El artículo editorial publicado en la revista Angiología, volumen 67, número 5, titulado «MENTOR. Un programa innovador de reclutamiento de residentes» y firmado por el Editor Jefe de la revista, produce tristeza, incredulidad, indignación y estupor a partes iguales.
Afirma el autor que ya no llegan a los servicios los mejores. ¿Se ha realizado algún estudio objetivo de «calidad» sobre los residentes? No hay base para esta afirmación, que considero absolutamente incierta.
Asegura más adelante que este descenso en la calidad de los residentes tiene que ver con la masiva incorporación de la mujer a las Facultades de Medicina y sus diferentes prioridades, como la familia. Esta afirmación, aparte de falsa, denota un deleznable y trasnochado machismo propio de épocas afortunadamente superadas hace muchos años, pero que, lamentablemente, perduran en algunos que, por lo que parece, piensan que solo los varones pueden llegar a ser cirujanos vasculares competentes.
Habla a continuación del «baby boom», que sitúa en España hasta, curiosamente, 1975. Según el autor, hasta ese año, los niños nacían en familias estructuradas que atesoraban valores tradicionales. Sostiene a renglón seguido que desde entonces, la llamada «generación X(Y)» ha nacido en familias desestructuradas y unipersonales, carecen de valores y son incapaces de comprender el concepto de jerarquía. ¿Todos? ¿Desde ese año no existen ya familias «estructuradas y tradicionales»? Se lamenta de que los cirujanos pertenecientes al primer grupo «aceptaban las arbitrariedades de sus jefes», como si esto fuera algo a conservar, mientras que los del segundo, los desestructurados, anteponen el bienestar personal al trabajo.
Pero si todo esto es grave, no lo es menos que este escrito se haya publicado en nuestra revista como editorial, reflejando, por consiguiente, la línea de pensamiento de los editores. ¿Es esto realmente así? Si no ha sido revisado es algo que debería considerarse para que no vuelva a suceder, y si lo ha sido es que se bendice este discurso como propio, lo que sería inaceptable como línea editorial.
Como Presidente de la Sociedad Norte de Angiología y Cirugía Vascular, y con la aquiescencia de muchos miembros de la misma, rechazo absolutamente lo expresado en este lamentable editorial y pido una aclaración oficial. Angiología es una revista científica de todos y es intolerable que en un artículo editorial se viertan estas formas arcaicas de pensamiento. El Editor Jefe de una publicación que aspira a ser indexada por su calidad, debe clarificar si esta es su forma de pensar. Si finalmente lo es, ha de dimitir o ser cesado. En caso contrario debe rectificar con otro editorial. Ojalá sea así.
