación, Rehabilitación que se podrá realizar en AP o especializada, en función de la experiencia o necesidad/conveniencia de derivación a especializada.
El médico de AP sopesará entonces la derivación al PA apoyándose en los criterios siguientes:
1. Falta de una persona responsable para la supervisión domiciliaria del proceso.
2. Patología psiquiátrica coexistente.
3. Riesgo de aparición de un síndrome de abstinencia grave.
4. Insuficiente experiencia en el manejo del personal de AP.
5. Reducción del daño en pacientes en fase contemplativa.
6. Paciente en el que se ha realizado una desintoxicación ambulatoria y presenta recaída.
7. Paciente con comorbilidad orgánica grave que precisa desintoxicación hospitalaria.
Se entiende que las dependencias leves pueden abordarse en AP mientras que especializada se ocupa de cualquier dependencia con o sin comorbilidad (psiquiátrica, otras sustancias, complicaciones médicas graves).
El PA ofrece una evaluación individual y multidisciplinar desde las consultas de Enfermería, Psicología y Psiquiatría con un plan terapéutico individualizado. En el programa se utilizan los medios especializados habituales destacando: psicoterapia individual y grupal (grupo de prevención de recaídas, grupo psicoeducativo, grupo de mantenimiento de la abstinencia, grupo de reducción del daño, grupo de habilidades sociales, grupo de familiares) con apoyo a las familias, alcoholurias... y una consultoría virtual abierta permanentemente a todos los médicos de AP del área 20,29.
Organización y recursos necesarios
Se pretende proporcionar una atención adecuada a los pacientes con problemas relacionados con el alcohol, ofreciendo un tratamiento en paralelo desde AP y la Unidad de Salud Mental, con la máxima coordinación posible y con un intercambio fluido de información sobre el proceso terapéutico. Para conseguirlo serán necesarios los siguientes recursos:
1. Equipos de Atención Primaria (médicos, enfermería y trabajadores sociales) sensibilizados y formados en la detección de problemas relacionados con el alcohol, que sean capaces de cribar los casos que precisen recibir tratamiento en especializada y ofrecer al resto tratamiento, consejo médico adecuado o un cauce apropiado para la reducción del daño.
2. Equipo multidisciplinar en la Unidad de Salud Mental (psiquiatra, psicóloga, enfermera) enfocado al tratamiento específico de los problemas relacionados con el alcohol y sus complicaciones psiquiátricas.
3. Colaboración con el servicio de Medicina Interna para los casos en que sea necesario un ingreso para realizar la desintoxicación.
Sistema de registro
Historia clínica en el EAP
En la historia clínica de OMI deberán estar registrados los siguientes datos:
1. La exploración sistemática del consumo de alcohol, como mínimo cada 2 años, en toda persona mayor de 14 años, tal y como se recomienda en el Programa de Actividades Preventivas y Promoción de la Salud (PAPPS): cuantificación del consumo semanal en UBE, años de exposición al alcohol, patrón de consumo.
2. Resultado obtenido en el caso de aplicar cuestionarios específicos: CAGE, AUDIT o MALT.
3. Marcadores biológicos relacionados con el consumo de alcohol: VCM, GGT, GOT, GPT, cociente GOT/GPT > 1.
4. Deberá también quedar registrado el estadio en el que se encuentra el paciente: precontemplación, contemplación, determinación, acción, mantenimiento o recaída.
Volante de interconsulta (tabla 2)
En el volante de interconsulta sería conveniente incluir:
Motivo de derivación.
Existencia de problemas relacionados con el alcohol y pruebas complementarias u otras derivaciones realizadas.
Puntuaciones de cuestionarios: AUDIT, CAGE.
Datos de los criterios de dependencia alcohólica. Tratamientos previos recibidos.
Datos relacionados con su entorno y apoyos.
Datos acerca del lugar de la desintoxicación (hospital frente a ambulatorio).
Datos sobre la baja laboral, si procede.
Informe clínico
Para asegurar la continuidad de los cuidados, el paciente será derivado con un informe que describa el diagnóstico, evolución, plan de tratamiento, necesidad de seguimiento.
Conclusiones
En la actualidad este protocolo se está utilizando de forma piloto mientras se adapta la aplicación informática de AP. Hasta la fecha la experiencia inicial tanto para AP como para especializada es satisfactoria, pues proporciona información precisa y necesaria para el abordaje de los pacientes y facilita su detección y acceso a los dispositivos.
Además de los beneficios descritos relacionados directamente con la asistencia, este esfuerzo común ha consolidado un grupo de trabajo del área activo y permanente dedicado a los problemas relacionados con el alcohol, que nos proporciona un marco para afianzar un estilo de trabajo con el propósito de compartir el plan terapéutico del paciente simultaneando objetivos clínicos tanto en AP como en especializada. Este enfoque también lleva consigo el propósito de objetivos convergentes.
Conflicto de intereses
Los autores declaran que no existe conflicto de intereses.
*Autor para correspondencia.
Correo electrónico: Progalcohol@hsll.scsalud.es (E. García Usieto).
aceptado el 22 de marzo de 2010