Introducción
El uso de neurolépticos en pacientes adictos a drogas es frecuente como tratamiento de la usual comorbilidad psiquiátrica1.
Los nuevos neurolépticos atípicos son más eficaces que los clásicos en el alivio de síntomas positivos de la esquizofrenia, además de obtener una mejor respuesta en trastornos psicóticos que responden mal con los clásicos. Por otra parte, investigaciones recientes valoran la posibilidad de su uso en pacientes que abusan de drogas2.
En este artículo revisaremos uno de estos antipsicóticos atípico, la olanzapina, que ha demostrado ser eficaz sobre los síntomas positivos, negativos y afectivos de la esquizofrenia3, además de ser bien tolerada y tener una menor incidencia de síntomas extrapiramidales en comparación a los antipsicóticos clásicos4. Un estudio de Consley et al, indica que puede ser un tratamiento efectivo para pacientes esquizofrénicos y que además abusen de sustancias5, suscitando nuevas expectativas en el tratamiento de las toxicomanías, al demostrarse a nivel experimental, la capacidad de este fármaco de bloquear los efectos de refuerzo de la cocaína6 al actuar preferentemente en el sistema dopaminérgico mesolímbico7.
También puede utilizarse como neuroléptico de primera elección en los cuadros alucinatorios-delirantes derivados del uso-abuso de drogas de diseño (MDMA, éxtasis)8 y moderar el consumo de alcohol9.
Los clínicos deben ser conscientes de la prevalencia y alcance del uso de drogas en el momento actual, sabiendo que el abuso de una droga puede reforzar el uso y abuso de otras y que en general, son pacientes policonsumidores10 y plurimedicados, pudiendo dar lugar a interacciones farmacológicas entre ellos9.
El objetivo de este artículo es revisar la posible eficacia del uso de neurolépticos atípicos en el tratamiento del abuso de drogas estimulantes (cocaína, drogas de diseño), y en especial la olanzapina, teniendo en cuenta su mecanismo de acción a nivel cerebral, aspectos farmacocinéticos y farmacodinámicos.
Epidemiología del consumo de cocaína y drogas de diseño
Cocaína
En los últimos años, parece aumentar el consumo de drogas estimulantes, como la cocaína, con formas de utilización más poderosas (base, crack) tal y como reflejan los estudios epidemiológicos11,12, con una mayor prevalencia en varones. Sin embargo, la generalización de su uso hace que aumente el consumo social de cocaína entre mujeres, con patrones de consumo semejantes a los que realizan los varones13. Se está produciendo una feminización del consumo de cocaína, que no es exclusivo de determinadas clases sociales y se realiza con un patrón semejante a los varones14,15.
La cocaína es la sustancia psicoactiva que con mayor frecuencia se asocia con trastornos mentales16. Según el estudio ECA, estos adictos presentan un riesgo 11 veces superior de padecer un trastorno mental añadido frente a los no adictos, y los que tienen trastornos mentales presentan un riesgo mayor de tener una dependencia a la cocaína11.
La prevalencia del consumo de cocaína en pacientes con esquizofrenia es del 15 al 50%17,18, ya que su consumo, puede reducir los síntomas positivos y negativos de la esquizofrenia19. Por otra parte, los que abusan del consumo de cocaína, sin un diagnóstico de esquizofrenia, suelen ser policonsumidores, muchos de ellos con problemas de abuso de alcohol, conductas antisociales y problemas de comorbilidad psiquiátrica20. Los trastornos psiquiátricos hallados con más frecuencia en dependientes de cocaína son depresión mayor, alcoholismo y personalidad antisocial16,21.
La mayoría de los consumidores tienen una edad entre 20-35 años, con una edad de inicio entre los 15 y los 25 años, siendo la relación hombre-mujer de 3:122.
Drogas de diseño
Fueron sintetizadas en los laboratorios alemanes de E. Merk y su patente se formalizó en 1914. Fue ensayada por su interés como anorexígeno, pero nunca pasó de la etapa preclínica23. Permaneció ignorada hasta los años setenta, cuando se desvelaron los estudios de Hardman et al, sobre su toxicidad preclínica comparativa con respecto a otros psicomiméticos24.
Su consumo comienza a aumentar a mediados de los 80, cuando comienza a utilizarse, sobre todo, en medio de la denominada new age, pasando posteriormente a ser consumida por los seguidores de la house music, que después ha tenido como descendientes directos la música tecno, hard core, música Bakalao8. En esta época se empieza a demostrar la neurotoxicidad del MDMA25-27 y es a partir de los 90, sobre todo en Europa, cuando empiezan a aparecer complicaciones psiquiátricas aociadas al uso de esta sustancia28,29.
Mecanismo de acción de la cocaína y drogas de diseño en el sistema de recompensa cerebral
Cocaína
La cocaína es un estimulante del sistema nervioso central con una incomparable capacidad de recompensa o refuerzo positivo.
Su mecanismo de acción es por bloqueo de la recaptación presináptica en las sinapsis noradrenérgicas, dopaminérgicas y en menor medida serotoninérgicas. Su potencialidad adictiva se relaciona con la transmisión dopaminérgica a través de los receptores D1 y D2. Los lugares de acción de la cocaína son el núcleo accumbens, corteza prefrontal media, núcleos caudado, putamen e hipocampo13.
La cocaína promueve la adicción al hiperexcitar el circuito mesolímbico y mesocortical que aumenta la euforia30.
Este circuito consta de neuronas, que se extienden desde el tegmento mesencefálico y forman sinapsis con neuronas del núcleo accumbens. La estimulación se produce cuando el neurotransmisor dopamina se une a los receptores de las células postsinápticas. En el cerebro sin droga, la señal se amortigua porque la dopamina es recaptada por las propias neuronas que la liberan. La cocaína bloquea esa recaptación induciendo la acumulación de la dopamina en la sinapsis y con ello la activación intensa del circuito.
Las hipótesis sobre la neuroadaptación a cocaína se centran en el estudio de la deplección de los depósitos de dopamina, hipersensibilidad de los receptores post-sinápticos de dopamina y noradrenalina, hipersensibilidad de los autorreceptores de dopamina, interacción con otros neurotransmisores como serotonina, encefalinas o GABA, y también degeneración tóxica de las neuronas dopaminérgicas, interviniendo factores de transcripción y alteración en la expresión de determinados genes31.
Drogas de diseño (MDMA, éxtasis)
Hasta el momento actual, no existen evidencias de que el éxtasis sea adictivo, pero en estudios experimentales realizado en animales, sí aparece una tendencia a la administración de MDMA32, así como un condicionamiento positivo33. Estos efectos pueden inducir a la autoadministración a través de la capacidad del MDMA de producir refuerzo positivo27.
El éxtasis (MDMA), produce efectos indirectos en los sistemas de neurotransmisión del Sistema Nervioso Central (SNC), en particular sobre el sistema serotoninérgico y dopaminérgico, apareciendo un rápido descenso de los niveles de serotonina (5-HT) y de su principal metabolito, el ácido 5-hidroxiindolacético (5-HIAA) promoviendo a su vez la liberación de dopamina. Existe una alta afinidad del MDMA sobre el receptor 5-HT2 promoviendo la liberación de serotonina e inhibiendo su recaptación, lo que lleva a largo plazo a un persistente descenso de los niveles de 5-HT y 5-HIAA así como la densidad de los locus de recaptación de 5-HT, esta actividad deplecionadora también produce cambios morfológicos en axones serotoninérgicos, sobre todo en áreas ricas en serotonina25,34.
Uso de antipsicóticos atípicos en el tratamiento del abuso de cocaína
En general los tratamientos farmacológicos para la dependencia o abuso de cocaína, se han centrado en el mecanismo de acción de esta sustancia:
-- Modificación de la función dopaminérgica: agonistas dopa, antagonistas dopa.
-- Modificación de la función noradrenérgica: antidepresivos tricíclicos.
-- Modificación de la función serotoninérgica: I.S.R.S.
-- También se han usado otros tratamientos como estimulantes (en consumidores de cocaína con un trastorno por déficit de atención), litio (si además existe un trastorno bipolar), precursores de neurotransmisores (L-tiroxyna o L-triptófano), carbamacepina, y buprenorfina.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (I.S.R.S) ofrecen resultados contradictorios35,36.La cocaína es un potente inhibidor de la recaptación de serotonina. Se ha sugerido que el uso crónico de cocaína puede conducir a un déficit serotonérgico. Estudios realizados en animales sugieren que la serotonina juega un papel importante en la autoadministración de estimulantes.
Los antipsicóticos (APS) atípicos, se han desarrollado en los últimos años, buscando el aumento de la selectividad antidopaminérgica (sulpiride, amisulpiride) o medicamentos que sean antiserotoninérgicos y antidopaminérgicos (clozapina, risperidona, olanzapina, sertindol, seroquel, zipradosina). Además de bloquear a los receptores DA y 5-HT, tienen efectos presinápticos secundarios sobre liberación de DA,5-HT, glutámico y GABA, y sobre otros receptores como los del glutámico y GABA.
Otro aspecto que los diferencia de los APS clásicos es que modifican la plasticidad neuronal a largo plazo y tienen efecto neuroprotector.
No existe un acuerdo unánime sobre los criterios que definen un neuroléptico como atípico, pero algunos rasgos de los estudios preclínicos y clínicos sirven de orientación general. Por ejemplo Meltzer et al definieron los neurolépticos atípicos sobre la base de criterios clínicos y preclínicos37. Recientemente, Kinon y Lieberman los definieron atendiendo exclusivamente a criterios clínicos38. Según estos últimos criterios, un neuroléptico atípico es un fármaco con eficacia antipsicótica, escasa tendencia a provocar efectos secundarios extrapiramidales durante tratamientos cortos e incapaz de ocasionar discinesia tardía durante tratamientos prolongados, produciendo elevaciones reducidas de la prolactina sérica y en general, mayor aceptación del paciente y eficacia sobre síntomas positivos y negativos. En consecuencia, el criterio adicional de la eficacia para combatir los signos y síntomas negativos de la esquizofrenia, junto con los signos y síntomas positivos, se agrega a veces para definir los neurolépticos atípicos39,40.
La afinidad relativa de un neuroléptico por los receptores de la serotonina-2A (5-HT2A) con respecto a los de la dopamina D2 también predice de alguna manera su carácter atípico41 ya que el bloqueo de los receptores cerebrales 5-HT2A que es una vía para reducir la función serotoninérgica en clínica se opone desde el punto de vista bioquímico y modera la reducción de la función dopaminérgica resultante del bloqueo de los receptores D2. Por este motivo y además por el hecho de tener selectividad regional sobre la vía A10 (mesolímbica mesocortical), y no sobre la A9 justifica la baja incidencia de síntomas extrapiramidales.
Los neurolépticos atípicos se clasifican de acuerdo con el mecanismo de acción en APS atípicos no selectivos: aquellos que buscan el aumento de la selectividad antidopaminérgica y antiserotonérgica (clozapina, risperidona, olanzapina, sertindol, seroquel, ziprasidona, quetiapina) y APS atípicos selectivos: aquellos que buscan el aumento de la selectividad antidopaminérgica (p. ej., sulpiride, amisulpiride).
Olanzapina
La olanzapina es un análogo de la clozapina introducido recientemente en EEUU42. El segundo antipsicótico moderno que se comercializa en España. Su efecto antipsicótico es potente. Dosis de 10-25 mg/día.
Es un antagonista de la familia D1, D2, M1-M4, 5-HT2A, 5HT2C, 5HT3, 5-HT6, 5-HT7, H1.
Al tener una afinidad reducida por los receptores dopaminérgicos D2 (o gran afinidad por los receptores 5HT2A muscarínicos m1) indica una escasa tendencia a los problemas endocrinos y extrapiramidales. Así produce mínimas alteraciones de la prolactina, como consecuencia de la aparición de galactorrea y alteraciones menstruales en las mujeres y disfunciones sexuales (impotencia) en los varones son poco frecuentes42.
La olanzapina, a diferencia de los típicos sólo modifican las neuronas A10 (zona tegmentaria ventral) que contribuyen a los efectos terapeúticos y no a los efectos secundarios extrapiramidales como ocurre con las neuronas A9 (parte compacta de la sustancia negra). Esto explica el por qué provocan pocos o ningún efecto extrapiramidal.
Al igual que la clozapina y otros antipsicóticos pueden producir incremento de peso, sedación y somnolencia que raramente obliga a retirar el tratamiento. Esto se debe a que los receptores de histamina del cerebro intervienen en una serie de funciones como la vigilia (H1) y la regulación del apetito (H1). El bloqueo de los receptores histaminérgicos H1 produce un efecto estimulante del apetito y un efecto sedante-hipnótico.
El bloqueo de los receptores alfa-1 puede determinar, hipotensión ortostática, mareos y una forma de taquicardia refleja que en el caso de la olanzapina es muy leve43.
La sialorrea inducida por la olanzapina sugiere que se trata de un agonista muscarínico44,45. Un antagonista muscarínico debería reducir la salivación y no aumentarla. Sin embargo, se corrige con un antagonista muscarínico46,47.
Farmacocinética de la olanzapina
Su vida media en individuos sanos es de 33 horas (rango de 21 a 54 horas). El aclaramiento medio en plasma es de 25 L/h. (rango de 12 a 47 L/h). Los fumadores y los hombres tienen un aclaramiento mayor que las mujeres y los no fumadores, lo que obliga en estas circunstancias a ajustar las dosis.
Se excreta el 60% aproximadamente por orina y el 30% por las heces. Se une a la albúmina (90%) y 77% a la alfa1 glicoproteína ácida43.
Las enzimas implicadas en el metabolismo de la olanzapina se han identificado in vitro recientemente48.
Interacciones de la olanzapina
Citocromo P450 y olanzapina
La enzima CYP1A2 cataliza la formación de 4'-N-desmetilolanzapina y 7-hidroxiolanzapina y CYP2D6 cataliza la formación de 2-hidroximetilolanzapina, siendo éste un camino menor y flavin-mono-oxigenasa3 (FMO3) cataliza la formación de olanzapina 4'-N-óxido42.
El 10-N-Glucurónido es el metabolito más importante, pero el 4'-N-desmetilolanzapina está correlacionado con el aclaramiento de la olanzapina.
Estudios de interacciones in vitro, indican que la olanzapina no inhibe las isoenzimas del citocromo CYP1A2, CYP2C9,CYP2C19,CYP2D6 y CYP3A49.
Se han realizado diferentes estudios para evaluar diferentes interacciones con olanzapina y varios sustratos del citocromo P450. Teofilina para la CYP1A2, warfarina para la CYP2C9, diacepan para CYP2C19 y CYP3A y dos antidepresivos tricíclicos que son sustratos del CYP2D6, no encontrándose interacciones farmacocinéticas entre ellas50. Tampoco se han encontrado interacciones metabólicas significativas entre olanzapina y alcohol, imipramina, aminofilina, biperideno, litio, fluoxetina43. Un estudio realizado para ver las interacciones de olanzapina y metadona en 21 pacientes tampoco encontraron ninguna interacción entre ambas51. La fluvoxamina un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina, inhibe la isoenzima CYPA2, incrementando las concentraciones en plasma de olanzapina, en cambio los fumadores de tabaco, y la carbamacepina induce la isoenzima CYPA2 disminuyendo las concentraciones de olanzapina.
Interacciones farmacodinámicas de la olanzapina
Aunque durante la realización de los ensayos clínicos no se observaron interacciones farmacocinéticas entre olanzapina y alcohol, la coadministración de ambos provocó efectos más pronunciados en el SNC que el fármaco sólo. Por lo tanto debería disuadirse a los pacientes de tomar alcohol mientras estén en tratamiento con olanzapina. En el caso del diacepan se encontraron resultados similares, no habiendo interacción farmacocinética, pero sí farmacodinámica, manifestada por un incremento en la frecuencia cardíaca, sequedad de boca y sedación52.
Sí se han encontrado interacciones farmacodinámicas entre olanzapina y alcohol, y con imipramina, lo que implica que los pacientes en tratamiento con estos medicamentos deberían evitar conducir cuando estén bajo el efecto de ambos medicamentos43.
Dado el amplio espectro de afinidades de unión a receptores de olanzapina, existe la posibilidad de que se produzcan interacciones farmacodinámicas (por ejemplo antagonismo de la medicación dopaminérgica en pacientes con enfermedad de Parkinson). Este potencial de interacción farmacodinámica se ha estudiado poco y en cuanto al potencial clínico de dichas interacciones, aún se desconoce. Existen datos de un estudio que mostró el potencial de olanzapina como antagonista de los efectos de levodopa y de los agonistas dopaminérgicos. Se administró olanzapina a pacientes parkinsonianos con psicosis inducida por levodopa y éstos experimentaron una reducción en los síntomas psicóticos sin que empeoraran los trastornos del movimiento53.
Olanzapina en el tratamiento de la dependencia a cocaína
Los APS atípicos, tales como clozapina y olanzapina pueden ser usados en la farmacoterapia de la dependencia a cocaína.
Metzger et al37 indican que los neurolépticos atípicos, al tener una alta afinidad por los receptores de la dopamina (D1/D2/D4), 5-hidroxitriptamina (5HT) y receptores muscarínicos37,54, pueden ser eficaces en el tratamiento de la dependencia a cocaína, y parecen actuar preferencialmente en el sistema dopaminérgico mesolímbico7,55 los cuales están implicados en los efectos de refuerzo de la cocaína56,57.
El antagonismo de los receptores 5-HT, producido por los neurolépticos atípicos puede también estar involucrado en los efectos subjetivos de la cocaína, ya que ni los antagonistas de los receptores dopaminérgicos D1 ni D2 solos o juntos antagonizan completamente los estímulos discriminatorios de la cocaína.
Un estudio realizado en animales de experimentación58, indica que la olanzapina puede atenuar los efectos de refuerzo de la cocaína a dosis de 3,0 mg/kg. En esta dosis la olanzapina bloqueó el lugar preferente condicionado sin producir efectos aversivos y alteró la hiperactividad inducida por la cocaína58.
No existen hasta la fecha estudios clínicos que hablen de la eficacia de la olanzapina en la adicción a cocaína, sólo datos preliminares de su eficacia en una muestra reducida de pacientes51.
Olanzapina en el tratamiento de la patología asociada al consumo de drogas de diseño
Tras el consumo de drogas de diseño, se han producido diferentes alteraciones psiquiátricas. Los trastornos depresivos, ataques de pánico, insomnio, ansiedad etc. parecen tener un tratamiento farmacológico adecuado mediante inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y/o benzodiacepinas34.
En relación al tratamiento de los cuadros de psicosis inducidas por el consumo de estas sustancias, los primeros trabajos que se publican en la década de los 90, han sido tratados con neurolépticos clásicos con escasos resultados29,59-61. Estudios realizados en animales de experimentación y humano indican que la efectividad de la olanzapina en reducir los síntomas psicóticos y la ansiedad en pacientes consumidores de metanfetamina puede estar asociado con el bloqueo de la recaptación de serotonina y dopamina62,63, sugiriendo que puede ser efectivo en el tratamiento de psicosis aguda y residual inducida por consumo de metanfetamina64.
Recientemente, Landabaso et al8 han publicado una experiencia con 38 pacientes tratando con olanzapina los cuadros alucinatorios-delirantes tras consumo de éxtasis. Los resultados preliminares obtenidos, abren un camino en cuanto a la eficacia de la olanzapina en este tipo de pacientes8.
Conclusiones
Los pocos resultados clínicos que existen hasta la fecha en relación a la eficacia de la olanzapina en el abuso de drogas estimulantes como cocaína y drogas de diseño, indican su potencial utilidad como coadyuvante en el tratamiento, tanto en la disminución del consumo y ansiedad, así como en el control de los cuadros psicóticos producidos por abuso de anfetaminas. Por otra parte las interacciones farmacológicas potenciales entre olanzapina y fármacos habituales que se utilizan concomitantemente no parecen ser muy relevantes.
Sería necesario realizar estudios controlados de éste y otros antipsicóticos atípicos en este tipo de población para poder establecer la eficacia terapeútica de los antipsicóticos atípicos.