El dolor torácico nocardiaco es una condición relativamente frecuente, que se diagnostica después de una evaluación cardiológica dirigida a las coronarias ha resultado normal. El reflujo gastroesofágico ácido es la causa más frecuente del dolor torácico no cardiaco, y se interpreta como un aumento en la sensibilidad visceral con mucosa hipersensible a la irritación, y potenciada por el estrés.
Menos frecuentes son los trastornos motores del esófago como el espasmo difuso del esófago que también se asocia al estrés emocional.
Un enfoque terapéutico simple inicial puede ser la administración de inhibidores de la bomba de protones, por un período. Si no hay respuesta está indicado efectuar una manometría esofágica y monitoreo por 24 horas del pH intraesofágico. El tratamiento farmacológico está comandado por los hallazgos de estos tests.