El tratamiento quirúrgico de los trastornos respiratorios del sueño en el niño depende de la causa que provoque la obstrucción de la vía aérea superior (VAS), que puede localizarse en las fosas nasales, faringe (lo más frecuente hipertrofia amigdaloadenoidea), laringe, como la laringomalacia, o puede ser multinivel, como sucede en las enfermedades sindrómicas. La amigdaloadenoidectomía (AA) es la técnica quirúrgica más frecuentemente realizada, con una eficacia del 70–80%. Su objetivo es conseguir la normalización del cuadro respiratorio nocturno y de la clínica diurna, así como la reversión, o al menos el freno, de las complicaciones cardiovasculares, alteraciones neurocognitivas, retraso del crecimiento y enuresis, que pueden presentarse en los casos no tratados o tratados tardíamente. Ahora bien, aunque la AA ha mostrado una gran eficacia, no debemos olvidar que conlleva una incidencia de complicaciones en el postoperatorio inmediato mayor que en el caso de los niños intervenidos por otras causas. Por otro lado, un 20–30% de los niños con síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS), sometidos a AA presentará un SAHS residual, y hasta un 70% en casos de SAHS severo, anomalías craneofaciales, alteraciones neuromusculares y obesidad mórbida. Por consiguiente, se recomienda un seguimiento, tanto clínico como polisomnográfico, tras la AA, sobre todo en este último grupo de riesgo. Finalmente, aunque menos frecuentemente por su menor incidencia, habrá que tratar otras patologías obstructivas de la VAS, como estenosis o atresia de coanas, laringomalacia, hipoplasia mediofacial o mandibular, etc., y a veces habrá que recurrir a la traqueotomía.
The surgical treatment of sleep-related breathing disorders in children depends on the cause of the upper airway obstruction, which can be located in the nasal fossae, pharynx (the most frequent adenotonsillar hyperplasia), or larynx (laryngomalacia, cysts…), or can be multilevel, as in syndromic diseases. Adenotonsillectomy is the most frequently performed and effective (70–80%) procedure. The aim of this technique is to normalize nocturnal respiratory parameters and daytime symptoms, as well as to revert, or at least to halt, cardiovascular complications, neurocognitive disturbances, growth delay and enuresis, which can develop if treatment is not provided or is delayed. However, despite its effectiveness, adenotonsillectomy more frequently leads to complications in children with sleep apnea-hypopnea syndrome (SAHS) than in those undergoing this procedure for other reasons. Moreover, 20–30% of children with SAHS who undergo adenotonsillectomy will show residual SAHS, and this percentage can increase to 70% in patients with severe SAHS, Down syndrome, craniofacial anomalies, neuromuscular disturbances, and morbid obesity.
Consequently, both clinical and polysomnographic follow-up are recommended after adenotonsillectomy, especially in the latter risk group. Finally, other obstructive disorders of the upper airway must also be treated, although less frequently due to their lower incidence. These disorders include choanal atresia or stenosis, laryngomalacia, and hypoplasia of the midface or mandible. Tracheotomy will sometimes be required.
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