Objetivo: La anestesia del plexo periprostático (APP) no es práctica habitual durante la biopsia prostática (BP). Muchos pacientes deben someterse a una segunda, o más, BP por sospecha de carcinoma. El dolor influye en la repetición de la misma pues determina que muchos pacientes rechacen el procedimiento o que éste deba realizarse en quirófano bajo anestesia. Nuestro objetivo fue valorar la utilidad de la APP en la supresión del dolor producido durante la realización de la BP así como la aceptación del procedimiento realizado en estas condiciones.
Material y métodos: De octubre del 2002 a junio del 2003 planteamos un trabajo prospectivo con casos y controles en el que incluimos aleatoriamente 275 pacientes de dos centros para BP. En el primer centro se incluyeron 101 varones a los que no se les realizó APP, mientras que en el segundo fueron 174 los pacientes sometidos a BP tras APP. Usamos hasta 10 ml de lidocaína al 2% diluida al 50% administrada mediante una aguja fina del calibre 22. Al final del procedimiento se invitó al paciente a rellenar un cuestionario de satisfacción y evaluación del dolor.
Resultados: En el grupo de pacientes del segundo centro se obtuvieron valores medios significativamente inferiores (p<0,005, IC 95%) en la valoración cuantitativa del dolor, que en el grupo del primer centro (1,24±0,4 vs. 2,5±1,1). Respecto a la posibilidad, si fuese necesario, de repetir la BP, a ninguno de los pacientes del segundo centro le importaría, mientras que el 10% del primer centro no la repetirían o la aceptarían sólo bajo anestesia. No se produjeron complicaciones atribuibles a la APP.
Conclusión: La APP es una técnica segura que reduce significativamente el dolor durante la BP, mejorando la aceptación de la misma.
Objetive: Periprostatic plexus anesthesia (PPA) is not current practice during prostate ultrasound-guided biopsy (PB). Many patients must undergo a second or more PB if a prostate carcinoma is suspected. Due to pain, many patients reject the procedure, or it has to be performed with general anesthesia. Our objective was to evaluate the utility of PPA to eliminate the pain caused by PB, as well as the acceptance of the procedure under these conditions.
Patients and Methods: Between october 2002 and june 2003 we designed a randomized prospective study with 275 patients that were seen in 2 different hospitals and required PB. In the 1st group we included 101 males who underwent PB without PA. In the other group, 174 male patients submitted PB after PPA were included. 10 cc lidocaine, 2% diluted 50% was injected with a 22g needle. At the end of the procedure, patients were asked to fill in a questionnaire about their satisfaction and degree of pain felt.
Results: In the second group of patients we obtained significantly inferior values (p<0.005, IC 95%) in the quantitative evaluation of pain compared with the first group (1.24±0.4 vs. 2.5 ±1.1). Ask per the possibility of repeating PB if it were necessary, none of the patients in the 2nd group would object, whereas 10% in the 1st group would not have the biopsy repeated or would only accept it if it was done with general anesthesia. No complications due to PPA were found.
Conclusion: PPA is a safe procedure that significantly reduces pain during PB, improving its acquiescence among patients.