P-119 - ALTERACIONES DEL METABOLISMO HIDROCARBONADO (METHC) EN PACIENTES ACROMEGÁLICOS DE RECIENTE DIAGNÓSTICO
aHospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria, Málaga. bHospital Regional Universitario Carlos Haya, Málaga.
Introducción: Hasta la mitad de los pacientes con acromegalia presentan alteraciones del MetHC. La evolución natural de la enfermedad y las distintas alternativas terapéuticas impactan sobre el grado de control metabólico.
Objetivos: Conocer prevalencia de las alteraciones hidrocarbonadas en pacientes acromegálicos (naïve) y evaluar la repercusión del tratamiento con análogos de somatostatina (AAS) de primera generación sobre el MetHC.
Material y métodos: Estudio prospectivo de 26 pacientes acromegálicos tratados con ASS en espera de cirugía (se excluyen 3 pacientes por intensificación del tratamiento antidiabético). Evaluamos edad media, comorbilidades, repercusión de ASS sobre MetHC, niveles hormonales medios (GH, IGF1, basal y tras 6 meses de tratamiento).
Resultados: De los 23 pacientes estudiados, 61% eran mujeres, con una edad media al diagnóstico de 48 ± 13 años. Los trastornos del MetHC estaban presentes en 47% de los casos (n = 10, 30,4% diabetes, 13% prediabetes), encontrando una correlación positiva entre niveles de IGF-1 y HbA1c al diagnóstico (r = 0,515; p = 0,024). Además, 47% de los sujetos estudiados presentaban HTA y 26% dislipemia. El IMC medio 26 ± 4 kg/m2, sin diferencias entre diabéticos y no-diabéticos. El 87% del total y 90% de pacientes diabéticos tuvieron macroadenomas. El 34,8% seguían tratamiento con octreótide y 65,2% con lanreótide; 57% del total tomaban dosis-altas ASS, 34% dosis-medias y 9% dosis-bajas. Tras 6 meses de tratamiento, se produjo descenso significativos en niveles de GH (30 ± 28 frente a 12 ± 20 ng/ml; p = 0,003), IGF1 (1.182 ± 461 frente a 661 ± 50 ng/ml; p = 0,000), con un % mayor en la reducción de IGF-1 en pacientes con alteración del MetHC al diagnóstico (57,97 ± 28 frente a 34,05 ± 24%, p = 0,039). Sin embargo, no hubo diferencias significativas en los parámetros del MetHC tras el tratamiento con AAS (glucemia 124,94 ± 39 frente a 114,22 ± 18mg/dl; y HbA1c 6,15 ± 0,9 frente a 6,20 ± 0,9%). Tampoco hubo diferencias respecto al MetHC entre pacientes que alcanzaron control de IGF-1 a los 6 meses (26%) y no controlados (74%): HbA1c 6,0 ± 0,2 frente a 6,3 ± 1,1% (p> 0,05). Analizando por subgrupos de tratamiento a dosis máximas (lanreótide y octreotide), alcanzaron control de IGF-1 a los 6 meses el 37,5% y 20% respectivamente, y encontramos mayor reducción de HbA1c (5,8 ± 0,3 frente a 6,4 ± 0,8%, p > 0,05) y glucemia (107,3 ± 8 frente a 122,8 ± 20 mg/dl, p> 0,05) en el subgrupo de lanreótide, sin encontrar diferencias significativas. Además, hallamos mayor reducción de IGF-1 (47,2 ± 28 frente a 39,3 ± 29%) con niveles medios de IGF-1 menores (561,67 ± 380 frente a 847,5 ± 669 ng/ml) en el subgrupo de lanreotide frente a octreotide (p > 0,05).
Conclusiones: En nuestro centro, el 47% de pacientes con acromegalia presentan alteraciones en el MetHC al diagnóstico, con una prevalencia de diabetes del 30,4%, correlacionándose con los niveles de IGF-1. A los 6 meses de tratamiento con AAS, se objetiva descenso en niveles de IGF-1 y GH, no encontrándose cambios en el MetHC globalmente, tampoco en función del grado de control del eje somatotropo ni del AAS empleado. Serían necesarios más estudios con mayor número de pacientes.