Introducción
La adolescencia es una etapa de importantes cambios en la que son frecuentes las alteraciones psicológicas y psiquiátricas. Contactar con adolescentes en atención primaria (AP) no es fácil debido a sus infrecuentes visitas1. Esto, unido a que en AP se diagnostica a menos del 50% de los sujetos que presentan enfermedad psiquiátrica2, hace que sea difícil diagnosticar estas alteraciones en los adolescentes. Los problemas de salud mental que con mayor frecuencia les afectan son la ansiedad y la depresión, siendo frecuente la asociación de ambas3. Conocer el grado de ansiedad (emoción que aparece como respuesta adaptativa cuando el sujeto se siente amenazado) puede ayudarnos a detectar otras alteraciones psiquiátricas4, por lo que su diagnóstico precoz sería una forma de prevenir la evolución hacia una enfermedad crónica de difícil solución.
Los objetivos de este estudio son determinar el grado de ansiedad estado (AE) y ansiedad rasgo (AR) en adolescentes y su posible relación con las variables inmigración, sexo, edad, consumo de tóxicos, situación socioeconómica, relaciones personales y rendimiento escolar.
Según el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales5, el número de inmigrantes con tarjeta o autorización de residencia en España en marzo de 2005 es de más de 2 millones, mientras que es difícil calcular el número de inmigrantes sin papeles. Se prevé que esta población aumente de forma importante en los próximos años. En nuestro país, el problema de la salud mental en los inmigrantes ha sido poco investigado, a pesar de que la enfermedad psiquiátrica es una de las más prevalentes en esta población6. Los estudios acerca de las alteraciones psiquiátricas en inmigrantes comparadas con las de las poblaciones autóctonas obtienen datos controvertidos7-10.
En relación con el sexo, son muchos los estudios que demuestran una asociación entre el sexo femenino y los trastornos mentales; asimismo, se ha encontrado una mayor prevalencia de ansiedad en las mujeres11.
El consumo de tóxicos es cada vez más frecuente y de comienzo más precoz entre los adolescentes. Puede ser tanto causa como consecuencia de ansiedad y de otros trastornos psiquiátricos12,13, además de aumentar los conflictos de convivencia en los centros educativos, laborales y en el ámbito familiar14.
Una mala situación socioeconómica o familiar, así como las malas relaciones sociales, son también factores de riesgo para presentar ansiedad, como toda situación que supone una amenaza para el sujeto15,16.
Por último, el fracaso escolar es un gran problema social debido a su alta prevalencia y a las dificultades que conlleva; sin embargo, hay poca bibliografía sobre este tema17,18.
Sujetos y método
Se realizó un estudio descriptivo transversal en el que se distribuyeron 2 cuestionarios a los estudiantes de primero a tercero de ESO de 2 institutos públicos del Área 7 de Madrid en el primer semestre del 2004, con el objeto de que fueran cumplimentados de forma anónima en horas lectivas. Se excluyó a los alumnos que no pudieron o no quisieron rellenar el cuestionario, a las clases cuyo tutor se negó a administrarlo y a los tests que no estuvieran correctamente cumplimentados.
Se utilizó la escala STAIC (cuestionario de autoevaluación ansiedad estado/rasgo en niños)19-23 y un cuestionario de variables sociodemográficas. El cuestionario STAIC está validado en castellano para sujetos de 9 a 15 años y consiste en 2 escalas para medir la AR y la AE. La AR es una tendencia durante un largo período a enfrentarse o interactuar con el entorno con un determinado grado de ansiedad, mientras que la AE consiste en la presencia de síntomas ansiosos en un momento concreto24. Por tanto, ante situaciones percibidas como amenazadoras, los sujetos con elevada AR serán más propensos a responder con elevaciones de AE.
La escala AE contiene 20 preguntas con las que el alumno puede expresar «cómo se siente en un momento determinado» con las opciones «nada», «algo» o «mucho». La escala AR contiene también 20 preguntas en las que el adolescente expresa «cómo se siente en general» con las opciones «casi nunca», «a veces» o «a menudo». La puntuación mínima posible es de 20 y la máxima posible es de 60 para AE y AR, de tal forma que puntuaciones altas indican mayor ansiedad.
El cuestionario de variables es de elaboración propia y en él se han seleccionado las variables sociodemográficas que queremos relacionar con la ansiedad. Consta de una serie de preguntas cerradas acerca de la edad, el sexo, el país en que ha nacido (se considera «inmigrante» al que no ha nacido en España), los hábitos tóxicos (consumo de alcohol y/o tabaco y/u otras drogas), la situación socioeconómica y familiar, la salud de los padres, las relaciones personales, la visión de su vida y el rendimiento escolar.
En el análisis de datos se utilizó el sistema informático SPSS versión 10. Inicialmente se hizo una descripción de la muestra y a continuación se realizó un análisis de los datos cuantitativos, para lo que se utilizaron el test de la t de Student y la prueba de Levene.
Resultados
Contestaron correctamente 445 alumnos de 559 (79,6%). La edad media de los alumnos es de 13,8 ± 1,2 años. Los inmigrantes de la muestra llevan viviendo en España una media de 3,3 ± 2,6 años. En el cálculo de la AE y AR se excluyó a 15 alumnos (3,4%). La puntuación media de la AE es de 31,9 ± 7,1 y de la AR de 35,5 ± 7,1. Las frecuencias de las diferentes variables se exponen en la tabla 1. En la tabla 2 se refleja la asociación entre las variables y la puntuación AE y AR.
Discusión
En la población de estudio hay un elevado porcentaje de inmigrantes comparada con los datos aportados por el Ministerio, pero debemos tener en cuenta que el Área 7 de Madrid, donde se ha realizado el estudio, es una de las zonas con mayor porcentaje de tarjetas sanitarias de inmigrantes25. Los inmigrantes de esta muestra presentan mayor AE y AR que los autóctonos. Las diferencias socioculturales, religiosas, idiomáticas y económicas, unidas al desarraigo, pueden conllevar dificultades adaptativas y ser un factor de riesgo para desarrollar alteraciones psicológicas26,27.
Como se ha descrito en muchos artículos, encontramos en las mujeres una mayor incidencia de AE y AR. Sin embargo, en este estudio no encontramos que la edad afecte a la ansiedad, como se ha insinuado en algunos estudios.
Respecto al consumo de tóxicos, es posible que los alumnos consuman más de lo que han contestado por miedo a ser identificados por el profesor, a pesar de que la encuesta era anónima. Sin embargo, los porcentajes que obtenemos son similares o incluso más altos que los descritos en la bibliografía28. Los alumnos que aceptan que fuman, beben o que han probado otras drogas presentan mayor AE, pero no mayor AR.
Los alumnos que no viven con su padre tienen más AE y AR que los que sí viven con él, sin que se observe esta diferencia entre los que no viven con su madre, probablemente debido a que hay pocos individuos en esta situación.
Una enfermedad moderada o grave en el padre afecta a la AR del hijo; sin embargo, no hemos observado diferencias cuando es la madre la enferma pero, de nuevo, esto se puede deber a que la muestra es pequeña. No se ha encontrado que la situación laboral de los padres afecte a la ansiedad.
Los alumnos que duermen con 3 o más personas en la misma habitación presentan mayor AE, sin que se observe una estadísticamente diferencia entre los que no viven con su madre. El hecho de compartir dormitorio con uno de los padres está asociado con una mayor AR, pero no parece estarlo con una mayor AE.
Los alumnos que tienen malas relaciones con sus compañeros o con su familia presentan más AE y AR. Esto puede tener trágicas consecuencias, como hemos podido comprobar recientemente con los suicidios de varios adolescentes que sufrían maltrato por parte de sus compañeros. Una detección precoz podría haber evitado estas situaciones.
Los adolescentes que consideran que su vida es mala también presentan elevación en ambos tipos de ansiedad. Esto puede ser tanto causa como consecuencia, debido a que sujetos con personalidad ansiosa tienden a una visión más pesimista, a encontrar más problemas y a reaccionar con mayor ansiedad ante situaciones concretas29.
Se encontró un alto porcentaje de repetidores (31%) en la población de estudio. En la bibliografía hay algunas publicaciones con porcentajes inferiores de fracaso escolar y otras con porcentajes superiores, como los datos publicados por el Ministerio de Educación y Ciencia30, que describe un 38% de alumnos que acumulan retraso antes de cuarto de ESO en la Comunidad de Madrid. En el grupo de repetidores se observa mayores AE y AR, y la ansiedad puede ser una consecuencia de los malos resultados escolares, o viceversa.
Resulta llamativo un alto índice de cuestionarios no cumplimentados (20,4%). Un porcentaje de estas pérdidas se debe al absentismo escolar y a la negativa por parte de algunos alumnos y profesores a participar en el estudio pero, dado que no se nos ha informado de las causas de las pérdidas, no podemos conocer el resto de razones. Los resultados obtenidos se han facilitado a los psicólogos de ambos institutos para que tomen las medidas necesarias.
Conclusiones
Es importante conocer los factores de riesgo asociados con la ansiedad para poder detectarla precozmente y, de esta forma, intervenir y prevenir su progresión hacia otras enfermedades de difícil solución.
Al relacionar la ansiedad con las diferentes variables se han encontrado valores más altos de ansiedad en los inmigrantes, las mujeres, los consumidores de tóxicos, los alumnos que se encuentran en situación socioeconómica más precaria y los repetidores.
Por tanto, este estudio corrobora los clásicos factores de riesgo para la ansiedad, pero demuestra que deberíamos tener en cuenta uno más: la inmigración. También sugiere la importancia de unas buenas relaciones familiares y sociales para el equilibrio psicológico.
Al relacionar la ansiedad con algunas variables se han obtenido diferencias no significativas, probablemente debido a que la muestra es pequeña, por lo que sería interesante ampliar la muestra en estudios posteriores.
Agradecimientos
Agradecemos la colaboración de los alumnos, padres, profesores y orientadores de los 2 institutos implicados, así como colaboración de Emilio Cervera y Sofía Garrido en el análisis de datos.