La gestión del riesgo es considerada, en el ámbito empresarial, como la ciencia de la prevención1 y es definida por la norma UNE 31.000 como todas aquellas acciones coordinadas para dirigir y controlar los riesgos a los que puedan estar abocadas las organizaciones2.
Cualquier actividad desarrollada en una empresa lleva implícito un riesgo que, de materializarse, produciría un incidente. Todas las organizaciones, no importa cuál sea su actividad o tamaño, deberían establecer una gestión eficaz de los riesgos a los que están expuestas en el desarrollo de su actividad, y establecer mecanismos de control que aseguren su monitorización continuada1, garantizando así la consecución de sus objetivos.
En las organizaciones sanitarias, la combinación de tecnología, factores humanos y procesos hace de la asistencia sanitaria una actividad de riesgo que conlleva inevitablemente que se produzcan eventos adversos3.
Desde que en el año 1999 el Institute of Medicine's Quality Care publicara el informe To err is human. Building a safer health system, la seguridad del paciente ha estado presente en las prioridades de los gobiernos y organismos internacionales dedicados al cuidado de la salud. Son muchas las estrategias que se han puesto en marcha para minimizar el riesgo de eventos adversos. Sin embargo, y aunque han sido muchos los avances logrados, las mejoras alcanzadas no pueden equipararse a las conseguidas por otras organizaciones consideradas de alto riesgo (safety critical industries)4. Estas organizaciones, tales como la aviación, la industria nuclear o la petroquímica, han establecido sistemas de control para evitar situaciones catastróficas y se han transformado en high reliable organizations (HRO)5. De ellas hemos aprendido que el problema es abordable de forma positiva, si se establecen las bases para una política corporativa orientada a la valoración de los riesgos en todos los procesos de las organizaciones6.
La valoración del riesgo se puede abordar de forma retrospectiva o prospectiva. La retrospectiva parte del análisis detallado de los incidentes ocurridos en la propia organización o en otras de características similares. La prospectiva intenta, apriori, estimar el riesgo, identificando los posibles eventos que podrían ocurrir en los servicios prestados7. Este segundo enfoque ha demostrado su eficacia en las high reliable organizations y empieza a aplicarse en la asistencia sanitaria8. También se hace patente en los modelos de gestión de calidad más utilizados, como la norma ISO 9001:2015 (punto 6.1). Esta tiene como objetivo que el sistema de gestión de la calidad funcione de forma correcta, de acuerdo con los objetivos planteados, y exige la planificación de las acciones que harán frente a todos los riesgos y oportunidades. Esta forma de gestión del riesgo sustituye a las acciones preventivas de versiones anteriores9, aunque dicha norma no establece la metodología de gestión de riesgos que se debe utilizar.
Los esfuerzos para mejorar la seguridad del paciente se están centrando en incorporar la gestión prospectiva del riesgo a las estrategias actuales de seguridad del paciente. El modelo de gestión integral de riesgo de Bupa10 está basado en la estructura de gobierno, el marco de gestión del riesgo y la propia gestión de los riesgos. Este último es un proceso continuo que incluye la identificación, evaluación, gestión, seguimiento y notificación de los riesgos.
En diferentes estudios7,8,11 han quedado patentes las limitaciones o barreras para la gestión del riesgo, la falta de apoyo ofrecido por la alta dirección, la cultura limitada y la falta de tiempo de los profesionales, la ausencia de listados de posibles sucesos que simplifiquen el trabajo, entre otros. Teniendo en cuenta esta premisa, y con el objetivo de facilitar la gestión prospectiva de los riesgos clínicos, de una forma simple y sencilla, en la asistencia prestada en un entorno hospitalario, como parte del modelo de Bupa, se desarrolló un catálogo de riesgos clínicos a los que podrían enfrentarse los profesionales en su trabajo del día a día.
Dado que puede ser de utilidad en la gestión del riesgo de cualquier organización sanitaria, se pone a disposición de la comunidad científica el catálogo y su metodología de aplicación, que se recogen en el documento «Catálogo de riesgos clínicos para la gestión de riesgo en la atención hospitalaria».
Acceso al catálogo: https://www.sanitas.es/catalogoriesgosclinicos
FinanciaciónLa presente investigación no ha recibido ayudas específicas provenientes de agencias del sector público, sector comercial o entidades sin ánimo de lucro.
Conflicto de interesesNinguno.