El síndrome compartimental, descrito por Matsen, se define como «un estado en el cual el incremento de presión en el espacio limitado de un compartimento muscular compromete la circulación y función de los tejidos dentro de dicho compartimento». Su diagnóstico no es fácil, el signo más confiable para sospechar un síndrome compartimental es el dolor, el cual no mejora con el uso de analgésicos y no se corresponde con la severidad de la lesión; pero en el paciente pediátrico o con compromiso neurológico puede ser un desafío aún más difícil.
El síndrome compartimental secundario de la extremidad se desarrolla por otras causas diferentes al trauma inicial, como una reanimación hídrica masiva, por enfermedades vasculares que comprometen las extremidades o por un síndrome de fuga capilar secundario, entre otras. El síndrome de fuga capilar secundario, descrito por Clarkson en 1960, se presenta como parte de la respuesta inflamatoria sistémica secundaria al trauma y se ha relacionado con la reanimación hídrica con cristaloides. La mortalidad en estos pacientes puede ser de hasta el 70%.
Se describe el caso de un paciente varón de 29 años, víctima de un accidente de tránsito, que presentaba un politraumatismo severo (ISS 34) y que requirió manejo en la unidad de cuidados intensivos y procedimientos de fijación para control de daños, que posteriormente desarrolló un síndrome compartimental bilateral secundario a síndrome de fuga capilar.
Nivel de evidencia científica: nivel iv.
The compartment syndrome, described by Matsen, is defined as “a condition in which increased pressure within a limited space compromises the circulation and function of the tissues within that space”. The diagnosis is not easy. The most trustworthy sign of compartment syndrome is pain that does not reduce with the use of analgesics and do not correspond to the severity of injury. In paediatric patients or those with a neurological condition it can be more difficult to recognise.
The secondary extremity compartment syndrome develops due to different causes to the initial trauma as in a massive fluid resuscitation, vascular conditions that compromise the extremities, or by a capillary leak syndrome, or others. The capillary leak syndrome as described by Clarkson in 1960, begins as a part of the systemic inflammatory response secondary to the trauma and has been related to massive fluid resuscitation with crystalloids. The mortality rate in these patients can be up to 70%.
The case is presented on a 29 year-old patient, involved in a traffic accident, with severe multiple injuries (ISS 34). The patient required treatment in the intensive care unit, as well as external fixation procedures for damage control, which posteriorly developed a bilateral compartment syndrome secondary to a capillary leak syndrome.
Evidence level: iv.
Artículo
Socios de la Asociación de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo
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