El 15 de mayo se celebró en el Colegio Oficial de Médicos de La Rioja la mesa redonda «Medicina rural con visión de futuro». En este encuentro participaron de manera presencial y virtual (plataforma Cisco-Webex) más de 60 médicos de familia de distintas Comunidades Autónomas: Madrid, Galicia, Castilla y León, Andalucía, Aragón, Asturias, Cataluña, Baleares, Navarra, País Vasco y La Rioja.
El objetivo era reunir bajo un mismo techo representantes de la Organización Médica Colegial, Sociedades Científicas Médicas de Atención Primaria y residentes de medicina de familia y comunitaria (MFYC). También se quería poner en valor el papel del médico rural en el Sistema Nacional de Salud, así como trazar líneas de trabajo que ayuden a mejorar la situación del mismo en ese ámbito. Especial relevancia tuvo en el encuentro la docencia en el medio rural, tanto desde la visión del tutor como la del residente de MFYC.
El Programa Nacional de Especialidades para MFYC, contempla la rotación rural con una duración de tres meses1, pero hay diferencias muy marcadas en la aplicación del mismo en las unidades docentes de todo el territorio nacional (desde rotación inexistente hasta los 3 meses, en segundo o tercer año de residencia). Entre los objetivos de esta rotación rural (una de las rotaciones mejor valoradas2) están: el conocimiento geográfico, estructural, organizativo del Área Básica de Salud, organización del propio centro de salud, trabajo en consulta, conocimiento de servicios locales (municipales, farmacéutico y servicios sociales), gestión de emergencias, atención continuada. Primordial experimentar la estrecha relación médico-enfermo-comunidad en estas pequeñas poblaciones.
Como habilidades que aporta la rotación rural tenemos la comunicación e interrelación médico-paciente-familia, el manejo de una medicina menos agresiva, así como la gestión de la incertidumbre y la confidencialidad3. Habilidades en el tratamiento paliativo (oncológico y no oncológico), gestión del enfermo crónico, polimedicado, con escaso soporte familiar4. Habilidades de trabajo en equipo, colaboración con enfermería. Un abordaje de la salud más completo y comunitario. Desarrollo de distintas técnicas, así como el manejo de las urgencias desde lo esencial (maletín de urgencias) a lo más complejo (emergencias, traslados). Habilidades en salud mental, pediatría, atención a la mujer (planificación familiar, embarazo), geriatría. Muchas veces se gestiona directamente la atención presencial y telefónica, en uno o varios consultorios por ausencia de administrativos.
La tendencia clásica a centrar la formación del residente de MFYC en el hospital fue debatida en la mesa objetivándose la necesidad de que sea contrarrestada con programas más orientados a la formación del residente en el ámbito rural anteriormente descrito, que permitan adquirir habilidades necesarias para llevar a cabo un correcto trabajo en el mismo. La docencia en el ámbito rural5 ofrece condiciones idóneas, ilusionantes y atractivas para formar en el ejercicio de una medicina de familia en esencia. El medio rural puede significar el entorno donde se desarrolle el futuro laboral de muchos jóvenes médicos de familia.
Si bien es cierto que existen también dificultades y muchas veces todo funciona a base de la buena voluntad, en la zona rural se puede conseguir un nivel de excelencia en el trabajo y la calidad6 en la formación que complementa el currículum de las rotaciones en medio urbano.
Como conclusión de la mesa podemos destacar la propuesta de fomentar la presencia de la medicina rural en la formación pre y posgrado de medicina y especialidades biosanitarias, y facilitar la acreditación de tutores rurales preparados y comprometidos con la docencia. La mesa resultó un éxito organizativo, de participantes, hubo un debate muy interesante y la calificación en satisfacción fue sobresaliente. Es un modelo de debate sobre medicina rural, extensible a otros colegios de médicos del territorio nacional.