Aunque las primeras experiencias del uso de la arteria radial como conducto en la cirugía coronaria no fueron satisfactorias, hoy es uno de los conductos arteriales más usados. Tras su resurgimiento a principios de los años 90 su utilización se ha extendido, presentando elevados índices de permeabilidad en series con seguimiento de varios años.
Nuestra pretensión es comentar la historia de la misma en la cirugía coronaria, los detalles referentes a su disección, la experiencia acumulada en una década de uso como segundo conducto de elección y las razones que a nuestro juicio avalan su uso de forma extensiva.
Desde agosto de 1996 hasta la actualidad hemos utilizado la arteria radial como injerto coronario en 424 pacientes. Se realizaron 543 anastomosis distales con 454 arterias radiales, lo que contribuyó a alcanzar un alto tanto por ciento de revascularización completa con conductos arteriales exclusivamente. Nuestra propia experiencia nos ha convencido de que se trata de un conducto excelente para ser usado en cirugía coronaria, en nuestra opinión el mejor tras la arteria mamaria interna izquierda. Las razones que, a nuestro juicio, avalan su uso extensivo son: su naturaleza arterial, su disponibilidad, la facilidad de su obtención con mínima morbilidad, su concordante calibre con los vasos coronarios, la importante longitud de la misma, la facilidad de su manejo quirúrgico, su resistencia al acodamiento, el hecho de evitar safenectomías, y la excelente permeabilidad demostrada ya a largo plazo.
Although the initial experiences with radial artery as a conduit for coronary surgery were not satisfactory, it is nowadays widely used. After its renaissance in the early 90s its used has extended, with high patency rates in the series of patients followed for several years. Our goal is to comment the history if this graft, the technical for harvesting, the experience accumulated over a decade of use as the second conduit of choice and the reasons that guarantee their use.
From August of 1996 we have used the radial artery as coronary bypass graft in 424 patients. A total of 543 distal anastomoses were built with 454 radial arteries, which contributed to reach a high percentage of complete revascularizations with exclusively arterial conduits. Our own experience has convinced us that it is an excellent conduit to be used in coronary surgery, in our opinion best after left internal mammary artery. The reasons that, in our opinion, guarantee its extensive use are: its arterial nature, availability, the minimum morbidity associated with its harvest, its similar caliber to the coronary vessel, available length, ease surgical handling, resistance to kinking, and the possibility to avoid saphenectomies and the excellent patency in the long-term.