Conocer los factores de riesgo y los niveles de burnout en enfermeras de atención primaria.
MetodologíaSe realizó una revisión sistemática.
Fuentes de datosSe consultaron CINAHL, CUIDEN, LILACS, Pubmed, ProQuest, ScienceDirect y Scopus. Las ecuaciones de búsqueda fueron: «burnout AND community health nursing» y «burnout AND primary care nursing». La búsqueda se realizó en octubre del 2015.
Selección de estudiosLa muestra final fue de n=12. Se incluyeron estudios primarios cuantitativos que utilizasen el Maslach Burnout Inventory para evaluar el burnout en enfermeras de atención primaria, sin restricción por fecha de publicación.
Extracción de datosLas principales variables fueron la media y desviación típica de las 3 dimensiones del burnout, las prevalencias de niveles bajos, medios y altos de cada dimensión, y los factores sociodemográficos, laborales y psicológicos que potencialmente influyen en su desarrollo.
ResultadosLos estudios muestran prevalencias de cansancio emocional alto, por lo general, entre el 23 y el 31%. Las prevalencias de despersonalización alta y realización personal baja muestran heterogeneidad, variando entre el 8-32 y el 4-92% de la muestra respectivamente. Los estudios informan de que las enfermeras con mayor edad, mayor antigüedad laboral, ansiedad y depresión, entre otras variables, presentan mayores niveles de burnout, mientras que aquellas con mayor sueldo, satisfacción laboral alta, apoyo de la organización y buen autoconcepto lo padecen menos.
ConclusiónEl cansancio emocional alto es la principal dimensión del burnout afectada en la enfermería de atención primaria. En despersonalización y realización personal existe heterogeneidad. Debe prevenirse el burnout en estos profesionales potenciando los factores protectores y vigilando su aparición en los que presenten factores de riesgo.
To determine the risk factors and levels of burnout in Primary Care nurses.
MethodsA systematic review was performed.
Data sourcesCINAHL, CUIDEN, LILACS, PubMed, ProQuest, ScienceDirect and Scopus databases were consulted. Search equations were ‘burnout AND community health nursing’ and ‘burnout AND primary care nursing’. The search was performed in October 2015.
Study selectionThe final sample was n=12 studies. Quantitative primary studies that used Maslach Burnout Inventory for burnout assessment in Primary Care nurses were included without restriction by publication date.
Data extractionThe main variables were the mean and standard deviation of the three burnout dimensions, high, medium and low prevalence rates of each dimension, and socio-demographic, occupational and psychological variables that potentially influence burnout level.
ResultsStudies show high prevalence rates, generally between 23% and 31%, of emotional exhaustion. The prevalence rates of high depersonalisation and low personal accomplishment show heterogeneity, varying between 8%-32% and 4%-92% of the sample, respectively. Studies show that older nurses with more seniority, anxiety and depression, among other variables, have higher burnout levels, while nurses with higher salary, high job satisfaction, organisational support, and good self-concept have less burnout.
ConclusionHigh emotional exhaustion is the main affected dimension of burnout in Primary Care nursing. There is heterogeneity in depersonalisation and personal accomplishment. Burnout must be prevented in these professionals, by increasing protective factors and monitoring its appearance in those with risk factors.
El síndrome de burnout es un desorden psicológico ampliamente estudiado en las últimas décadas que afecta principalmente a profesionales que trabajan en contacto con personas1. Se desarrolla tras una exposición crónica al estrés laboral, y la definición más aceptada es la elaborada por Maslach y Jackson2, que lo describieron como un síndrome tridimensional en el que el trabajador presenta cansancio emocional (CE), despersonalización (D) o tratamiento cínico y actitud negativa hacia los clientes, y una baja realización personal (RP). Para su valoración existen diferentes instrumentos, como el Maslach Burnout Inventory (MBI) o el Cuestionario Burnout Granada2-4.
Las profesiones sanitarias son de las más afectadas por el burnout, presentando los profesionales de enfermería una alta prevalencia5,6. Se han estudiado procedimientos para el tratamiento del síndrome mediante intervenciones educacionales y meditación, aunque los resultados han sido limitados7,8. El burnout afecta a los profesionales que lo padecen, pero también influye sobre la calidad de los cuidados, los resultados de salud, los pacientes y la propia institución sanitaria9,10.
El desarrollo de perfiles de riesgo del burnout es crucial para avanzar en su prevención. Conociendo los factores que influyen en su desarrollo, como la satisfacción o la experiencia profesional11, se podría elaborar un perfil de riesgo de los más propensos a padecerlo. Sin embargo, también hay que valorar el papel clave que puede jugar en el desarrollo del síndrome el servicio hospitalario donde trabajan las enfermeras. Por ejemplo, el día a día de una enfermera de urgencias o cuidados intensivos, donde algunas revisiones informan sobre niveles altos de burnout12-14, puede ser muy diferente respecto al de atención primaria (AP). En AP los profesionales de enfermería realizan labores de prevención, educación, seguimiento y tratamiento prolongado y continuo a la población, con patologías principalmente crónicas. Además se valora y trata a la persona en su comunidad y en su domicilio, frente a las cortas estancias y enfermedades agudas de los servicios hospitalarios. Por ello es esperable que los niveles de burnout difieran entre unos servicios y otros, y es importante conocer si servicios como AP juegan un papel protector o de riesgo frente al síndrome.
Ante la falta de actualizaciones sobre burnout en profesionales de enfermería de AP, algo que sí ocurre en otras especialidades, se decidió llevar a cabo una revisión sistemática para conocer el nivel de burnout y sus factores de riesgo en enfermeras de AP.
Material y métodosSe realizó una revisión sistemática de la literatura.
Bases de datos y ecuación de búsqueda: se consultaron las bases de datos CINAHL, CUIDEN, LILACS, Pubmed, ProQuest (ebrary® e-books, Health, ProQuest Deep Indexing: Medical, ProQuest Health & Medical Complete, ProQuest Dissertations and Theses Global, PsycARTICLES y PsycINFO), ScienceDirect y Scopus, sin restricción en los resultados.
Las ecuaciones de búsqueda fueron «burnout AND community health nursing» y «burnout AND primary care nursing» y sus equivalentes en español. La búsqueda se realizó en octubre del 2015.
Criterios de inclusión/exclusión: se incluyeron estudios cuantitativos sobre burnout en enfermeras de AP que utilizasen el MBI como instrumento para medir el burnout, publicados en inglés, español o portugués, sin restricción por año de publicación.
Se excluyeron los estudios sin información estadística (prevalencia, medias o desviación típica), estudios con muestras mixtas sin datos independientes sobre enfermería de AP o con muestras de enfermeras especialistas en salud mental y matronas de AP.
Selección, lectura crítica y nivel de evidencia: la selección se realizó en 4 fases: primero se procedió a la lectura de título y resumen. A continuación se realizó la lectura del texto completo. Después se efectuó una búsqueda inversa y hacia delante en los estudios incluidos para localizar el mayor número de documentos posibles, y finalmente se efectuó la lectura crítica de los estudios para evaluar posibles sesgos en la metodología.
Para la lectura crítica se utilizó la guía de lectura crítica de Ciapponi15. Para evaluar la validez interna se utilizaron los ítems 2, 3, 4, 5, 6, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17 y 18 de la guía. Ningún estudio fue excluido por sesgos metodológicos. Para otorgar el nivel de evidencia se usó la clasificación SIGN16.
Dos miembros del equipo realizaron de forma independiente la búsqueda, selección y lectura crítica, consultándose un tercer investigador en caso de desacuerdo.
Variables y recogida de datos: se utilizó un cuaderno de recolección de datos, utilizándose la primera medida realizada en la población de estudio en el caso de estudios longitudinales con más de una valoración del burnout. Se recogieron 3 tipos de variables:
- a)
Variables sobre las características de la muestra: año de publicación, país de estudio, lenguaje de publicación (español vs. inglés vs. portugués), tipo de publicación (artículo vs. tesis doctoral), diseño del estudio (transversal vs. longitudinal) y MBI (Human Services Survey vs. General Survey).
- b)
Variables sobre el burnout: media y desviación típica de CE, D y RP, y prevalencia de niveles bajos, medios y altos de CE, D y RP.
- c)
Variables sobre potenciales factores de riesgo o protección: se registraron las medidas de relación estadística disponibles en los estudios entre las 3 dimensiones del burnout y variables sociodemográficas, laborales y psicológicas.
Los datos fueron extraídos y codificados por 2 miembros del equipo de forma independiente. La fiabilidad se comprobó mediante el grado medio de acuerdo entre ambos, con el coeficiente de correlación intraclase para variables continuas y el coeficiente Kappa de Cohen para categóricas. Respectivamente, el nivel medio fue de 0,91 (mínimo=0,88; máximo=1) y 0,94 (mínimo=0,90; máximo=1).
Análisis de datosLa información fue tratada de forma cualitativa y analizada de forma narrativa, ya que la información extraída no era suficiente para desarrollar un metaanálisis.
Esquema general del estudio
ResultadosSe localizaron 1.199 estudios, obteniéndose una muestra final de n=12 tras eliminar duplicados y aplicar los criterios de inclusión y exclusión. En el esquema general del estudio se detalla el proceso de búsqueda y selección.
Características de la muestraA excepción de uno17, todos los estudios eran transversales y la selección de la muestra intencional. El nivel de evidencia SIGN de los estudios fue 3C, considerado nivel bajo debido al diseño descriptivo. El 100% usaron el MBI Human Services Survey. El 54,5% se publicaron en los 2 últimos años. La información sobre las características de los estudios se encuentra en las 2 primeras columnas de la tabla 1.
Características y resumen de los estudios incluidos en la revisión (n=12)
Autor, año, país de estudio | Muestra (% tasa de respuesta) | Media (DT) | Factores de riesgo (instrumento de medida utilizado) | CE | D | RP | ||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
CE | D | RP | ||||||
Cao et al., 201524, China | 485 (88,9) | 27,4 (10,6) | 8,4 (6,9) | 25,6 (9,3) | Autoconcepto general (NSQ) | r=–0,4*** | r=–0,3*** | r=–0,4*** |
Liderazgo (NSQ) | r=–0,2*** | r=–0,1*** | r=–0,3*** | |||||
Comunicación (NSQ) | r=–0,2*** | r=–0,2*** | r=–0,3*** | |||||
Conocimiento (NSQ) | r=–0,3*** | r=–0,3*** | r=–0,4*** | |||||
Relación con el equipo (NSQ) | r=–0,2*** | r=–0,2*** | r=–0,2*** | |||||
Cuidados (NSQ) | r=–0,3*** | r=–0,3*** | r=–0,4*** | |||||
Compromiso afectivo (OCS) | r=–0,4*** | r=–0,4*** | r=–0,3*** | |||||
Compromiso normativo (OCS) | r=–0,3*** | r=–0,3*** | r=–0,3*** | |||||
Compromiso de continuidad (OCS) | r=–0,2*** | r=–0,2*** | r=–0,2*** | |||||
Cao et al., 201525, China | 456 (82,7) | 26,5 (10,4) | 8,5 (6,4) | 24,6 (9,3) | Percepción de apoyo por parte de la organización (SPOS) | r=–0,4*** | r=–0,4*** | r=–0,3*** |
Autoconcepto general (NSQ) | r=–0,4*** | r=–0,3*** | r=–0,4*** | |||||
Liderazgo (NSQ) | r=–0,2*** | r=–0,1*** | r=–0,3*** | |||||
Comunicación (NSQ) | r=–0,2*** | r=–0,2*** | r=–0,3*** | |||||
Conocimiento (NSQ) | r=–0,3*** | r=–0,3*** | r=–0,4*** | |||||
Relación con el equipo (NSQ) | r=–0,2*** | r=–0,2*** | r=–0,2*** | |||||
Cuidados (NSQ) | r=–0,3*** | r=–0,3*** | r=–0,4*** | |||||
Faura et al., 199518, España | 116 (72,4) | 12,8 (9,8) | 6,3 (5,8) | 37,9 (8,6) | SD | SD | SD | SD |
Hayter, 199919, Inglaterra | 30 (94) | 18,7 (11,8) | 2,9 (2,2) | 30,6 (8,6) | Estigma/discriminación (AIS) | Tb=0,2* | Tb=0,1 | Tb=–0,05 |
Identificarse con el paciente (AIS) | Tb=0,2 | Tb=–0,1 | Tb=0,09 | |||||
Duelo y pérdida (AIS) | Tb=0,5* | Tb=0,1 | Tb=–0,06 | |||||
Reconocimiento social y recompensa (AIS) | Tb=0,21 | Tb=0,1 | Tb=0,4* | |||||
Relación con iguales/tolerancia a la pérdida (AIS) | Tb=0,4* | Tb=0,01 | Tb=0,02 | |||||
Hai-Xia et al., 201526, China | 420 (100) | 13,0 | 15,5 | 21,3 | Edad | > entre 31-40 años** | > entre 31-40 años | < en mayores de 41 años |
Estado civil | > en casados** | > en solteros | Igual en solteros y casados | |||||
Estado contractual | > en contratos fijos** | > en eventuales | < en contratos fijos | |||||
Antigüedad laboral | > a más años de antigüedad** | > entre 4 y 10 años de antigüedad | < a más años de antigüedad** | |||||
Satisfacción laboral | > en los más insatisfechos** | > en los más insatisfechos** | < en los más insatisfechos** | |||||
Oportunidades de formación continuada | > en los que no la consideran adecuada** | > en los que no la consideran adecuada** | > en los que la consideran adecuada** | |||||
Ingresos mensuales | < a mayores ingresos** | < a mayores ingresos | > a mayores ingresos | |||||
Jansen et al., 199627, Holanda | 310 (91) | 2,1 (0,8) | 1,1 (0,6) | 4,0 (0,4) | SD | SD | SD | SD |
Lorenz y Guirardello, 201428, Brasil | 287 (100) | 24,6 (5,7) | 9,4 (3,0) | 30,4 (3,5) | Autonomía (NWI) | r=0,1* | r=0,1 | r=–0,2** |
Control sobre el ambiente de la práctica (NWI) | r=0,4** | r=0,1* | r=–0,1* | |||||
Relación enfermero y médico (NWI) | r=0,04 | r=0,1 | r=–0,08 | |||||
Apoyo de la organización (NWI) | r=0,3** | r=0,2** | r=–0,2** | |||||
Navarro-González et al., 201523, España | 58 (48) | SD | SD | SD | SD | SD | SD | SD |
Schaufeli, 199517, Holanda | 64 (42) | 17,5 (9,3) | 4,8 (3,7) | 30,3 (5,3) | SD | SD | SD | SD |
Soto Cámara y Santamaría Cuesta, 200520, España | 208 (83,8) | 19,9 (8,0) | 7,6 (3,5) | 27,4 (6,3) | Sexo/género | Menor en mujeres | Menor en mujeres | Mayor en mujeres |
Edad | SD | r=0,1* | SD | |||||
Estado civil | Sin relación | Sin relación | Sin relación | |||||
Hijos | Sin relación | Sin relación | Sin relación | |||||
Realizar guardias vs. no realizarlas | Sin relación | Sin relación | Sin relación | |||||
Contrato fijo vs. interinos y temporales | > en fijos* | Sin relación | Sin relación | |||||
Antigüedad laboral | r=0,4** | r=0,1 | SD | |||||
Presión asistencial | Sin relación | Sin relación | Sin relación | |||||
Consumo tabaco y alcohol | Sin relación | Sin relación | Sin relación | |||||
Estado subjetivo de salud general (GHQ-28) | r=0,5*** | r=0,4*** | r=–0,1* | |||||
Tomás-Sábado et al., 201021, España | 146 (67) | 17,5 (9,7) | 4,8 (4,3) | 41,2 (6,2) | Riesgo suicida (RS) | r=0,1* | r=0,1 | r=–0,2* |
Ansiedad (KUAS) | r=0,4** | r=0,1* | r=–0,1 | |||||
Depresión (SDS) | r=0,4** | r=0,2** | r=–0,3** | |||||
Autoestima (RSES) | r=0,1 | r=–0,2* | r=0,2** | |||||
Vilá Falgueras et al., 201522, España | 345 (44,5) | SD | SD | SD | SD | SD | SD | SD |
AIS: AIDS Impact Scale; CE: cansancio emocional; D: despersonalización; DT: desviación típica; GHQ-28: General Health Questionnaire-28; HSS: MBI Human Services Survey; KUAS: Kuwait University Anxiety Scale; NSQ: Nursing Self-Concept Questionnaire; NWI: Nursing Work Index; OCS: Organisational Commitment Scale; r: correlación de Pearson; RP: realización personal; RS: Escala de Riesgo Suicida; RSES: Rosenberg Self-Steem Scale; SDS: Self-Rating Depression Scale; SD: sin datos; SPOS: Perceived Organisational Support Scale; Tb: coeficiente de correlación de Kendal Tau.
El burnout en su nivel más alto está presente en profesionales que presentan alto nivel de CE y D, y bajo nivel de RP.
Respecto al CE, en la mayoría de estudios el porcentaje de muestra más alto se encuentra en niveles de CE bajos o medios. En cuanto a los niveles altos de CE, los estudios informan de una prevalencia entre el 23,3 y el 31,3% de la muestra18-22, a excepción del trabajo de Navarro-González et al.23 con un 5,2%. En niveles medios de CE encontramos estudios que informan de porcentajes superiores al 30% de la muestra18,20,21.
En cuanto a la D, salvo el estudio de Soto Cámara y Santamaría Cuesta20, en el que un 32,2% de la muestra presenta niveles altos, los demás estudios informan de niveles altos en porcentajes menores al 15%. Sin embargo, en niveles medios de D, se encuentran prevalencias más altas con porcentajes del 67,4%20 o del 39,1%21.
Por último, los estudios informan de prevalencias de nivel bajo de RP del 92,8%20, el 20%19, el 17,2%23 o inferiores al 10%21,22.
La información sobre prevalencia de niveles de CE, D y RP bajos, medios y altos se incluye en la tabla 2.
Prevalencia de niveles bajos, medios y altos para las dimensiones del Maslach Burnout Inventory en enfermeras de atención primaria (n=6)
Autor, año y país del estudio | CE (%) | D (%) | RP (%) | n | ||||||
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Bajo | Medio | Alto | Bajo | Medio | Alto | Bajo | Medio | Alto | ||
Faura et al., 199518, España | 42,2 | 34,5 | 23,3 | - | - | - | - | - | - | 116 |
Hayter, 199919, Inglaterra | 56 | 17 | 27 | 97 | 3 | 0 | 20 | 27 | 53 | 30 |
Navarro-González et al., 201523, España | - | - | 5,2 | - | - | 8,6 | 17,2 | - | - | 58 |
Soto Cámara y Santamaría Cuesta, 200520, España | 26 | 45,2 | 28,8 | 0 | 67,4 | 32,2 | 92,8 | 7,2 | 0 | 208 |
Tomás-Sábado et al., 201021, España | 43,2 | 32,9 | 23,9 | 47,9 | 39,1 | 13 | 9,6 | 22,6 | 67,8 | 146 |
Vilá Falgueras et al., 201522, España | - | - | 31,3 | - | - | 14,8 | 4,3 | - | - | 345 |
CE: cansancio emocional; D: despersonalización; n: tamaño de la muestra; RP: realización personal.
De los estudios incluidos, 6 no informaban sobre la prevalencia de niveles bajos, medios y altos de cada dimensión17,24-28 y solo indicaban puntuaciones medias de las 3 dimensiones.
En CE las medias de los estudios, tomando como referencia los cortes de puntuación del MBI, se sitúan la mitad en niveles medios y bajos17,27,28, y la mitad en niveles altos de CE24-26. En D, los estudios de Cao et al.24,25 y Hai-Xia et al.26 entran en el corte de nivel alto.
En RP la mitad de los estudios se sitúan en niveles bajos de RP26-28. La tabla 1 informa sobre las medias y desviaciones típicas de las 3 dimensiones.
Potenciales variables de riesgo o protectoras del burnout en enfermeras de atención primariaRespecto a las variables sociodemográficas, hay estudios que informan de que la edad tiene relación con las 3 dimensiones del burnout, siendo mayor el CE y la D en las personas entre 31-40 años que en aquellos de menor o mayor edad, y siendo menor la RP conforme aumenta la edad; sin embargo, las diferencias solo son estadísticamente significativas en CE26. Otros autores, solo indican una relación estadística significativa en el aumento de D con el aumento de la edad20. En el estado civil solo se encuentran diferencias estadísticamente significativas en CE, siendo mayor en casados que solteros26, aunque otros autores informan de que no existe relación20. Tener hijos también ha sido valorado como potencial variable de riesgo del burnout, aunque parece no tener relación estadísticamente significativa26. La información sobre la relación entre las variables sociodemográficas y el burnout se muestra en las 4 últimas columnas de la tabla 1.
Con relación a las variables laborales, hay estudios que muestran relaciones estadísticamente significativas. Las enfermeras con contratos fijos presentan mayor CE20,26. La antigüedad laboral parece aumentar el CE20,26 y disminuir la RP26. Por el contrario, las enfermeras con más sueldo presentan menos CE26; aquellas con mayor apoyo de la organización y mejores relaciones interprofesionales tienen menos CE y D24,25,28. Las enfermeras más satisfechas laboralmente presentan también menos burnout26. Los datos sobre probables factores de riesgo laborales y el burnout se exponen en las 4 últimas columnas de la tabla 1.
Por último, tomando como referencia las variables psicológicas, hay estudios que informan de que mayores niveles de ansiedad y depresión se relacionan con mayores niveles de burnout de forma significativa21. Por el contrario, las enfermeras con capacidad de liderazgo, buen autoconcepto y buena capacidad de comunicación presentan menores niveles de CE y D24. En la tabla 1, en las 4 últimas columnas, se detalla la información sobre la relación de las variables psicológicas y el burnout.
DiscusiónInvestigaciones secundarias en servicios como urgencias y oncología muestran la importancia de analizar el burnout en servicios específicos, sin embargo, el número de estudios sobre burnout de enfermería en esos servicios es mayor que en AP12,13,29. Esta diferencia puede deberse al hecho de que se perciba la AP como un servicio menos propenso al burnout dado que se suelen tratar pacientes menos complicados e inestables. Sin embargo, el interés por el burnout en enfermeras de AP parece estar creciendo, concentrándose la mitad de los estudios localizados en esta revisión en los últimos 2 años22-26,28, algo lógico ya que la tendencia en los últimos años ha sido incrementar la carga asistencial en este servicio30. Teniendo en cuenta esta tendencia, los objetivos de esta revisión fueron conocer posibles variables de riesgo o protectoras del burnout, así como los niveles del síndrome en enfermeras de AP.
Entre los estudios revisados, las prevalencias de burnout alto en cada una de las dimensiones varían, lo que también ocurre en revisiones similares en otros servicios12,13,29. La variabilidad puede deberse al año de realización del estudio. Este no parece influir en las prevalencias del CE alto, sin embargo, sí puede observarse una tendencia a una mayor RP en la actualidad y una estabilización de la D alta en torno al 10 y 15% de la población de enfermeros de AP en los últimos 5 años.
Las variabilidades en las prevalencias también pueden deberse a los distintos países de realización de los estudios o a los territorios de un país, además de los puntos de corte según el MBI sea original o adaptación, y a las características psicométricas de tales adaptaciones31. Este hecho puede influir en el síndrome, ya que cada país tiene unas determinadas características en su sistema sanitario, y dentro de cada uno existen diferencias respecto a competencias, planes de formación, cargas de trabajo y retribución de enfermería32,33. Respecto a la localización, los países con enfermeras de AP con más burnout parecen ser China y España, mientras que Holanda e Inglaterra muestran niveles menores, aunque debe valorarse que los estudios de China y España son más actuales.
Atendiendo a variables sociodemográficas, las enfermeras más jóvenes presentan menos burnout; en sus inicios los trabajadores se encuentran motivados, lo que contribuye a disminuir el CE y la D, y a establecer una mejor relación con sus pacientes34. Así mismo, los solteros parece que presentan menos CE, ya que estar libre de cargas familiares facilita los comienzos cuyos primeros destinos son inciertos35.
Con respecto a las variables laborales, el personal con mayor antigüedad y con contrato fijo sufre más CE, ya sea por monotonía36, estrés37 o sobrecarga laboral5,38. Un buen ambiente de trabajo, basado en buenas relaciones con los compañeros37, respaldado por la organización39,40 y una buena remuneración41,42 mejoran la motivación del trabajador incluso en condiciones poco favorables43, ayudando a prevenir la aparición del burnout. En definitiva, la satisfacción laboral es fundamental para conseguir trabajadores menos propensos a padecer burnout y más eficientes44-46.
En cuanto a las variables psicológicas, enfermeras de AP con niveles altos de ansiedad y depresión han mostrado mayores niveles de burnout. Obviamente, ambientes de trabajo duros y hostiles47 dificultan el desempeño laboral, desencadenando un estado de frustración que no hace sino empeorar40, disminuyendo su calidad de vida43 y llegando a abandonar el trabajo47 e incluso a tener ideas suicidas21. De ahí la importancia de intervenciones que ayuden al personal a afrontar situaciones que desemboquen en el padecimiento del burnout42.
El estudio presenta algunas limitaciones. No se ha utilizado la metodología metaanalítica por falta de un número adecuado de estudios que analicen los distintos factores de riesgo, lo que sería conveniente realizar cuando la cantidad de investigaciones lo permita. Debido a que los trabajos revisados son descriptivos, el nivel de evidencia de los estudios es bajo, aunque estos son adecuados para analizar prevalencias y relacionar variables y su integración en un trabajo de revisión sistemática, como el realizado. Las diferencias respecto a los países de realización de los estudios y su año de publicación han de ser tenidas en cuenta en la interpretación de los resultados. Respecto al posible sesgo de publicación, ha tratado de minimizarse mediante la búsqueda de literatura gris en diferentes bases de datos. Por último, han de ser tenidos en cuenta los posibles sesgos de los estudios incluidos en la revisión, hecho que ha intentado controlarse mediante la lectura crítica de los estudios antes de su inclusión.
En conclusión, una parte importante de los profesionales de enfermería de AP padecen niveles medios o altos de CE y D, así como baja RP, estando así en alto riesgo de sufrir burnout. Según lo encontrado en la literatura, variables como edad, tipo de contrato, sueldo, satisfacción laboral, ansiedad y depresión pueden ser factores relacionados potencialmente con el desarrollo del síndrome, y deberían ser considerados en la prevención del síndrome en estos profesionales, pudiendo así contribuir a una mejora en la calidad asistencial del sistema de salud y sus beneficiarios.
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Los profesionales de enfermería presentan una alta prevalencia del síndrome de burnout, que se caracteriza por la presencia de cansancio emocional, baja realización personal y despersonalización en el trato. Este síndrome, además de afectar a los profesionales que lo padecen, influye en la calidad de los cuidados, los resultados de salud, los pacientes y la propia institución sanitaria.
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Los servicios hospitalarios donde trabajan las enfermeras juegan un papel clave en el desarrollo del burnout, ya que el día a día de una enfermera de urgencias hospitalarias, oncología o cuidados intensivos puede ser muy diferente respecto al trabajo en atención primaria.
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No existen actualizaciones sobre el burnout en profesionales de enfermería de atención primaria, algo que sí ocurre en otras especialidades y que permite observar la diferencia en los niveles de burnout entre los servicios.
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De las 3 dimensiones que caracterizan el síndrome de burnout, el cansancio emocional alto es la más presente en los enfermeros de atención primaria, con prevalencias que varían principalmente entre el 23,3 y el 31,3%. La baja realización personal es la otra dimensión más afectada en estos profesionales, con prevalencias entre el 10 y el 20%, pero llegando a afectar en algunos estudios al 92% de la población. La despersonalización alta es la dimensión con menor afectación, mostrando prevalencias de profesionales afectados por ella entre el 8 y el 14%.
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Existen relaciones estadísticamente significativas entre el burnout y variables que pueden ser potenciales factores de riesgo. Destacan, entre otras, ser de mayor edad, estar casado, los contratos fijos, la antigüedad laboral, el mal ambiente en la institución sanitaria, las malas relaciones interprofesionales, la ansiedad y la depresión.
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Hay variables que podrían ser potencialmente protectoras frente al desarrollo del burnout, con resultados de relación estadísticamente significativos, como el buen autoconcepto del profesional, la comunicación y buena relación con el equipo, la satisfacción laboral, la autonomía profesional, el apoyo de la organización o un sueldo más alto.
Este trabajo ha sido financiado por el Proyecto de Excelencia P11HUM-7771 (Junta de Andalucía, España).
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.