Objetivos: Presentar el caso de una paciente de 24 años diagnosticada de un síndrome de vómitos cíclicos que ha sido tratada con anticuerpos anti-CGRP logrando una respuesta efectiva.

Material y métodos: Análisis de la historia clínica y revisión de la literatura.

Resultados: Mujer de 24 años con antecedentes familiares de migraña, que comenzó en la infancia temprana con episodios de dolor abdominal, náuseas y vómitos con intolerancia a las ingestas, asociando foto-sono-osmofobia y sin respuesta a los antieméticos. Las crisis inicialmente duraban 48-72 horas con una frecuencia de 4 episodios anuales. Sin embargo, desde 2017 sufrió un aumento progresivo de las mismas, con múltiples visitas al Servicio de Urgencias. Los numerosos estudios digestivos no demostraron una causa orgánica que justificara la sintomatología, por lo que nos consultaron. Se planteó inicialmente el origen comicial, pero se descartó tras no encontrar hallazgos sugestivos en los estudios realizados ni obtener tampoco respuesta a antiepilépticos. Finalmente se consideró la posibilidad de un síndrome de vómitos cíclicos, por lo que se inició tratamiento con flunarizina, experimentando una reducción en la frecuencia y duración de las crisis, pero hubo que suspenderlo por efectos adversos. En este contexto, y tras haber fracasado o no tolerado otros antimigrañosos clásicos, se propuso iniciar tratamiento con erenumab 70 mg, aumentándose a 140 mg a los dos meses. Desde entonces, se ha mantenido en remisión completa de su sintomatología (un total de 16 meses).

Conclusión: Los anticuerpos monoclonales anti-CGRP pueden constituir una alternativa terapéutica útil en el síndrome de vómitos cíclicos.