Cuando las contracciones uterinas comienzan antes del término, entre las semanas 20–37 de gestación, es a veces necesario detener el trabajo del parto prematuro hasta que el feto madure lo suficiente para asegurar su supervivencia. El tratamiento farmacológico se realiza con relajantes uterinos; actualmente se emplean los beta-2-adrenérgicos. En nuestro estudio hemos utilizado ritodrina. Los objetivos del trabajo son detectar y cuantificar los efectos adversos del fármaco y prestar cuidados de enfermería en su administración para una mejor prevención de éstos. Se ha realizado un estudio observacional en una muestra de 50 pacientes diagnosticadas de amenaza de parto prematuro y en tratamiento con ritodrina. Nuestros resultados indican que se consiguió detener el parto en todos los casos; sin embargo, ninguna paciente estuvo exenta de sufrir efectos adversos cuando la administración se realizó por vía intravenosa, observándose con mayor frecuencia taquicardia materna y fetal. Concluimos con la necesidad de monitorizar a las pacientes y prestar cuidados de enfermería para evitar las complicaciones derivadas de la administración a fin de conseguir una medicación más inocua y con menos riesgos
When uterine contractions begin before term, between weeks 20–37 of gestation, premature labor sometimes needs to be stopped until the fetus has become sufficiently mature to ensure survival. Drug treatment consists of uterine relaxants. Currently, β2 adrenergic blocking agents are used. In this study ritodrine was used. The aims of this study were to detect and quantify the adverse effects of the drug and to provide nursing care in its administration with the aim of improving prevention of adverse effects. An observational study was performed in a sample of 50 patients at risk for premature labor undergoing ritodrine treatment. The results of this study indicate that preterm birth was prevented in all patients. However, none of the patients were free from adverse effects when ritodrine was administered intravenously and a higher frequency of maternal and fetal tachycardia was found. In conclusion, patients should be monitored and nursing care should be provided to prevent complications and reduce risks