Las infecciones del tracto respiratorio suelen ser causadas por virus o bacterias. En esta parte conviven una gran cantidad de microorganismos potencialmente patógenos junto con la microbiota habitual en un equilibrio comúnmente beneficioso para el huésped1. Varios estudios han demostrado que la alteración del microbioma (disbiosis) intestinal produce una alteración del sistema inmunitario que puede traducirse en un aumento de las infecciones respiratorias2.
Los probióticos son microorganismos vivos que cuando se administran en las cantidades adecuadas resultan beneficiosos para la salud del huésped. La ingesta de los mismos puede modificar la microbiota intestinal y, como consecuencia, activar el sistema inmune. Su eficacia se ha demostrado principalmente en la prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas (prevención de la diarrea por antibióticos, tratamiento de la diarrea aguda en niños, así como de la enterocolitis necrotizante en recién nacidos pretérmino). Se ha investigado su papel en muchas enfermedades respiratorias, como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el cáncer broncogénico o las infecciones respiratorias. Reciben su nombre por su género, especie y cepa. Los más estudiados son Lactobacillus, Bifidobacterium y Saccharomyces boulardii. Es difícil obtener resultados concluyentes del efecto que tienen en las diversas patologías estudiadas debido a la gran heterogeneidad de los ensayos, con especies variadas y cepas de microorganismos utilizados, diferentes concentraciones, distinta duración de los tratamientos, etc. Además, sus efectos están modulados, entre otros factores, por la madurez de la barrera intestinal del huésped, por lo que un mismo probiótico puede tener distintos efectos en diferentes personas.
Mecanismos de acción de los probióticos en infecciones del tracto respiratorioCasi todos los estudios sobre los posibles efectos beneficiosos de los probióticos vs. infecciones virales y bacterianas se han hecho en ratones. Ayudan a mantener la integridad de la mucosa intestinal, dificultan la absorción e internalización de virus y bacterias en las células y estimulan la producción de metabolitos y sustancias antivirales. Pero la mayoría de sus beneficios se debe a su papel en la inmunomodulación celular y humoral3,4; actúan en la inmunomodulación celular mediante la producción de citoquinas antivirales y proinflamatorias5. Así, en ratones infectados por virus de la influenza, algunas cepas de Bifidobacterium, Lactobacillus y Enterococcus regulan la activación de los receptores de tipo Toll, expresados principalmente en las células del sistema inmunitario, que reconocen los ácidos nucleicos de los virus6. Del mismo modo, en ratones se ha mostrado útil la administración oral de Lactobacillus casei Shirota al disminuir la carga viral del virus de la influenza. Los que ingirieron esta cepa de Lactobacillus tuvieron un incremento significativo de interferón (IFN)-δ y del factor de necrosis tumoral (TNF)-α7. Se ha demostrado que la ingesta de Lactobacillus rhamnosus GG y Bifidobacterium lactis aumenta las concentraciones de IFN-δ, interleucina (IL)-4, IL-10 e IL-6 y activa las células fagocíticas, reduciendo la gravedad de la inflamación8. Los probióticos también pueden actuar induciendo la síntesis de inmunoglobulinas en suero y secreciones respiratorias9. Se ha visto en modelos animales con neumonía por Pseudomonas aeruginosa que la administración enteral de Lactobacillus rhamnosus GG ayuda a proteger contra la inflamación, incrementando la producción de células T reguladoras10. Una observación similar se hizo con Bifidobacterium breve, ya que induce la producción de un polisacárido que estimula el receptor de tipo Toll-211.
Estudios en humanos de los probióticos en infecciones del tracto respiratorioUno de los estudios más relevantes realizado en personas fue el dirigido por Panigrahi et al., quienes condujeron un estudio aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo. Compararon la administración de un simbiótico (Lactobacillus plantarum ATCC202195 más un fructooligosacárido) frente a placebo en 4.556 niños recién nacidos en la India. La duración de la intervención fue de una semana. La ingesta del simbiótico redujo significantemente la combinación de sepsis y muerte (objetivo primario del estudio). También se observaron reducciones significativas de la incidencia de sepsis (con cultivos positivos o negativos) y de la tasa de infecciones del tracto respiratorio inferior12.
La organización Cochrane publicó en 2022 una revisión sistemática sobre probióticos e infecciones del tracto respiratorio superior. Esta comprende 23 ensayos clínicos en 6.950 pacientes. Incluye niños (de un mes a 11 años), adultos (edad media de 37,3) y ancianos (edad media de 84,6). En la mayoría de los estudios se usaron una o dos cepas (p. ej., Lactobacillus plantarum HEAL9, Lactobacillus paracasei [8700:2 o N1115]), en concentraciones de 109 o 1011 unidades formadoras de colonias/día administrados durante más de tres meses. Los autores concluyen que, comparados con placebo, los probióticos pueden reducir: 1) el número de personas con al menos una infección respiratoria de vías altas en 24%; 2) el número de pacientes con al menos tres infecciones respiratorias de vías altas en 41%; 3) la incidencia de infecciones respiratorias de vías altas en 18%; 4) la duración media de las infecciones respiratorias de vías altas en 1,22 días; y 5) el número de aquellos que se prescriben antibióticos por una infección respiratoria de vías altas en 42%. La evidencia en la reducción del absentismo escolar o en el trabajo fue muy escasa. Todo ello sin aumentar la incidencia de efectos adversos. Estos fueron leves y principalmente gastrointestinales13.
Uno de los trabajos más recientes y relevantes sobre probióticos en el tratamiento de las infecciones virales fue conducido por Gutiérrez et al. El estudio fue aleatorizado, cuádruple ciego, controlado con placebo en pacientes con COVID-19 sintomáticos no hospitalizados y no vacunados. El grupo de tratamiento recibió una combinación de cuatro cepas de probióticos (Lactiplantibacillus plantarum [cepas KABP022, KABP023 y KAPB033] y Pediococcus acidilactici [KABP021]). Encontraron que la suplementación con probióticos redujo significativamente el porcentaje de aquellos con remisión completa (sintomática y viral) y la carga del virus en la nasofaringe. Los del grupo de tratamiento tuvieron una resolución más rápida de los infiltrados pulmonares y de la duración de los síntomas que los del grupo con placebo. Se objetivó un aumento significativo de inmunoglobulinas (Ig)-M e IgG específicas frente al SARS-CoV-2 en el grupo de tratamiento. No se observaron cambios en el microbioma de las muestras de heces. Por ello, los autores piensan que el efecto beneficioso de esta combinación de probióticos se debe más a la estimulación del sistema inmune que a un cambio en la composición del microbioma14.
Por todo ello se puede concluir que, con las limitaciones de los estudios, los probióticos son sustancias muy prometedoras en la profilaxis y tratamiento de las infecciones respiratorias, tanto virales como bacterianas.
FinanciaciónEste trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.
Contribuciones de los autoresL. Máiz Carro es el único firmante del artículo.
Conflictos de interésLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.