El estudio, diagnóstico y tratamiento de las diferentes entidades que comprometen el funcionamiento normal del tracto urinario inferior ha sido conocido como urología funcional, en ello se incluyen aquellas disfunciones de origen neurogénico y no neurogénico, tales como la incontinencia urinaria de todos los tipos y los defectos pélvicos de soporte, las disfunciones neurógenas vésicouretrales, los trastornos de vaciado vesical, desde su identificación, el diagnóstico y el tratamiento tanto médico como quirúrgico.
Históricamente el estudio de la incontinencia urinaria se remonta a épocas antiguas, la incontinencia urinaria ya aparece reflejada en escritos sumerios (año 2000 AC): «... Si la orina de un hombre gotea de forma constante, y es incapaz de controlarla, su vejiga se hincha y se llena de aire, y el conducto de la orina se llena de ampollas. La manera de curarlo es introduciendo por su pene una sustancia a base de aceite prensado a través de un tubo de bronce...». Heidenhain de Breslau (1837-1897) fue el primero en medir la presión intravesical en animales de laboratorio y concluyó que la continencia dependía del tono del esfínter vesical.
Gracias a la evolución de los estudios funcionales del tracto urinario bajo, urodinamia, videourodinamia, estudios neurofisiológicos, etc., el entendimiento de los diferentes desordenes funcionales urinarios ha avanzado, y de la mano de ello, la implementación de diferentes terapias que van desde tratamientos conservadores tan simples como la modificación de hábitos hasta procedimientos complejos que incluyen el implante de diferentes prótesis para restituir la anatomía alterada o incluso aquellos que intervienen el sistema nervioso (neuromodulación y neuroestimulación sacra), y buscan restaurar el equilibrio normal de los reflejos del almacenamiento y vaciamiento de la orina. De cara a todo esto la urología funcional no de manera infrecuente se relaciona con otras especialidades como la ginecología, neurología, neurocirugía, traumatología, cirugía general y colorrectal, geriatría, medicina interna y cirugía pediátrica.
No puede mirarse a la urología funcional como una rama exótica de la especialidad, en los últimos años nuestro país se ha posicionado como líder en Latinoamérica en la implementación de diferentes terapias, y hemos contribuido al desarrollo de las mismas en diferentes regiones, no solo locales sino también de nuestros países vecinos como lo destaca uno de los artículos publicados en esta edición. Por ello, es nuestra labor de la Sociedad Colombiana de Urología, así como de los diferentes programas académicos, impulsar el avance de esta rama de la urología y posicionarla de igual manera que se ha hecho con otras de rápido crecimiento en los últimos años como ha sido la urología oncológica o la endourología y la laparoscopia.