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Vol. 27. Issue 10.
Pages 417-420 (December 2000)
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Vol. 27. Issue 10.
Pages 417-420 (December 2000)
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Fibromialgia
Fibromyalgia
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Serafín Campos Sáncheza
a Sección de Reumatología. Hospital Virgen del Rocío. Sevilla.
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La epidemiología es la ciencia que estudia la frecuencia y distribución de las enfermedades y los factores determinantes relacionados con las mismas. El alcance y problemática de la epidemiología en el estudio de las enfermedades reumáticas ha dado lugar a numerosas publicaciones y es actualmente objeto de investigación preferente en nuestra especialidad1. A continuación se comentarán los estudios epidemiológicos sobre la fibromialgia más relevantes. Se revisarán los estudios de prevalencia y distribución de la fibromialgia en adultos, así como los trabajos que reflejan su curso.

Estudios de prevalencia

Los estudios más serios sobre la fibromialgia comienzan cuando se unifican los criterios de clasificación en 1990 por parte del American College of Rheumatology (ACR)2. Por esta razón vamos a realizar el análisis de los trabajos publicados teniendo como criterio diagnóstico el referido. El trabajo más importante de prevalencia de la fibromialgia en la población general tras la aprobación de los criterios de la ACR para la clasificación de esta enfermedad es el de Wolfe3. Se utilizó la misma metodología que para la confección de los criterios, se realizó en dos estadios de manera que, en primer lugar, se seleccionaba a la población mediante un cuestionario y posteriormente se realizaba la exploración de los puntos fibromiálgicos en los sujetos que habían referido dolor generalizado. La población objeto del estudio fue la de la localidad de Wichita (Kansas, EE.UU.) a través de una lista de familias registrada en una editorial y mediante el envío de un cuestionario a 3.500 de estas familias. Se pudo contactar con el 74,8% de los sujetos. Fueron evaluadas 392 personas y, para comparar las características de la fibromialgia de la población general respecto a la de la clínica se utilizaron diversas poblaciones de fibromiálgicos de centros especializados. La prevalencia estimada para la población general fue del 2% para ambos sexos, un 3,4% para el sexo femenino y un 0,5% para el masculino. La prevalencia se incrementó con la edad, alcanzando su valor máximo entre los 60 y 79 años. Hubo una mayor asociación entre fibromialgia y sexo femenino (odds ratio [OR] = 9,09; intervalo de confianza [IC] del 95%, 1,77-46,83), haber solicitado compensación económica por incapacidad (OR = 5,94; IC del 95%, 2,48-14,21), estar divorciada (OR = 4,32; IC del 95%, 1,03-18,12) y presentar un mayor índice de somatización en el test utilizado para valorarla (OR = 10,26; IC del 95%, 2,59-40,69). Las variables clínicas que se asociaron con mayor frecuencia a la fibromialgia fueron la percepción por el propio paciente de un estado general de salud como malo (OR = 25,60; IC del 95%, 5,39-121,16), estar muy insatisfecho con el estado de salud (OR = 23,81; IC del 95%, 4,47-126,71) y una puntuación alta en el Healt Assessment Questionnaire (HAQ) (OR = 18,10; IC del 95%, 1,95-167,76). Los resultados en la población general y en la población con fibromialgia en la clínica fueron similares respecto a las características demográficas y clínicas, excepto para la edad, gravedad global, dolor e incapacidad funcional. Por esta razón, los autores consideran en este artículo válidos los criterios de la ACR para seguir investigando en fibromialgia tanto en la clínica como en la comu- nidad.

Este estudio sirvió para realizar una segunda publicación4, en la que se describe la interrelación entre el sexo y las características de la fibromialgia en la población general, incluyendo puntos dolorosos y umbral del dolorímetro. Los coeficientes de correlación de Pearson utilizados para estimar la correlación entre estos parámetros y el resto de las variables fueron inferiores al 0,5, es decir, presentaron una correlación pobre. Tanto el umbral del dolor como el número de puntos dolorosos presentaban un continuum para los varones y para las mujeres, teniendo estas últimas un umbral inferior y más puntos dolorosos. En este estudio sólo se observó la asociación de los diferentes síntomas de fibromialgia respecto al sexo femenino, con una mayor asociación con la presencia de intestino irritable (OR = 5,23; IC del 95%, 1,83-14,96), cansancio (OR = 4,52; IC del 95%, 2,02-10,09) y dolor generalizado (OR = 3,94; IC del 95%, 1,34-11,58). Otro trabajo comunitario realizado en Canadá recoge igualmente más y mayor intensidad en los síntomas para fibromialgia en mujeres y en pacientes de mayor edad, aunque este trabajo presentaba también sesgos de selección y una pérdida importante en cuanto al número del pacientes a evaluar5. En dicho estudio se encuentra una prevalencia de fibromialgia en la comunidad del 3,3% (del 4,9% para las mujeres y del 1,6% para los varones). Las OR más altas en los factores demográficos respecto a la presentación de fibromialgia correspondieron a las variables de: estudios inferiores a los universitarios (OR = 3,45; IC del 95%, 2,00-5,97), tener menos ingresos (OR = 2,61; IC del 95%, 1,19-5,71), encontrarse incapacitado (OR = 2,68; IC del 95%, 1,04-6,91) y estar divorciado o separado (OR = 1,95; IC del 95%, 1,10-3,45)6. No se conoce la causa de la menor prevalencia de la fibromialgia en varones respecto a la de las mujeres, ni si las diferencias entre los sexos en cuanto a fisiopatología, presentación, curso de la enfermedad, comportamientos para acudir a servicios sanitarios, percepción de la enfermedad u otros factores culturales o socioeconómicos puedan explicar dicha diferencia7.

Respecto a la comunidad española, recientemente se han comunicado los resultados del proyecto EPISER 2000, en el que se estudia la prevalencia de fibromialgia en España entre otras afecciones reumáticas8. La selección alcanzada fue del 73%. La prevalencia global de fibromialgia en la comunidad española es del 2,37% (IC del 95%, 1,72-3,07), la prevalencia en mujeres es del 4,2% (IC del 95%, 2,9-5,6) y en varones del 0,2% (IC del 95%, < 0,5), presentando un pico de edad entre los 40 y 49 años. El nivel de estudios fue significativamente menor en la población con fibromialgia que en el resto de la población y además los pacientes con fibromialgia mostraron un grave deterioro de su calidad de vida medidos por el SF-36. Albornoz et al9 publicaron en 1997 un trabajo descriptivo de 193 pacientes con fibromialgia y realizaron una comparación con otro trabajo descriptivo de fibromialgia en la clínica en el que sólo se incluyó un grupo de mujeres10. En el trabajo de Albornoz et al, el 92,7% eran mujeres y la edad media fue de 41,8 años, concluyendo que en nuestro país la fibromialgia presenta características clínicas, demográficas y laborales similares a las descritas en otros estudios. Collado et al11 realizaron un trabajo para estimar la prevalencia de la fibromialgia en sus consultas hospitalarias, comunicando un 3,1% de diagnósticos de esta afección entre el global de todos los enfermos atendidos. También se ha publicado la frecuencia del diagnóstico de fibromialgia en la consulta hospitalaria y ambulatoria de reumatología, siendo en ambas consultas el segundo diagnóstico más frecuente12. En contrapartida, en varios estudios publicados13,14 el diagnóstico de fibromialgia no aparece entre los diagnósticos de los pacientes atendidos en urgencias, aunque sí el diagnóstico de reumatismo de partes blandas.

En Noruega, Forseth realizó un estudio de prevalencia de fibromialgia en mujeres entre 25 y 55 años15. Los autores encontraron una prevalencia de fibromialgia del 10,5% (estando previamente diagnosticados sólo el 4,2% de los casos detectados). Cinco años más tarde en la misma población los autores estudiaron la incidencia de fibromialgia (nuevos casos detectados), respondiendo por cuestionario el 81,5% de la población. Los resultados obtenidos se extrapolaron a la población general calculándose una incidencia anual de 583/100.000 habitantes. Esta alta incidencia se justificaría según los autores por las características de la población estudiada (mujeres) y quizá también por la existencia de formas paucisintomáticas de la población general que no acuden a centros hospitalarios16.

En una encuesta realizada en 1991 en Canadá a una muestra representativa de reumatólogos para estimar la proporción de consultas nuevas de fibromialgia, se obtuvo una respuesta del 89%. La fibromialgia se situaba entre los tres procesos más frecuentes y el proceso con mayor incremento según la estimación de los reumatólogos consultados17. Un estudio del ACR en 1990 para determinar las necesidades de reumatólogos en los EE.UU. reveló que la fibromialgia ocupaba el 15,7% de las consultas reumatológicas, sólo superada por la artritis reumatoide con un 23,7%18.

Curso de la enfermedad

Cuando se realizan trabajos en centros especializados, inevitablemente se tiende a incluir a aquellos pacientes con los síntomas más graves e intratables, y el curso de su enfermedad no puede corresponderse con el curso de los pacientes en poblaciones no seleccionadas19. En este sentido y para evitar estos sesgos realizamos una revisión de los trabajos publicados sobre la evolución de la fibromialgia en la comunidad, en la atención primaria y en los centros especializados.

Fibromialgia en la comunidad

Existe un solo estudio en el que se evalúan los factores predictores de mejoría a los 2 años en pacientes con dolor crónico generalizado20. En este estudio, aquellos pacientes que además de dolor presentaban síntomas adicionales de fibromialgia tendían a una cronificación de la enfermedad. No es un estudio estrictamente sobre la fibromialgia y además, en el estudio se pierden el 25% de los pacientes que se invitaron a participar, y un 20% adicional al finalizar el seguimiento.

Fibromialgia en atención primaria

Granges et al21 publicaron en 1994 un artículo sobre la evolución clínica de la fibromialgia en pacientes referidos desde un centro de atención primaria. El estudio tenía 2 años de seguimiento y en él se utilizaban los criterios de Smythe de 197722 para evaluar la fibromialgia. La muestra era muy pequeña y además fueron rechazados los pacientes que estaban recibiendo algún tipo de compensación laboral o que estaban realizando tratamiento psicológico o psiquiátrico. Un 24,2% de los pacientes experimentaron una remisión según unos criterios de actividad creados por los propios autores por lo que los autores concluyeron que quizás la fibromialgia presentaba un mejor pronóstico en este medio22.

Fibromialgia en centros especializados

En un trabajo de Kennedy et al23 desarrollado en la consulta de reumatología, fueron seguidos de forma prospectiva 39 pacientes con fibromialgia y fueron evaluados a los 10 años para conocer su situación clínica respecto a la inicial mediante una entrevista telefónica. Se pudo evaluar al 75% de la muestra inicial. Todos los pacientes presentaban síntomas relacionados con la fibromialgia al final del seguimiento. El 66% de todos los pacientes señalaron una mejoría leve o importante desde el inicio, por lo que los autores concluyen que los síntomas de la fibromialgia persisten en el tiempo, pero un número importante de los mismos experimenta algún grado de mejoría. La mayoría continuaron tomando la medicación y los que presentaban un mejor resultado al cabo de los años eran los más jóvenes y con menos síntomas al inicio de la enfermedad. En otro trabajo, Wolf et al24 elaboran un estudio longitudinal multicéntrico para determinar la evolución clínica de la fibromialgia a los 7 años de seguimiento especializado. Al iniciarse antes de 1990, se utilizaron diferentes criterios de selección de pacientes, según los diferentes centros implicados. Se enviaron cuestionarios con el HAQ por correo cada 6 meses a 538 pacientes, de los que no se cumplimentaron un alto porcentaje. El dolor, la gravedad global, el cansancio, los trastornos del sueño, la ansiedad, la depresión y el estado global de la salud no cambiaron durante los 7 años, y el coeficiente de correlación r entre los valores iniciales y finales de estas variables fue tan alto como de 0,82. Finalmente, en otro estudio y tras un seguimiento de 72 pacientes con fibromialgia, el 97% presentaba síntomas a los 4 años, el 60% estaba peor que al inicio y sólo un 26% se encontraba mejor. El 92% presentaron altos índices de ansiedad y depresión, así como de incapacidad en el HAQ y el 85% seguía cumpliendo criterios de fibromialgia25.

En resumen se podría concluir que si bien se trata de una enfermedad bastante prevalente, la realidad epidemiológica de la misma no se conoce con exactitud debido a las importantes limitaciones metodológicas de los estudios publicados hasta la fecha.

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