A pesar de tener este aval, del que podemos sentirnos legítimamente orgullosos, debernos tener presente que desde hace un tiempo languidece delicadamente en nuestras manos. Posiblemente ello sea debido a la falta de interés de la mayor parte de nuestros asociados, por no terminar de sentir como propios los avatares y el destino de la revista.
Quienes sí los han sentido muy profundamente son los Directores salientes: Drs. Francisco Acín y Albert Ciará, a ellos gracias de corazón, porque en circunstancias muy difíciles han sabido mantener el rumbo hasta arribar a este relevo. Durante el tiempo en que la han dirigido y gracias a su preocupación por sacarla adelante, mejoraron notablemente el balance económico, incluso en estos tiempos de crisis, hasta ser autosuficiente. Podemos afirmar que no es la economía lo que nos ahoga, a diferencia de otros proyectos, sino la falta de identificación de todos nosotros, con algo que deberíamos sentir como propio: nuestro vehículo para expresarnos como científicos y humanistas. También lograron una mayor difusión, habiendo crecido tanto en suscripciones colectivas como individuales, no en vano, el número actual de especialistas españoles en activo ronda los 600.
Pero de muy poco vale contar con un excelente equipo directivo, de redacción y de gestión editorial, si a una revista científica le falta suficiente materia prima: trabajos originales en cantidad y calidad. A pesar de los esfuerzos que tanto Albert, y sobre todo Paco (gracias otra vez), han hecho para convencernos de la necesidad de apoyar este proyecto colectivo, no han sido capaces de romper la tendencia ya heredada de la etapa anterior: la falta de compromiso de un número suficiente de Servicios docentes y también universitarios, que por su misión de naturaleza científica, asistencial y docente, deberían ser los que alimentasen sin problemas la reserva de artículos para publicar. La triste realidad es que muchos de nuestros Servicios no sienten como propia la revista.
Esta visión que puede ser más o menos compartida por la mayoría de nosotros, y que quiere ser real y objetiva, no pretende voluntariamente entrar a analizar las posibles causas del distanciamiento entre muchos de nuestros asociados y la revista; desapego que no viene de esta etapa directiva ahora ya pasada, ni de la anterior; sino que es como un lastrado legado, resignadamente asumido.
Tenemos una revista con una cabecera histórica que a través del viaje en el tiempo ha llegado hasta aquí en las circunstancias descritas y que como médicos podemos resumir en una frase: padece una enfermedad crónica. Cada uno de nosotros podrá bautizarla de forma audaz, irónica o resignada, con diversos nombres y podemos jugar a estudiar su historia natural, su etiopatogenia, fisiopatología, etc., hasta proponer aquellos tratamientos más adecuados.
Ahora, a través de esta carta de agradecimiento al equipo directivo saliente, me gustaría hacer algo más que rendir un tributo de gratitud a su trabajo desinteresado, a desvelos y sinsabores de toda índole, y también aquella ilusión esperanzada, alimentada a lo largo de estos años, intentando reivindicarla científicamente, por su historia y por ser el órgano de expresión de nuestra SEACV.
Este ‘algo más añadido’ es una propuesta como homenaje dedicado a su labor: reasumir el compromiso entre todos. El objetivo, poner fin a la tendencia actual que perpetúa inexorablemente la situación de la revista, rompiendo el círculo vicioso en el que nuestra falta de interés de publicar en ella está fuertemente amarrada a nuestra creencia de ser científicamente poco relevante, no estar indexada o carecer de factor de impacto. En otras ocasiones puede ser una cierta desgana intelectual para trasladar a papel muchas de las comunicaciones presentadas al congreso nacional o a otros eventos de interés, o estimular que este traslado lo hagan otros compañeros. Otras veces pueden ser, sobre todo al principio, la falta de hábito o la posible desazón que siempre experimentamos cuando exponemos una creación propia a la crítica ajena, en este caso representada por la obligada revisión externa anónima del manuscrito.
Las causas pueden ser todas las anteriores y muchas más; lo importante, desde nuestro punto de vista, no es abrir una polémica que podría resultar estéril en estos momentos, sino que al aceptar el desafío que se nos propone como nuevo director deAngiología, es que acertáramos a transformarlo en un romántico reto colectivo: nuestra revista es el arpa del poema, ‘de su dueño tal vez olvidada, silenciosa y cubierta de polvo’, y los trabajos son las notas que duermen en su seno, sólo ‘esperando la mano de nieve que sepa arrancarlas’.
Más adelante será el momento de desgranar por nuestra parte, como renovado equipo directivo, las modificaciones que ante la nueva etapa queremos para la revista: cambios que ya podemos avanzar que serán profundos en todos los aspectos, tanto en el grupo humano de dirección y gestión, como en la edición electrónica y en papel. También pretendemos mejorar los contenidos y agilizar la revisión externa de los manuscritos, incidiendo en los aspectos constructivos de la crítica, sin renunciar a la exigencia necesaria para que finalmente tengan la calidad deseada.
Pero el detalle pormenorizado de los cambios y el programa del nuevo equipo será motivo de un próximo editorial; ahora, en éste, nos queda por despedir, con el cariño que se ha merecido, a todo el grupo saliente, encabezado por Paco Acín. Gracias a su abnegado trabajo y dedicación, hemos podido llegar hasta aquí.
Al intercambiarnos el testigo del relevo, lo hacemos con emoción contenida y sentimientos de gratitud por la excelente carrera que han realizado, lo que nos permite encarar la meta bien posicionados, pero sabiendo que ahora nos toca correr a nosotros, por lo que una vez más os pedimos a todos que no dejéis que nos podamos sentir solos.
Si la redacción, en poco tiempo, se atestase de trabajos en lista de revisión, sería el mejor indicador de que estamos haciendo una buena carrera y que la meta de la inclusión de la revista en el índice está a nuestro alcance. Por nuestra parte, solo puedo garantizar trabajo y dedicación para lograrlo, pero es con vuestra colaboración y apoyo como lo conseguiremos, porque nunca lo olvidemos: ‘juntos podemos’.