Introducción: Los traumatismos torácicos son la principal causa de muerte en menores de 40 años, siendo una importante causa de morbimortalidad. Presentamos el caso de un paciente joven con un traumatismo torácico grave y enclavamiento de cuerpo extraño en cavidad torácica. Destacamos el papel crucial del cirujano torácico en el manejo del paciente politraumatizado, subrayando la importancia de una preparación adecuada para el abordaje de estos casos complejos. Presentamos el caso de un paciente con traumatismo torácico penetrante. Exploramos tanto el enfoque médico como quirúrgico utilizado en su tratamiento, así como su evolución posterior.

Caso clínico: Varón de 29 años, sin antecedentes personales de interés, traído a Urgencias tras accidente de tráfico de alto impacto. En urgencias se evidencia traumatismo torácico abierto junto con empalamiento de barra metálica en pared torácica anterior izquierda. Tras intubación y previa estabilización del paciente se realiza tomografía computarizada (TC) de cuerpo entero. En el TC se visualiza cuerpo extraño metálico en pared torácica anterior izquierda que condiciona hemoneumotórax izquierdo e hidroneumotórax derecho de pequeña cuantía, contusiones, laceraciones y neumatoceles pulmonares bilaterales, marcado enfisema subcutáneo y múltiples fracturas torácicas: fractura de cuerpo de esternón, 2-8ª costillas izquierdas y del tercio medio de la clavícula (fig. 1). El paciente es llevado de inmediato al quirófano para recibir atención por nuestro equipo. Durante la intervención, se identifica una barra metálica que perfora la pared torácica, ingresando en la zona paraesternal izquierda y saliendo en dirección oblicua hacia la axila izquierda. Se procede con la incisión y sección del músculo pectoral para extraer la barra metálica. Se observa un defecto torácico con herniación pulmonar y múltiples fracturas costales, sin embargo, el pericardio se encuentra intacto. Para la reparación de la pared torácica, se utiliza tejido del propio paciente. Se fija la fractura esternal con sutura metálica. La cirugía se lleva a cabo sin contratiempos, manteniendo la estabilidad del paciente. Después de la intervención, es trasladado a la unidad de cuidados intensivos, donde en se observa un aumento en los niveles de troponina. Ante este hallazgo, se realiza una ecocardiografía que revela disfunción sistólica del ventrículo derecho e izquierdo, con un aspecto edematoso. Se observa hipoquinesia global con disquinesia septal, lo que requiere el uso de drogas vasoactivas durante los primeros días. Al tercer día, se retira el tubo endotraqueal, aunque inicialmente presenta dificultad respiratoria, esta se resuelve gradualmente con la ayuda de mucolíticos y broncodilatadores. Finalmente la evolución del paciente es satisfactoria y es dado de alta hospitalaria en el décimo día. (fig. 2).

Discusión: El cirujano torácico, como miembro esencial de un equipo multidisciplinar de politrauma, debe trabajar en estrecha colaboración con médicos de urgencias, anestesistas, intensivistas, radiólogos y otros especialistas para ofrecer una atención integral y coordinada al paciente con politrauma. La rápida identificación y tratamiento de las lesiones torácicas en estos casos puede ser determinante para evitar desenlaces fatales.