conocer el perfil de riesgo cardiovascular (RCV) según las directrices de la OMS/SIH 1999 de la población hipertensa española que acude a la consulta de Atención Primaria; conocer si el médico de Atención Primaria realiza adecuadamente la estratificación de RCV (para lo que se comparó la valoración del médico con una valoración centralizada) y evaluar la relación existente entre la prescripción farmacológica y el perfil de RCV. Se estudiaron 9.374 pacientes (63,2 ± 10,3 años; 50 % mujeres). El 23 % con índice de masa corporal > 30 kg/m2. Tensión arterial 161 ± 15/94 ± 10 mmHg.
ResultadosEl 88 % tenía otros factores de riesgo cardiovascular, siendo el más frecuente la edad (75 % de las mujeres eran > 65 años y 62 % de los varones > 55 años), seguida de la hipercolesterolemia (47 %) y el tabaquismo (32 %). El 25 % de los pacientes presentaban lesión de órgano diana (la hipertrofia ventricular izquierda fue la más frecuente, 17,5 %). El 24 % tenía enfermedad cardiovascular asociada (principalmente cardiopatía isquémica en el 10 %). La valoración centralizada del RCV demostró que sólo el 5% de los pacientes eran de RCV bajo, el 35 % medio, 34 % alto y el 27 % RCV muy alto. Sin embargo, el médico de Atención Primaria clasificó al 15% de pacientes como RCV bajo, 46 % medio, 29 % alto y 10% RCV muy alto (p < 0,0001 con respecto a la valoración centralizada). La utilización de fármacos antihipertensivos fue independiente del RCV de los pacientes (p = ns). Si bien, en los pacientes de mayor RCV se utilizaron más las combinaciones fijas que en los de menor RCV (p < 0,05).
ConclusionesEn nuestro país más de la mitad de los hipertensos que acuden actualmente a una consulta de Atención Primaria son de RCV alto o muy alto. En Atención Primaria el médico tiende a infraestimar el RCV. El RCV tiene poca influencia en la elección del tratamiento antihipertensivo. Se utilizan más las combinaciones fijas de antihipertensivos en pacientes de mayor RCV.
to determine the cardiovascular risk (CVR), according to the WHO/ISH 1999 recommendations, of the Spanish hypertensive population who attend a primary care outpatient clinic; to examine if general practitioners (GPs) correctly stratify the CVR (for this purpose, a central assessment of CVR was performed with the data provided by the GPs); and to know the relationship between the CVR risk and the pharmacological prescription and the CVR profile in hypertension. 9,374 patients (63.2 ± 10.3 years; 50 % women) were included in the study. Twenty three per cent of them with BMI > 30 kg/m2. Blood pressure 161 ± 15/94 ± 10 mmHg.
ResultsEighty eight per cent of the patients had other CVR factors, the age was the most frequent (75 % of females were > 65 years and 62 % of males > 55 years), followed by hypercholesterolemia (47%) and smoking (32%). Twenty five per cent exhibited target organ damage (left ventricular hypertrophy was the most common, 17.5 %). Twenty four per cent of the patients had suffered from associated clinical conditions (mainly ischemic heart disease, 10%). The central CVR assessment showed that only 5% of the hypertensive patients were classified as low CVR, 35 % medium, 34% high, and 27 % very high CVR. However, the GPs classified stratified 15% as low CVR, 46 % medium, 29 % high and 10 % very high CVR (p < 0.0001 versus central assessment). The prescription of antihypertensive treatment was not related to CVR of the patients, although fixed combinations were more used in patients with higher CVR (p < 0.05).
ConclusionsIn Spain, more than a half of the hypertensive patients who nowadays attend a primary care outpatient clinic belong to the high or very high risk groups. The GPs tend to underestimate the CVR. The prescribed antihypertensive treatment seems to be unrelated to the CVR. Fixed combinations are more used in the patients with higher risk.