La tomografía de coherencia óptica (OCT) es una novedosa técnica de imagen cardiovascular invasiva, que emplea luz para la realización de imágenes de secciones transversales de la coronaria1. Presentamos el caso de un varón de 44 años que ingresó por dolor torácico. Presentaba antecedentes de fumador de un paquete/día y bebedor moderado habitual, sin otros factores de riesgo cardiovasculares. Acudió al servicio de urgencias por angor de esfuerzo típico de una semana de evolución, con aumento progresivo en frecuencia e intensidad.
El paciente se encontraba estable, y la exploración inicial fue anodina. En el electrocardiograma seriado se hizo evidente el desarrollo progresivo de ondas T negativas en cara lateral (V4-V6, I y AVL) sugerentes de isquemia subepicárdica (fig. 1B), lo que se asoció a una elevación significativa de marcadores de necrosis miocárdica (CK y troponina-T ultrasensible). En la ecocardiografía transtorácica no se observaba el ventrículo izquierdo ni dilatado ni hipertrófico, con función sistólica en el límite bajo de la normalidad e hipocinesia a nivel septomedial y apical.
Ante los datos previamente descritos, y con el diagnóstico de infarto de miocardio sin elevación del segmento ST en pared anterior, se realizó un cateterismo preferente, en el que se observó un árbol coronario de dominancia derecha con distribución normal y sin lesiones coronarias angiográficas significativas (fig. 1A).
Pese a los datos de la angiografía y ante la sospecha de lesión responsable del cuadro, se llevó a cabo una OCT, en la que se evidenció una placa corta fibrolipídica ulcerada, con área luminal mínima de 3.17mm2 e imagen de lesión predominantemente lipídica, con discontinuidad de la íntima y formación de cavidad en la placa e imagen de trombo rojo intraluminal con atenuación de señal posterior, adherido en tercio medio de arteria descendente anterior (fig. 2A-B). Ante los hallazgos de la OCT, se implantó una endoférula farmacoactiva directa con excelente resultado final (fig. 2C)
A y B. Lesión culpable de composición predominantemente lipídica, con discontinuidad de la íntima y formación de cavidad en la placa (flecha negra) e imagen de trombo rojo intraluminal con atenuación de señal posterior (flechas blancas). C. Resultado tras el implante de la endoférula.
La OCT es una técnica de diagnóstico intracoronario de alta resolución relativamente reciente, que ha supuesto un importante avance en el diagnóstico y cuantificación de lesiones coronarias. Inicialmente empleada para la caracterización de la placa aterosclerótica2,3, ha ido cobrando importancia en el mundo del intervencionismo coronario, ya que permite la penetración de milímetros (2-3mm) en el tejido, así como una resolución axial y lateral milimétrica4. Además, la OCT puede ser de gran utilidad en pacientes con síndrome coronario agudo, ya que permite detectar con gran precisión la presencia de placas rotas y de trombo intracoronario1.
Se trata de una técnica muy segura5, detectándose una tasa de complicaciones mayores (fibrilación ventricular, embolia aérea o disección coronaria) muy baja (1.1%). La seguridad de la técnica, unida a su capacidad diagnóstica, probablemente conlleve un incremento paulatino de su uso en los laboratorios de hemodinámica. Al compararla con otras técnicas de diagnóstico endovascular coronario, ofrece otras interesantes ventajas, ya que permite una adecuada medición del diámetro y el área luminal del vaso para una elección más exacta de la prótesis endovascular. Además, tiene más sensibilidad para la detección de disecciones, mala aposición del stent o pequeños prolapsos de placa que la ecografía intravascular2.
El caso que presentamos es el de un paciente que comienza con clínica sugestiva de cardiopatía isquémica, en el que la angiografía no mostraba lesiones angiográficas coronarias significativas. Entre un 7 y un 10% de los pacientes diagnosticados de síndrome coronario agudo no presentan lesiones coronarias significativas y en muchas ocasiones es difícil establecer un diagnóstico preciso6. En nuestro caso, gracias a la realización de la OCT se llegó al diagnóstico de placa inestable en arteria descendente anterior, lo cual conllevó un cambio radical en la actitud clinicoterapéutica, así como en la estratificación de riesgo y el pronóstico del paciente.