Caso clínico. Mujer de 77 años de edad, portadora de un marcapasos definitivo, colocado diez años antes debido a una fibrilación auricular a través de la vena subclavia derecha. Previamente a la cirugía valvular aórtica y mitral se implantó un catéter de Swan-Ganz por vía yugular derecha, sin control radiológico, el cual presentó resistencia en la inserción. En el control radiológico posterior a la intervención se visualizó el catéter colocado sin aparentes complicaciones. A las 48 horas se intentó la retirada del catéter de Swan-Ganz, pero resultó infructuoso debido a la alta resistencia que presentaba a la extracción y a las alteraciones en el ritmo cardíaco. En la radiología se objetivó un atrapamiento ('nudo') del catéter con el electrodo del marcapasos (Fig. 1). Tras valorar las características del atrapamiento (proximidad a la zona cervical, importante tracción del electrodo del marcapasos y complejidad del atrapamiento), se desestimó el tratamiento endoluminal y se decidió la intervención quirúrgica urgente.
Mediante cervicotomía derecha, se abordaron las venas yugulares interna y externa; en esta última se visualizó el punto de entrada del catéter de Swan-Ganz, así como el atrapamiento con el electrodo del marcapasos (Fig. 2). Se procedió a una venotomía yugular externa, a la sección y liberación del catéter, a la posterior extracción de los dos segmentos y al consiguiente descenso del electrodo del marcapasos, tras lo cual se comprobó el correcto funcionamiento de éste.
Discusión. La incidencia de complicaciones debidas a la colocación de un catéter de Swan-Ganz oscila entre el 3-17% [1], pero de ellas, el 0,03-1 % se consideran complicaciones mayores, destacando la perforación ventricular, el atrapamiento del catéter y la rotura de la arteria pulmonar.
El atrapamiento del catéter de Swan-Ganz debido a la formación de un 'nudo' es la complicación más frecuente, representando las dos terceras partes de los casos publicados [2], En una revisión bibliográfica, Karanikas et al [3] analizaron los distintos tipos de tratamiento utilizados para la resolución de esta complicación y destacaron que, en los siete casos más complicados, dos o más dispositivos estaban implicados en el atrapamiento. En el 62%, la terapéutica endovascular, que se consideró de primera elección por la menor morbilidad, fue suficiente para la resolución del cuadro, con una mortalidad del 4,2%. El tratamiento quirúrgico, en el 32% de los casos y con una mortalidad del 2,7%, se reservó para los pacientes en los cuales el tratamiento endoluminal no era posible, por la fijación intracardíaca del catéter o bien por 'nudos' complejos. La venotomía subclavia y la venotomía yugular fueron los abordajes más utilizados. Únicamente en el 6% de los casos publicados el tratamiento fue conservador, con una elevación significativa de la mortalidad, superior al 70%.
En conclusión, sería recomendable tener en cuenta esta complicación cuando se utiliza el catéter de Swan-Ganz, sobre todo en los casos en que existan otros dispositivos intravasculares implantados.
Expuesto parcialmente como póster en 54.° Congreso Nacional de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular.