Una vez más, nos hemos reunido para rendirle homenaje en este acto al Dr. Alfredo de Micheli. El Dr. De Micheli nació en la provincia de Calabria, en Cassano Ionio, Italia, país donde se inició el Renacimiento, y que ha dado el mayor número de genios al mundo. El Dr. De Micheli es italiano, pero también mexicano por adopción, ya que le ha dedicado a México su vida entera, como médico, historiador y filósofo.
Hace 58 años cruzó la inmensidad del Atlántico durante una travesía en barco que duró 7 días, sin imaginar siquiera que nunca volvería a su bella Italia. Vino atraído por el auge del Instituto Nacional de Cardiología de México, y de la mano de su fundador el Maestro Ignacio Chávez, amigo del profesor Jean Lequime, cardiólogo del Hospital Universitario de Saint Pierre en Bruselas. Al llegar aquí, de inmediato se incorporó como residente de cardiología en este Instituto, teniendo como compañeros destacados a los doctores Eduardo Salazar y David Bialowstowsky.
Es un hombre introvertido, muy inteligente, poseedor de una vasta cultura y de una memoria envidiable. Es de todos conocido su gusto por la lectura, la historia, la música y el arte. Es igualmente virtuoso, y me atrevo a asegurar que se crió en un ambiente positivo, ya que es ahí, en el seno familiar donde se desarrollan las virtudes humanas y se favorece la educación íntegra y personal, la que aunada al trabajo lo ha llevado a alcanzar a sus 89 años de edad, una vida plena llena de logros y satisfacciones personales.
El Maestro Ignacio Chávez mencionaba en 1958 «El humanismo quiere decir cultura, comprensión del hombre en sus aspiraciones y miserias, valoración de lo que es bueno, lo que es bello y lo que es justo en la vida»; fijación de normas que rigen nuestro mundo interior, afán de supervivencia que nos lleva, como en la frase del filósofo, a «Igualar con la vida el pensamiento». Afirmaba que esta es la acción del humanismo al hacernos cultos. Y decía, la ciencia nos hace fuertes, pero no mejores, por eso el médico entre más sabio deber ser más culto.
Y qué mejor ejemplo de sabiduría y cultura que el Dr. De Micheli, quien además de su producción científica ha sido también un distinguido investigador en la Historia de la Medicina.
La labor del Dr. De Micheli, ha sido intensa, fue arduo colaborador de la Escuela Mexicana de Electrocardiografía, dirigida en aquellos años por el Dr. Demetrio Sodi Pallares, con quien trabajó experimentalmente y en el uso de la solución polarizante como poderoso sistema donador de energía. Trabajó también, muy estrechamente con el Dr. Gustavo Medrano, con quien analizó las características electrovectocardiográficas del infarto de miocardio asociado a los bloqueos de rama.
El amplio conocimiento de la electrovectocardiografía, hizo al Dr. De Micheli, orientarse al campo del estudio de las arritmias cardiacas. En el Index Medicus se puede encontrar desde su primer trabajo, en el año 1953, hasta la fecha. Son 358 trabajos de investigación, de los cuales en 174 aparece su nombre como primer autor.
Maestro De Micheli: escogió usted a México como su segunda patria y al Instituto Nacional de Cardiología como su familia. Hoy el personal de esta casa se congratula del justo y merecido homenaje a usted, al hombre que ha dedicado su vida a la ciencia, específicamente a la cardiología, y que México ha tenido el privilegio de tenerlo. En nombre de todo el personal del Instituto Nacional de Cardiología «Ignacio Chávez» queremos agradecerle todas sus enseñanzas, y muy especialmente su arduo trabajo científico.
Quiero decirle que trabajar con usted me ha permitido reconocer y admirar no solo su sabiduría, sino también sus múltiples virtudes personales, entre las que destaco su sencillez, laboriosidad, humildad, perseverancia, fortaleza y, sobre todo, la enorme lealtad a sus convicciones y a su Instituto, que unidos al gran amor que tiene a la vida, lo hace digno merecedor de este sencillo reconocimiento.
Muchas felicidades ¡Dr. De Micheli!
En homenaje al Dr. Alfredo de Micheli.