Olmesartán es un fármaco de la familia de los inhibidores del receptor de la angiotensina II, ampliamente utilizado como tratamiento de la hipertensión arterial desde 20021. La FDA, en 2012, alertó de que este fármaco podía producir como efecto secundario raro una enteropatía con hallazgos histológicos similares a los encontrados en la enfermedad celíaca, y que condiciona cuadros de diarrea severa y pérdida de peso tras meses o incluso años de comenzar con el tratamiento2. A nivel intestinal se observa atrofia de las vellosidades intestinales, sin elevación serológica de IgA antitransglutaminasa, y sin respuesta a una dieta sin gluten.
La etiología de esta asociación es desconocida, aunque el largo periodo de tiempo entre el comienzo de la toma del fármaco y el comienzo de los síntomas sugiere lesión mediada por células inmunitarias, y no una reacción de hipersensibilidad tipo 13. Se ha relacionado con una mayor incidencia de HLA DQ 2 y HLA DQ 8 en estos pacientes comparado con la población general, por lo que también podría estar influida por la susceptibilidad genética2. Es importante tener en cuenta esa entidad para diagnosticar a los pacientes afectos.
Se presentan 2 casos: Paciente mujer de 71 años, hipertensa, en tratamiento con olmesartán 40mg/día desde 2010 y paciente varón de 86 años, en tratamiento con olmesartán 20mg/día desde 2009. Ambos fueron estudiados en nuestro servicio por cuadros de diarrea de meses de evolución y pérdida de peso de más de 5kg en los últimos meses. Se realizó analítica completa que fue normal, ambos tenían marcadores tumorales CEA y CA 19.9 dentro de los límites normales, y presentaban anticuerpos anti-transglutaminasa negativos. Se recogieron coprocultivos y estudio de toxina de Clostridium difficile con resultado negativo. Como prueba de imagen se solicitó una TAC, que en los 2 pacientes resultó normal. Se realizó colonoscopia, también normal en ambos, con biopsias aleatorias inespecíficas. La gastroscopia con toma de biopsias duodenales indicó una atrofia vellositaria severa y presencia de linfocitos intraepiteliales. En uno de los pacientes, el HLA DQ2 fue positivo, mientras que en el otro, tanto HLA DQ2 como HLA DQ8 fueron negativos. En ambos pacientes al retirar el fármaco se obtuvo mejoría clínica.
Dada la creciente incidencia de esta entidad, es importante tener una alta sospecha clínica para llegar al diagnóstico, ya que con la retirada del fármaco se consigue una importante mejoría de la calidad de vida del paciente y se evitan estudios y costes innecesarios.