A diario nos vemos inundados de literatura médica referente al manejo del cáncer de próstata. Encontramos enormes series de resultados de prostatectomía radical abierta, laparoscópica y/o robótica, así como grandes números de pacientes tratados con radioterapia externa e intersticial. En estas grandes series apenas se mencionan las fístulas del tracto urinario inferior, como un pequeño porcentaje de complicaciones derivadas del tratamiento primario. Sin embargo, como bien lo anotan los Dres. Sierra y Gaviria, es limitada la información que se encuentra para resolver este «pequeño porcentaje de complicaciones», que en la práctica diaria son un verdadero reto para un urólogo.
En la era de la cirugía robótica, del uso del láser en cirugía urológica, exalto el interés de los autores de este trabajo, en tratar de resolver una condición muy desafortunada, usualmente compleja, que en algún momento nos enfrentamos como urólogos, como son las fístulas del tracto urinario inferior, en este caso en particular, en pacientes con un tratamiento primario para cáncer de próstata.
El procedimiento, tal como se describe en el artículo, es técnicamente muy familiar para quien realiza una práctica urológica general. En la misma descripción realizada por los autores, se menciona el uso de catéter ureteral recto 5Fr, el cual, en mi opinión se puede reemplazar por un catéter de auto retención Mono-J.
Comparada con la colocación de catéter de nefrostomía bilateral, la derivación renoatmosférica no solo elimina el requisito de encontrar dilatado el sistema colector para facilitar el procedimiento, también obvia el riesgo de complicaciones derivadas de la punción y el trayecto (sangrado, hematomas) y es definitivamente menos incómodo portar un solo sistema de drenaje uretral.
Los 3 casos mostrados en esta comunicación presentaban condiciones de complejidad: 2 ellos tenían antecedente de prostatectomía radical y estrechez de anastomosis vesicouretral, que en ambos casos requirieron uretroplastia, y el tercer paciente, había recibido radioterapia como tratamiento primario para cáncer de próstata; se suma el hecho de tratarse de varones mayores de 67 años. Estos factores son clásicamente considerados desfavorables para el cierre de una fístula. A pesar de ello, los 3 tuvieron una evolución satisfactoria y, aunque la experiencia aún es limitada, considero que la derivación renoatmosférica es una alternativa viable y reproducible, al alcance de todo urólogo, que puede resolver exitosamente fístulas complejas del tracto urinario inferior.