con el objetivo de analizar la prevalencia de trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en pacientes psiquiátricos y la relación con algunas variables psicopatológicas, se realizó un estudio transversal de comorbilidad alimentaria oculta en pacientes psiquiátricos, en la Unidad de Contingencias Comunes de una Mutua de Accidentes de Trabajo. Participaron 93 pacientes (42 varones y 51 mujeres), con una media de edad de 38,94 años, sobre los que se solicitó valoración psiquiátrica. Se les aplicó el cuestionario de síntomas de Derogatis, la escala de autoestima de Rosenberg, el cuestionario de estrés percibido (PSQ), el Eating Attitudes Test (EAT-40), el test de investigación bulímica de Edimburgo (BITE) y la subescala de insatisfacción corporal (BD) del Eating Disorders Inventory (EDI-2). Además de la relación entre síntomas alimentarios y ansiedad, depresión, sensibilidad interpersonal, obsesiones, hostilidad, estrés percibido y autoestima (tabla 1), se confirmaron 1 caso de bulimia nerviosa purgativa y 3 de trastorno alimentario no especificado (con características bulímicas), lo que supone el 1,07 y el 3,22% del total de la muestra, respectivamente. No se confirmó ningún caso de anorexia nerviosa.
Coeficientes de correlación de Spearman
EAT-40 | BITE-S | BITE-Sv | BD | |
Obsesiones | 0,417 | 0,317 | NS | 0,374 |
Sensibilidad interpersonal | 0,488 | 0,500 | 0,276 | 0,435 |
Depresión | 0,384 | 0,332 | NS | 0,355 |
Ansiedad | 0,314 | 0,222* | NS | 0,225* |
Hostilidad | NS | 0,314 | NS | NS |
Estrés percibido (general) | 0,323 | 0,321 | 0,273 | 0,321 |
Estrés percibido (reciente) | 0,267 | 0,321 | NS | 0,349 |
Autoestima | −0,268 | −0,366 | −0,230 | −0,354 |
BITE-S: BITE-síntomas; BITE-Sv: BITE-severidad; NS: no significativo.
En relación con el concepto de «morbilidad psiquiátrica oculta»1, algunos trabajos han reflejado la frecuente presencia de TCA ocultos en pacientes psiquiátricos2,3. La investigación de hábitos alimentarios en atención primaria resulta útil4, pues los pacientes con algún TCA consultan más durante los 5 años previos al diagnóstico, por problemas psíquicos, digestivos o ginecológicos5. La existencia de TCA ocultos en pacientes psiquiátricos, especialmente con conducta bulímica, y su relación con variables como las ya señaladas, hace necesaria una correcta valoración ante la presencia de «síndromes de ansiedad y depresión», tan reiterados en las solicitudes de valoración psiquiátrica desde atención primaria. La asociación de una baja autoestima con mayores alteraciones alimentarias y de la imagen corporal, así como la percepción de estrés, pueden tener un papel relevante en el curso de la psicopatología y en la falta de aptitud laboral. De hecho, la severidad de los síntomas psicopatológicos, más allá del diagnóstico del trastorno mental concreto, parece el factor determinante del funcionamiento social, incluido el desempeño laboral. A esa severidad contribuyen los síntomas alimentarios, no comunicados por los pacientes y no detectados en el nivel primario.