Las crisis o accidentes isquémicos transitorios cerebrales (AIT) han debido evolucionar desde una definición puramente clínica y temporal, a una basada en el compromiso del tejido cerebral, en especial porque las imágenes de difusión por resonancia nuclear magnética cerebral (dRNM), han permitido identificar AIT clínicamente típicas, con infartos cerebrales subyacentes, lo que ha llevado al concepto de AIT con infarto. Las AIT pueden ser producidas por diferentes mecanismos y existen varios tipos etiológicos, principalmente las por bajo flujo en grandes arterias, las embólicas y las de vasos penetrantes (lacunares), todo lo cual tiene implicancias terapéuticas. El diagnóstico y estudio urgente de las AIT es vital, siendo recomendado su hospitalización dentro de las 48 horas, lo cual permitirá un mejor y adecuado tratamiento. La antiagregación plaquetaria sigue siendo el pilar fundamental en el manejo de las AIT no cardioembólicas.
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