Objetivos: Comunicar dos casos de encefalopatía tras infiltración paravertebral de ozono.

Material y métodos: Caso 1. Mujer en octava década de la vida que minutos tras infiltración corticoanestésica cervical de gas ozono inicia con cuadro brusco de ceguera bilateral. En la TC craneal urgente se observó edema occipital e ingresó por sospecha de PRES. Caso 2. Mujer en séptima década de la vida que una hora tras infiltración lumbar de gas ozono comienza con cuadro brusco de disminución del nivel de conciencia, hemianopsia homónima derecha y hemiparesia derecha. En la TC craneal de perfusión se observó aumento del TTM en región temporooccipital bilateral sugestivo de PRES.

Resultados: Caso 1. La paciente presentó estatus epiléptico no convulsivo confirmado con EEG, requiriendo ingreso en UCI. En la RM cerebral se observó un infarto cortical occipital bilateral con indicios de necrosis laminar. En el estudio etiológico no se encontraron causas aterotrombóticas y/o cardioembólicas. Al alta, persistió la ceguera cortical, asociando síndrome de Anton. Caso 2. Se realizó estudio de LCR, RM cerebral y EEG que no mostraron alteraciones de interés. La evolución fue positiva, persistiendo al alta alucinosis intermitentes, con recuperación de la hemiparesia y del campo visual.

Conclusión: La infiltración paravertebral de gas ozono es un procedimiento con escasa evidencia e indicado para mejorar el dolor de los pacientes con patología osteomuscular. No se conocen a ciencia cierta los posibles efectos secundarios del mismo, por lo que resulta imprescindible su notificación para advertir a los pacientes de los mismos.