El accidente vascular cerebral representa la tercera causa de muerte en la sociedad occidental, únicamente superada por la patología cardíaca y el cáncer, y es responsable de uno de los mayores índices de incapacidad física e intelectual. Sin considerar la edad, la hipertensión arterial (HTA) es el factor de riesgo más importante relacionado con la patología vascular cerebral. Aunque el tratamiento antihipertensivo ha conseguido reducir en casi un 40 % el riesgo de complicaciones cerebrovasculares atribuibles a la HTA, éstas siguen representando una de las principales causas de mortalidad en los pacientes hipertensos. Es posible que ello sea debido a un diagnóstico tardío de la afectación cerebral asociada a la hipertensión en relación a la dificultad de estudiar por métodos sencillos, incruentos y económicamente justificables las lesiones iniciales de la afectación cerebral en la HTA. El conocimiento de cuáles son las lesiones iniciales de la afectación cerebral en la HTA y de posibles marcadores de daño cerebral precoz, mediante el estudio de pruebas sencillas, es uno de los retos de la medicina actual. Asimismo, en los últimos años se ha relacionado la presencia de determinados polimorfismos genéticos con un mayor riesgo de enfermedad cerebrovascular.
Cerebral vascular accident represent the third major cause of death in western society, led only by cardiac disease and cancer. Furthermore, it is responsible for one of the highest indices of physical and intellectual disability. Without regard to age, arterial hypertension is the most important risk factor related to cerebral vascular disease. Although antihypertensive treatment has managed to reduce the risk of arterial-hypertension- related cerebrovascular complications by nearly 40%, these continue to be one of the main causes of mortality in hypertensive patients. It is possible that this is due to a late diagnosis of the hypertension-related cerebral abnormality due to difficulties in studying initial lesions using simple, non-invasive and economically feasible methods. Acquiring a knowledge, through simple studies, of precisely what are those initial lesions responsible for hypertension-related cerebral abnormalities, as well as of possible markers for early cerebral damage, continues to be a task for the medical community. Likewise, in recent years, the presence of certain genetic polymorphisms has been related to a higher risk of cerebrovascular disease.