Sres. Directores: El objetivo fundamental de utilizar medicamentos es curar, aliviar o prevenir enfermedades; su uso razonable exige conocer si el medicamento que se utiliza tiene una eficacia demostrada, si está indicado para la enfermedad que ha de tratarse y si los beneficios que pretendemos obtener son superiores a los riesgos inherentes de su uso. No podemos olvidar que el empleo inadecuado de medicamentos puede ser más peligroso que dejar que la enfermedad evolucione espontáneamente. Presentamos un caso de angioedema relacionado con la administración tópica de antihistamínicos para el tratamiento de un proceso banal que ilustra este hecho. La reacción ha sido notificada al Sistema Español de Farmacovigilancia.
Niña de 3 años sin antecedentes personales de interés que sufrió varias picaduras de insecto (tres en la cara y cuatro en la mano). Después de un día de evolución, con ligera mejoría del cuadro, los padres acudieron con la niña a una farmacia, donde le dispensaron Sayomol crema (prometacina ClH). A los 30 minutos después de la aplicación de la crema sobre la zona donde tenía las picaduras presentó una erupción cutánea con dolor intenso y parestesias (sensación de pinchazos), motivo por el que acudió a un servicio de urgencias de hospital. En la exploración se observó que presentaba intenso edema de consistencia dura, con eritema y aumento de la temperatura cutánea, que dibujaba la zona donde se había aplicado la crema en mano derecha (fig. 1) y cara (reacción más intensa que la niña no dejó fotografiar). La reacción se trató con corticoides tópicos, una aplicación cada 6 horas, con mejoría importante después de la segunda aplicación y desaparición completa de las manifestaciones a las 36 horas.
Según el algoritmo que utiliza el Sistema Español de Farmacovigilancia, existe una fuerte relación de causalidad entre la administración del antihistamínico tópico y la aparición de esta reacción cutánea1: a) clara relación temporal; b) la reacción cutánea es bien conocida para la aplicación tópica de antihistamínicos H1; c) mejoría tras la retirada del fármaco, y d) no existe otra causa alternativa que justifique la reacción, ya que antes de la aplicación de la crema existía una ligera mejoría de los síntomas.
Es bien conocido que los corticoides tópicos son efectivos en las picaduras de insectos o artrópodos, preferentemente asociados con los antihistamínicos orales; sin olvidar que en las reacciones sistémicas, en ocasiones es necesaria la administración por vía oral de corticoides. Cuando existe la posibilidad de sobreinfección particularmente en las lesiones ampollosas, en casos seleccionados, puede ser necesaria la administración simultánea de un antibiótico por vía oral2. Sin embargo, existe una amplia difusión del hábito de utilizar fármacos antihistamínicos H1 por vía tópica para el tratamiento de reacciones de hipersensibilidad, picaduras y prurito, como así lo demuestra la frecuencia con que estos preparados los encontramos en los botiquines caseros3. La aplicación de antihistamínicos por vía tópica es poco eficaz y puede producir reacciones de hipersensibilidad cutánea, fotosensibilidad (más frecuente con las fenotiazinas) y sensibilidad cruzada con otros antihistamínicos4; la aplicación en niños de antihistamínicos H1 (difenhidramina) en zonas amplias de la piel se ha relacionado con efectos sobre el sistema nervioso central, como son agitación y alucinaciones visuales5. Por estos motivos la aplicación tópica de antihistamínicos está considerada como inaceptable4. En España están comercializados 16 medicamentos con antihistamínicos solos o en asociación, para aplicación por vía tópica. Tres de estos medicamentos con antihistamínicos en asociación están comercializados como antihemorroidales tópicos y subvencionados por el Sistema Nacional de Salud6.
El uso racional de los medicamentos es una responsabilidad compartida entre la administración sanitaria, los profesionales sanitarios y los ciudadanos, que empieza por que exista una oferta de medicamentos seguros y eficaces por parte de la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios. La comercialización de medicamentos con antihistamínicos H1 para la aplicación tópica no contribuye a ello.