En un artículo anterior de esta serie se insistía en la conveniencia de recurrir a la síntesis, organización y presentación de los datos de un estudio en tablas y figuras, que complementen el texto y permitan facilitar y agilizar la comprensión de los resultados. En éste, se presentan los requisitos y algunas recomendaciones para la elaboración de las tablas y figuras.
Tablas
Las tablas son conjuntos ordenados y sistemáticos de números y/o palabras presentados en filas y columnas. Su principal finalidad es la ordenación y presentación de información de tipo repetitivo en una forma comprensible, de manera que puedan ordenarse grandes cantidades de datos en un formato que permita que el lector pueda observarlos, estudiarlos y comprenderlos en su conjunto. Además, la ordenación adecuada de la presentación de los datos permite mostrar tendencias, frecuencias o variaciones.
Las tablas constituyen un complemento muy útil del texto, pero no deben duplicarlo. Una buena tabla condensa una gran cantidad de información en una forma rápidamente comprensible y la ubica en un espacio limitado, lo que ahorra muchos párrafos de texto.
Las tablas deben ir numeradas de forma consecutiva según el orden en que se mencionan en el texto. Deben presentarse separadamente del texto del artículo, cada una en una hoja aparte. Así mismo, deben tener un título breve (habitualmente menos de 10 palabras) que describa su contenido, sin adelantar información sobre los resultados, y que, salvo casos especiales, no debe incluir abreviaturas.
La facilidad y rapidez de comprensión de una tabla depende en gran medida de la lógica de su construcción. Por ello, su estructura debe ser lo más simple posible y presentar la información en una secuencia lógica, fácilmente identificable y comprensible por el lector, lo que habitualmente significa ordenarla de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo. En la tabla 1 se resumen algunas recomendaciones útiles para su elaboración.
Las filas y columnas deben ir precedidas de un encabezamiento corto o abreviado, que identifique exactamente el material que contiene. Si la tabla ocupa más de una página, los encabezamientos deben repetirse en cada una de ellas. Hay que tener especial cuidado con el contenido de la tabla, buscando la mayor consistencia posible, por ejemplo, en la puntuación o abreviaturas de las palabras, o en las unidades de medida o decimales de los datos numéricos. El uso de símbolos y/o abreviaturas puede suponer un deseable ahorro de espacio y simplificación de la presentación. En caso de utilizarse, debe recurrirse a las abreviaciones estándar y símbolos convencionales cuyo significado, si no es autoexplicativo, debe hacerse explícito mediante el uso de notas a pie de tabla. Si se incluyen datos que no proceden del estudio que se presenta, debe señalarse claramente con una nota al pie de tabla que identifique la fuente.
Una buena tabla debe ser autoexplicativa, en el sentido de que la información que presenta es autosuficiente para su comprensión, incluso separadamente del texto. Además, debe ser clara y fácilmente legible. Un error frecuente es el intento de incluir demasiados datos en una sola tabla, lo que obliga a incluir múltiples encabezamientos y subencabezamientos que dificultan la claridad de la presentación y la comprensión.
Cada revista admite un número determinado de tablas en función del tipo de artículo, de forma que lo más aconsejable es consultar la «información para autores» de la revista correspondiente. Para los artículos originales, habitualmente no se aceptan más de 6 tablas y/o figuras.
Cuando se presenta más de una tabla de resultados, es conveniente utilizar un formato similar en todas ellas, de forma que se facilite la comprensión de las mismas por el lector. Por otro lado, debe comprobarse que todas ellas estén mencionadas en el texto, y que los datos que se presentan concuerdan con los que se citan.
Figuras
Figura es todo aquel material de ilustración que incluye tanto gráficos que presentan datos numéricos en forma visual, como diagramas o fotografías.
En muchas ocasiones, los autores dudan acerca de si es más adecuado presentar los datos en forma de tabla o de figura. Como norma general, en un artículo es preferible el uso de tablas, ya que son más exactas y permiten presentar mucha más información que un gráfico, a no ser que se desee evidenciar la existencia de una tendencia en los datos. Lo que no es correcto es duplicar la información, presentando los mismos datos en ambas formas.
Actualmente, la existencia de programas informáticos permite elaborar presentaciones visuales más o menos sofisticadas con relativa facilidad. Sin embargo, los autores deben tener claro el objetivo de la ilustración y ser conscientes de que deben seleccionar el tipo y formato de gráfico más adecuado para comunicar mejor la información al lector, evaluando la pertinencia de la utilización de determinados recursos visuales.
Independientemente del tipo de gráfico o ilustración, en el artículo se denominan siempre figuras, se numeran consecutivamente según el orden en que se mencionan en el texto y deben presentarse separadamente del mismo.
Las figuras deben ser de gran calidad. Cada una de ellas debe llevar, en su reverso, el número de la figura, el nombre del primer autor y una identificación de cuál es la parte superior de la figura. Es preferible hacer constar esta información en una etiqueta adhesiva, ya que la escritura sobre el reverso o la utilización de clips para sujetar una etiqueta pueden dañar la figura.
En caso de que en la figura se incluyan letras, números o símbolos, deben ser muy claros y de un tamaño suficiente para que puedan ser legibles cuando se publique, lo que habitualmente implica un formato más reducido que el enviado por el autor.
Por otro lado, al igual que las tablas, deben tener un título breve y explicativo, que no debe incluirse en la figura, sino en una hoja aparte en la que consten los títulos, leyendas y notas que deben acompañar a las figuras del manuscrito.
Si se incluyen fotografías de personas, éstas no deben ser identificables, o, si lo son, deben ir acompañadas del correspondiente permiso escrito para su utilización.
Si se utiliza material ya publicado previamente, debe hacerse constar la fuente original y haberse obtenido el permiso correspondiente para publicar este material, que debe acompañar al manuscrito. Este permiso no es necesario si se trata de material de dominio público.
La finalidad de la utilización de figuras en la presentación de datos cuantitativos es ayudar a su clara descripción, exploración, tabulación y comparación. Sin embargo, en su elaboración debe tenerse un especial cuidado en no distorsionar lo que se pretende mostrar, ya que la presentación visual puede inducir al lector a una interpretación errónea.
Así, por ejemplo, los diagramas de barras deben tener un diseño directo y lógico, no incluyendo un número excesivamente elevado de barras que dificulten su rápida comprensión. Debe decidirse si es más apropiado presentar barras horizontales o verticales, y presentarlas en orden decreciente de izquierda a derecha o de arriba abajo, o bien en un orden lógico fácilmente identificable. Las escalas de medida deben estar claras y ser consistentes. Las barras deben ser de la misma anchura, manteniendo la misma distancia entre ellas.
De forma similar, los gráficos lineales, que muestran la relación entre 2 variables X e Y, son muy utilizados para resaltar tendencias, más que para mostrar comparaciones. En su elaboración, deben crearse los ejes X e Y de forma lógica, indicando claramente las escalas e intervalos de medida, procurando mantener una relación lógica entre ambos ejes para evitar las distorsiones que pueden presentarse si se construyen gráficos demasiado anchos o demasiado altos. Siempre que sea posible, el cero debe ser el origen de ambos ejes. En caso de que no sea así, debe mostrarse con claridad el punto en que se inicia la escala. Si se incluyen múltiples líneas, su número debe ser reducido (se aconseja no incluir más de 3 o 4 líneas) y debe poder identificarse cada una de ellas con claridad.
Bibliografía general
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