Objetivos: El temblor cefálico es un síntoma común en distonía cervical y temblor esencial, que frecuentemente se trata con toxina botulínica. No hay guías que recomienden el patrón de infiltración o unidades de toxina según las características del temblor.

Material y métodos: Se realizó un análisis descriptivo de carácter retrospectivo. Se incluyeron los pacientes con temblor cefálico en tratamiento con toxina valorados en Unidad de Trastornos del Movimiento de un Hospital terciario desde enero hasta mayo 2024. Se revisaron datos de la última infiltración y la respuesta percibida.

Resultados: Se incluyeron 41 pacientes (82,9% mujeres). La edad media fue de 66,95 ± 14,88 años, con una mediana de 13 años desde el inicio del temblor y 4 años del tratamiento con toxina. Los diagnósticos fueron: 39% temblor esencial; 58,5% distonía cervical; y 2,4% temblor cefálico aislado. Un 56,1% tenían temblor no-no; 17,1% sí-sí y 26,8% round-round. Se infiltraron 140 UI de toxina botulínica tipo A de mediana por paciente, en una mediana de 4 músculos. Todos ecoguiados; 34,15% asociaron EMG. Los músculos más frecuentemente infiltrados fueron esplenios y esternocleidomastoideos, seguidos en orden descendente de semiespinales, OCI, trapecios, elevadores de la escápula, escalenos y longissimus cervicis. La mejoría según la escala de impresión clínica global (CGI-I) fue: 46,3% mucho mejor; 36,6% moderadamente mejor; 9,8% levemente mejor; y 7,3% sin cambios. Un 43,9% refirieron algún efecto adverso transitorio, incluyendo dolor leve (31,7%), debilidad (14,6%), rigidez (4,88%) y disfagia (2,4%).

Conclusión: La toxina botulínica es un tratamiento eficaz para temblor cefálico, con buen perfil de seguridad y que permite variados patrones de infiltración.