Puntos clave
La introducción de los sistemas de infusión subcutánea continua de insulina (ISCI), así como los de monitorización continua de glucosa (MCG), han supuesto un salto cualitativo en el tratamiento de los pacientes con diabetes mellitus tipo 1.
La mejoría en estos nuevos dispositivos desde el punto de vista tecnológico ha permitido que su utilización sea posible también en el campo pediátrico. Esto ha hecho necesario establecer unas indicaciones precisas para su utilización.
La ISCI es una alternativa terapéutica que permite disminuir las hipoglucemias, mejorar el control metabólico y la calidad de vida.
Una buena elección del candidato junto con una educación diabetológica específica son las bases del éxito de este tipo de terapia.
En el momento actual, el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1 (DM1) en el niño y adolescente se centra en un equilibrio entre la calidad de vida y un óptimo control metabólico para evitar tanto las complicaciones agudas como las crónicas. Los avances tecnológicos, entre ellos la introducción de los sistemas de infusión subcutánea continua de insulina (ISCI), la monitorización continua de glucosa intersticial (MCG) y los sistemas de descarga y análisis de sus datos, forman parte, en la actualidad, del tratamiento de los pacientes con DM1 en la edad pediátrica1–6.
La ISCI permite un aporte de insulina que remeda mejor la secreción fisiológica. Los sistemas de MCG han permitido conocer mejor el perfil glucémico de cada paciente. Las alarmas facilitan una actuación más precoz por parte del paciente para evitar tanto las hiperglucemias, como las hipoglucemias. En este sentido, la integración de la bomba y el sensor de glucosa en la bomba Paradigm VEO (Medtronic) ha supuesto un avance importante y ha permitido la función de suspensión de la infusión de insulina durante 2h ante la presencia de una hipoglucemia cuando el paciente no actúa7. Su utilización junto con la integración en la bomba de los datos obtenidos mediante la MCG y la utilización de algoritmos específicos han permitido el inicio del desarrollo del asa cerrada que dará, en un futuro próximo, una gran autonomía al paciente.
Evidencias en el tratamiento con infusión subcutánea continua de insulinaEl Diabetes Control and Complications Trial (DCCT) puso en evidencia que el buen control metabólico permite disminuir y/o retrasar la aparición de las complicaciones crónicas de la DM18. El seguimiento de este estudio en el estudio EDIC ha demostrado la existencia de la llamada «memoria metabólica», lo que apoya la necesidad de obtener un adecuado control metabólico desde el diagnóstico de la enfermedad9. Aunque está todavía en discusión, hay datos que apoyan la hipótesis de que la variabilidad glucémica incrementa el riesgo de aparición de las complicaciones crónicas10.
En el DCCT, en el grupo con tratamiento intensivo se evidenció un incremento del riesgo de las hipoglucemias graves; sin embargo, en estudios posteriores se ha evidenciado su disminución cuando se utiliza el tratamiento con ISCI2. Las hipoglucemias graves repetidas pueden tener repercusión en las funciones cognitivas11.
Diferentes estudios no aleatorizados que comparan el tratamiento con múltiples dosis de insulina (MDI) e ISCI y diferentes metanálisis y revisiones han demostrado que la terapia con ISCI es bien tolerada, mejora la hemoglobina glucosilada (HbA1c), disminuye las necesidades de insulina y reduce las hipoglucemias12–15. Además, esta terapia parece ser especialmente eficaz en los niños más pequeños, en los que mejora de forma significativa la calidad de vida de ellos y sus familias16,17. Finalmente, el tratamiento con ISCI no tiene repercusión sobre el índice de masa corporal (IMC) ni aumenta el riesgo de cetoacidosis18.
Indicaciones, ventajas e inconvenientes del tratamiento con infusión subcutánea continua de insulinaLa ISCI es una buena alternativa terapéutica para cualquier paciente con DM1 en edad pediátrica, siempre que tenga un adecuado soporte médico y familiar. Una buena selección del paciente y una adecuada educación diabetológica son los puntos fundamentales para el éxito de este tipo de terapia (tabla 1)13,14. Es imprescindible cuantificar los hidratos de carbono de cada ingesta y monitorizar la glucemia capilar al menos 6–7 veces al día. Las ventajas y desventajas quedan reflejadas en la tabla 219,20.
Indicaciones de tratamiento con infusión subcutánea continua de insulina.
Indicaciones absolutas |
1. Hipoglucemia grave recurrente |
2. Fluctuaciones importantes de la glucemia a pesar de una buena HbA1c |
3. Mal control metabólico (HbA1c > 7%) |
4. Complicaciones microvasculares y/o riesgo de complicaciones macrovasculares |
5. Buen control metabólico con mala calidad de vida |
Indicaciones relativas |
1. Niños pequeños (lactantes y neonatos) |
2. Pacientes con fenómeno del alba |
3. Pacientes con fobia a las agujas |
4. Embarazo en adolescentes |
5. Tendencia a la cetosis |
6. Atletas de competición |
No son candidatos |
1. Pacientes con problemas psicológicos o sociales |
2. Los no cumplidores |
3. Los que rechazan la enfermedad |
4. Los portadores de discapacidades |
5. Aquellos con expectativas erróneas de lo que este tipo de tratamiento puede aportar |
6. Pacientes con trastorno de la conducta alimentaria |
7. Los pacientes con enfermedades cutáneas y/o alergias a los materiales empleados |
HbA1c: hemoglobina glucosilada.
Ventajas y desventajas.
Ventajas |
1. Permite un aporte más fisiológico de la insulina y un mejor ajuste de la insulina en relación con las comidas y el ejercicio |
2. Facilita la administración de bolos correctores ante hiperglucemias aisladas |
3. Disminuye el riesgo de hipoglucemias graves |
4. Mejora la calidad de vida |
5. Permite disminuir la variabilidad glucémica y por tanto mejorar el control metabólico |
Desventajas |
1. Potencial incremento del riesgo de cetoacidosis (en la actualidad no evidenciado) |
2. Posibilidad de mayor ganancia de peso |
3. Es más fácil el olvido de bolos preprandiales. Los adolescentes con el tiempo no responden a las alarmas de administración de bolos |
4. Rechazo a esta terapia o su discontinuidad en relación con causas sociales y psicológicas, en particular en el adolescente13 |
La bomba de insulina es un dispositivo de pequeño tamaño que permite administrar la insulina de forma continua a través de un catéter con una cánula flexible que se inserta en el tejido subcutáneo y que se cambia cada 2–3 días. En su interior tiene un reservorio donde se almacena la insulina. Se utilizan análogos de acción rápida. El único aprobado por la Food and Drug Administration para su utilización en ISCI en la edad pediátrica es la insulina Novorapid®21.
La bomba suministra de manera casi continua una pequeña cantidad de insulina que denominamos tasa basal, y antes de cada ingesta se precisa la administración de bolos. Tanto los tramos de basal como los bolos deben ser programados por el paciente basándose en los resultados de las glucemias capilares19,20.
Cálculo de la tasa basal y de los bolos en el paso de múltiples dosis de insulina a infusión subcutánea continua de insulinaDebido a que la acción de la insulina infundida de manera continua es mejor las necesidades serán menores en ISCI que en MDI. El cálculo de las dosis al pasar de MDI a ISCI se hará basándose en la dosis total de insulina utilizadas previamente y en los perfiles glucémicos capilares u obtenidos mediante MCG. Como en la actualidad se pasa siempre del tratamiento con análogos de acción prolongada y rápida, haremos una reducción del análogo de acción prolongada para trasformarlo en la tasa basal y dejaremos igual los bolos preprandiales21.
Tasa basal y bolos preprandialesLas necesidades basales de insulina son diferentes en las distintas etapas de la vida, con marcadas diferencias entre el niño y el adolescente (fig. 1).
En el paso de MDI a ISCI en el niño prepúber, si se pasa de insulina NPH o glargina, hay que reducir la dosis en un 20% y en los púberes en un 25%. Si utilizan insulina levemir la reducción sería en prepúber 25% y en púber 35%22.
La dosis de los bolos preprandiales se mantiene como en MDI hasta su posterior ajuste. Inicialmente se programan varios perfiles basales, dependiendo del grado de informa ción sobre los controles glucémicos previos. El ajuste se hace cuando exista un aumento o disminución mayor de 30 mg/dl en varias horas sucesivas y se hará con variaciones de 0,025–0,10U/h, según la edad del paciente. El efecto de cualquier variación se evidenciará en 1 o 2h19–21.
Basal temporalEs la modificación de la basal habitual, incrementándola o disminuyéndola durante un periodo determinado para ajustarse a alguna situación especial; ejercicio, siesta, hipoglucemia, enfermedades intercurrentes, etc. Se puede programar en porcentaje o en unidades/hora.
BoloEs la cantidad de insulina que se administra para cubrir las ingestas o como bolo corrector para solucionar hiperglucemias intercurrentes. Las necesidades de insulina en bolos suelen corresponder a un 60–70% de la dosis total de insulina en niños prepúberes y a un 50–60% en púberes.
Para precisar mejor el cálculo del bolo de cada ingesta es necesario conocer la ratio insulina/ración hidratos de carbono (HC) de cada comida. Esta ratio es la cantidad de insulina que se necesita para metabolizar una ración de HC en cada ingesta que se ajustará según la glucemia de 2h postingesta y es diferente para las distintas comidas del día21.
Siempre es difícil evitar los picos de hiperglucemia posprandial. Una de las ventajas del tratamiento con ISCI es poder contar con diferentes tipos de bolo (normal, cuadrado o expandido, dual o multionda o mixto y múltiple) que se ajustan mejor a diferentes tipos de ingesta. Algunos autores recomiendan utilizar la unidad grasa-proteínas para tener en cuenta el efecto retardatorio sobre la glucemia de las ingestas ricas en grasa y proteínas. Este tipo de ingesta se cubre mejor con un bolo dual prolongado.
En los más pequeños se puede fraccionar el bolo según la ingesta que vayan realizando.
El bolo se administrará 15min antes de la ingesta si la glucemia está dentro de los objetivos establecidos y se esperará más tiempo si existe hiperglucemia, de manera proporcional al grado de la misma.
Las bombas que llevan ayuda de bolo tienen una memoria incorporada que nos permite ver el histórico de los bolos, lo que va a permitir al clínico objetivar si el seguimiento del tratamiento es correcto. Parece que la administración de un mayor número de bolos lleva a un mejor control metabólico23 y la omisión de los mismos lo empeora.
Ajuste insulínicoEl ajuste insulínico con la ISCI exige la realización de múltiples controles de glucemia capilar, la cuantificación de la cantidad de HC y la valoración del ejercicio con el fin de conseguir unos adecuados controles glucémicos (tabla 3). La MCG nos ayuda también en este ajuste, aunque no es imprescindible.
Recomendaciones de la IDF-ISPAD 2011 sobre los objetivos de control glucémico.
Riesgo alto | Ideal (persona sin diabetes) | Óptimo | Subóptimo | |
Glucemia preprandial (mg/dl) | 65–100 | 90–145 | > 145 | > 162 |
Glucemia posprandial (mg/dl) | 80–126 | 90–180 | 180–250 | > 250 |
Glucemia al acostarse (mg/dl) | 80–100 | 120–180 | 120–200 | < 80 o > 200 |
Glucemia nocturna (mg/dl) | 65–100 | 80–162 | < 75 o > 162 | < 70 o > 200 |
HbA1c | ||||
Estandarización DCCT (%) | < 6,05 | < 7,5 | 7,5-9 | > 9,0 |
IFCC (mmol/mol) | < 43 | < 58 | 58-75 | > 75 |
DCCT: Diabetes Control and Complications Trial. IFCC: International Federation of Clinical Chemistry.
Este factor nos indica el descenso de la glucemia en mg/dl que se obtiene al administrar 1 U de análogo de insulina de acción rápida en forma de bolo, y nos ayuda a corregir hiperglucemias accidentales. Este factor se debe calcular cuando el paciente presenta valores de glucemia estables. Como la sensibilidad a la insulina varía a lo largo del día, es importante calcular el índice de sensibilidad (IS) por los distintos tramos horarios e introducirlos en la bomba.
IS = 1.700/dosis total de insulina diaria.
Bolo correctorSe utiliza para corregir las hiperglucemias. Su cálculo se basa en la siguiente fórmula: bolo corrector = glucemia real – glucemia deseada/IS.
Función de ayuda de boloAlgunas bombas tienen un programa de ayuda de bolo para recomendar la insulina que se debe administrar el paciente teniendo en cuenta los HC que va a ingerir, el objetivo glucémico y el remanente de insulina previa. Se calcula teniendo en cuenta el IS por tramos, la ratio insulina/rHC y los objetivos de glucemia en cada tramo horario. Es necesario también introducir el valor de la glucemia en ese momento y las raciones de HC que se van a ingerir21.
Complicaciones agudasEn caso de complicaciones agudas como la hipoglucemia, el paciente valorará la posibilidad de pautar una basal temporal durante 30 min a 0 U/hora. En la práctica, esto no se realiza excepto ante hipoglucemias importantes, ya que el efecto de la suspensión de insulina no se ve hasta una hora más tarde y ello puede llevar a hiperglucemias posteriores si el paciente toma un exceso de HC de absorción lenta. En los casos en que la causa fuera el exceso de ejercicio, también se podría pautar para las siguientes horas una basal temporal más baja. En caso de hipoglucemia grave es imprescindible parar la bomba o retirar la cánula y administrar glucagón a dosis habituales23.
Si los valores de glucemias están por encima de 250 mg/dl sin causa clara, es necesario determinar la presencia de cetonemia, si es positiva (cetonemia > 0,6mmol/l), es imprescindible poner el primer bolo corrector con pluma o jeringa, repitiéndose este cada 2–3h mientras la cetonemia persista. Siempre será necesario revisar todo el dispositivo, catéter, insulina, reservorio, zona de punción, entre otros, buscando la causa.
EjercicioLa actitud ante el ejercicio debe ser totalmente individualizada, existe diferentes pautas que se deben seguir24. Como norma general, es preferible disminuir la dosis de insulina que aumentar la cantidad de alimento. Es necesario determinar la glucemia una hora antes, durante y después del ejercicio. Si la glucemia es mayor de 250 mg/dl y además el paciente presenta cetosis, se debe posponer el ejercicio hasta la resolución del problema. Al realizar ejercicio se puede optar por varias soluciones: suspender la bomba si el ejercicio es intenso (no más de 2 h) o no suspender la bomba, y pautar una basal temporal desde 30–60 min antes del comienzo del ejercicio e incluso prolongarlo hasta horas después de terminar el mismo.
Perspectivas futurasSon múltiples los grupos que trabajan en diferentes aspectos técnicos para conseguir el asa cerrada. Para ello es necesario encontrar los algoritmos matemáticos que permitan la respuesta adecuada por parte de la bomba a los datos del sensor. Cubrir los picos prandiales, el ajuste insulínico adecuado al realizar ejercicio y mejorar los catéteres para evitar las oclusiones son algunos de estos retos. En este sentido, se necesitan insulinas de acción más rápidas que cubran mejor el pico prandial; existen algunas en fases avanzadas de estudio como la insulina VIAjectTM (LinjetaTM); también se están investigando sistemas para mejorar su absorción, como el calentamiento o la utilización de hialoronidasa. Ya hay experiencias con el asa semicerrada nocturna e incluso en el domicilio (AP@home)25,26.
Finalmente, con la utilización de las nuevas tecnologías hay que valorar el balance entre beneficio, seguridad y relación coste-efectividad; todavía se necesita mayor número de estudios en este campo27,28.