GWAS DE 53,400 PERSONAS CON SÍNDROME DEL INTESTINO IRRITABLE DESTACA MECANISMOS COMPARTIDOS CON ENFERMEDADES NEUROAFECTIVAS
1University of Oxford (Reino Unido). 2Monash University, Melbourne (Australia). 3Karolinska Institutet, Stockholm (Suecia). 4University of Exeter (Reino Unido). 5Wellcome Sanger Institute, Hinxton (Reino Unido). 623andme Inc, Sunnyvale, CA (EEUU). 7Mayo Clinic, Rochester, MN (EEUU). 8IKMB, Kiel (Alemania). 9University of Michigan, Ann Arbor, MI (EEUU). 10TARGID, Leuven, Belgium. 11University of Manchester (Reino Unido). 12University of Nottingham (Reino Unido). 13University of Cambridge (Reino Unido). 14CIC bioGUNE, Derio.
Introducción: El síndrome del intestino irritable (SII) es el resultado de interacciones desordenadas cerebro-intestino. La identificación de genes de susceptibilidad podría resaltar los mecanismos fisiopatológicos subyacentes.
Métodos: Diseñamos un cuestionario de salud digestiva para el UK Bioabank (que incluye 500.000 participantes) y combinamos casos de SII identificados con cohortes independientes desde la bellygenes initiative. Realizamos un estudio de asociación de todo el genoma (GWAS) con 53.400 casos y 433.201 controles, y replicamos asociaciones significativas en un panel de 23andMe (205.252 casos, 1.384.055 controles).
Resultados: Nuestro estudio identificó los primeros loci de susceptibilidad genética confirmada para IBS. Los genes implicados incluyeron NCAM1, CADM2, PHF2/FAM120A, DOCK9, CKAP2/TPTE2P3 y BAG6. Los primeros cuatro están asociados con rasgos neuroafectivos, expresados en el sistema nervioso o ambos. También encontramos una fuerte correlación en todo el genoma entre el riesgo de SII y la ansiedad, el neuroticismo y la depresión (rg > 0,5). Los análisis adicionales sugirieron que esto surge debido a vías patógenas compartidas en lugar de, por ejemplo, la ansiedad que causa síntomas abdominales.
Conclusiones: Confirmamos a nivel genético los mecanismos patogénicos propuestos que actúan a lo largo del eje intestino-cerebro en el SII. Identificamos los primeros genes y variantes de riesgo específicos, que destacan mecanismos específicos implicados y justifican una mayor exploración de las interacciones alteradas cerebro-intestino en SII.