Las guías de la Sociedad Europea de Cardiología señalan1:
Los pacientes con congestión pulmonar y SaO2<90% o presión parcial de oxígeno (PaO2) <60mmHg (8,0kPa) requieren tratamiento con oxígeno y la monitorización de la SaO2 para corregir la hipoxemia, con un objetivo del 95%, y podrían requerir la evaluación periódica de gases en sangre.
Reciente un grupo sueco encabezado por Hofmann et al.2 publican un estudio realizado en 6629 pacientes con sospecha de infarto agudo de miocardio (IAM) los cuales fueron aleatorizados al uso rutinario de oxigeno (O2) a 6 litros (l) por minuto en mascarilla facial abierta, o aire ambiente. Consideraron siempre que la saturación rebasara el 90% en ambos grupos, no hubo diferencia estadísticamente significativa en la presencia de reinfarto, fibrilación auricular, bloqueo de segundo y tercer grado, choque cardiogénico, utilización de diurético, inotrópicos, nitroglicerina, aspirina, inhibidores plaquetarios, betabloqueantes, inhibidores de la ECA, bloqueadores de calcio, diuréticos y lo que es más importante en la mortalidad.
Los pacientes son del registro sueco de sujetos con cardiopatía isquémica, se estableció un parámetro de 6l, aunque la pregunta validad es ¿Qué pasa con los que reciben entre 2-5l de oxígeno continuo.
Se debe determinar la utilidad de la oxigenoterapia en pacientes con cardiopatía isquémica y enfermedad pulmonar de base (EPOC, fibrosis pulmonar, asma, cáncer pulmonar, neumonía, etc…).
Aunque la apreciación teórica de incrementar el aporte de O2 al miocardio en isquemia, limitando el tamaño del infarto y las complicaciones subsecuentes3,4 ha provocado el uso indiscriminado de esta terapia.
Tradicionalmente la recomendación de la oxigenoterapia se ha manejado en las guías de práctica clínica5,6,pese a la evidencia ya publicada7.
Es importante en el futuro considerar lo que es rutina y lo que se ha demostrado como efectivo para el beneficio de nuestros pacientes.