La superioridad de la arteria mamaria interna izquierda frente a la vena safena, como injerto a la arteria coronaria descendente anterior, ha sido demostrada de forma clara en muchos artículos que, de forma retrospectiva y no aleatorizada, muestran datos incontrovertibles. La posibilidad de que el uso de la segunda arteria mamaria aumentara el beneficio del injerto de arteria mamaria izquierda se ha investigado durante muchos años, sin alcanzar conclusiones definitivas. Sin embargo, durante los últimos años, diversos autores han precisado un resultado superior cuando se compara la revascularización con arteria mamaria bilateral, frente a la arteria mamaria única.
Ha habido una preocupación justificada acerca del aumento de la morbilidad asociada con el uso de la arteria mamaria bilateral, especialmente el riesgo de complicaciones de la herida esternal. La introducción de cambios técnicos en la preparación de la arteria mamaria, en particular la esqueletización de la misma, han mostrado una disminución de estos riesgos.
El uso de injertos bilaterales in situ tiene algunas limitaciones en cuanto a los vasos coronarios que deben ser injertados, y en algunos pacientes, la anatomía coronaria no se presta bien a la estrategia con arteria mamaria bilateral. Sin embargo, el reciente uso de injertos compuestos, en los que la arteria mamaria derecha se anastomosa a la arteria mamaria izquierda como injerto en Y o T, permite al cirujano mucha más flexibilidad en el abordaje de los vasos coronarios de la pared lateral y posterior del ventrículo izquierdo.
The superiority of the left internal thoracic artery (LITA) over the saphenous vein graft (SVG) when the target vessel is the left anterior descending artery was clearly demonstrated in many papers that, even if retrospective and non-randomised, showed incontrovertible findings. The possibility that the use of the second ITA could increase the benefit of the LITA was investigated for many years, without reaching definitive conclusions.
However, during the last years, many reports pointed out on the superior outcome when bilateral ITA was compared to the single ITA. There has been a justified concern about the potential for increased morbidity associated with BITA most specifically the risk of sternal wound complications. Changing techniques of ITA preparation, in particular skeletonization, seem to have decreased those risks.
The use of bilateral in situ grafts has some limitations regarding the coronary vessels that can be grafted, and for some patients, the coronary anatomy does not match well to the BITA strategy. However, the recent use of composite internal thoracic artery grafts, where the RITA is anastomosed to the LITA as a Y or T graft allows the surgeon much more flexibility in grafting lateral wall and posterior vessels.