Introducción
El bajo rendimiento escolar es un problema socioeducativo, dados los cambios vertiginosos en los núcleos escolares, familiares y socioeconómicos. De acuerdo con las estadísticas nacionales, en el nivel medio superior la reprobación fue del 39,1% y en otra provincia central, del 53%1.
De acuerdo con los informes del Panorama Educativo de México (2004), los alumnos inscritos hasta el nivel de preparatoria representaron un coste del 11,6% del presupuesto para la educación de dicho año. La reprobación se reportó en la secundaria en un 18,6% y del 36% para preparatoria2.
Covington confirma una correlación directa entre autoestima y logro académico al observar que cuanto mayor es la autoestima, mayor rendimiento escolar se alcanza, mientras que la menor autoestima conlleva un menor rendimiento; además concluye que la autoestima puede ser modificada a través de la instrucción directa y que dicha instrucción dirigida a mejorar la autoestima puede mejorar el logro académico3.
Hay pruebas científicas de que el autoconcepto y el rendimiento académico tienen una relación persistente y significativa.
Asociado con una baja autoestima, un ambiente familiar poco favorecedor propicia un rendimiento escolar bajo del orden del 2-30%4.
Dentro del contexto del proceso educativo participan factores familiares, sociales, el tipo del modelo educativo escuela-docente, docente-alumno y del propio alumno. En el adolescente están presentes la motivación y la autoestima, los cuales se inician en etapas tempranas del desarrollo psicosocial, donde la influencia de la familia es un elemento sustantivo en la consolidación de la autoestima. El clima familiar se considera un factor importante en el desarrollo de la personalidad, el autoconcepto y el desarrollo afectivo5.
La familia es el grupo social natural primario que tiene los objetivos de ser protector y matriz del desarrollo psicosocial de sus miembros a través de los padres, además de transmitir la cultura con el fin de que el adolescente tenga los valores y las bases para una autoestima alta y la autorrealización6-8.
Diversos estudios indican que el origen del bajo rendimiento escolar no sólo se circunscribe a aspectos pedagógicos, sino que en su dinámica participan factores biológicos (de maduración), de personalidad, emocionales, económicos, familiares y sociales9.
La escuela y la familia como instituciones sociales adquieren un papel complementario en la formación de la autoestima que permitirá al sujeto el desarrollo de habilidades y destrezas. Para ello es importante que el niño se sienta aceptado y valorado por sus compañeros, maestros y familiares10.
Para que el rendimiento escolar sea adecuado se requiere un ambiente familiar con estimulación perceptiva, psicológica y social, que promueva experiencias de interacción que estimulen y faciliten el desarrollo del pensamiento, así como una expectativa alta de los padres respecto a la educación de sus hijos. Se ha demostrado la relación entre la dinámica interna de la familia y el rendimiento escolar de los niños en diferentes países y clases sociales.
Realizamos este estudio para determinar la relación entre rendimiento escolar, autoestima y funcionalidad familiar en adolescentes mexicanos.
Métodos
Estudio transversal comparativo realizado en adolescentes de ambos sexos, de 10 a 17 años de edad, inscritos en una secundaria oficial de la ciudad de Querétaro, México. Se estimó el tamaño de la muestra en el supuesto de una prevalencia de bajo rendimiento del 18,6% y una disfuncionalidad familiar del 66%. La muestra fue de 37 sujetos para cada grupo, los cuales se conformaron de acuerdo con las calificaciones de alto (9 a 10) y de bajo (6 a 7) rendimiento escolar, otorgadas por la institución escolar. La selección de éstos se llevó a cabo sobre la base de un listado de números aleatorios generados en el programa Epi-Info versión 6.
Antes de solicitar el consentimiento informado se aplicaron los tests de autoconcepto forma A y de FACES III, y se analizaron las variables sociodemográficas.
El test de autoestima está constituido por 36 ítems; se calificó como autoestima alta cuando la puntuación total directa (PTD) fue superior a la PTD media, correspondiente para cada grado escolar, de la siguiente manera: a) primer grado, media superior a 71,59; b) segundo grado, media superior a 70,41; c) tercer grado, media superior a 69,97. El test de funcionalidad familiar se evaluó por medio del FACES III, que de acuerdo con la puntuación obtenida se clasifica en: a) funcional (sistema balanceado), disfuncional (sistema extremo) y limítrofe (sistema en el rango medio). La puntuación se obtuvo mediante la suma de los reactivos nones para la cohesión, y de acuerdo con la amplitud de clase se catalogó como desvinculada (10-34), separada (35-40), conectada (41-45) y amalgamada (46-50); los reactivos pares miden la adaptabilidad, que se cataloga como rígida (10-19), estructurada (20-24), flexible (25-28) y caótica (29-50). Finalmente se intercepta el resultado de la cohesión con la adaptabilidad y nos proporciona el tipo de sistema11 (fig. 1).
FIGURA 1 Clasificación de las familias según FACES III.
Este estudio fue valorado por un comité local de investigación en salud institucional.
El análisis estadístico se llevó acabo con estadística descriptiva e inferencial con la prueba de la χ2, cálculo de la odds ratio (OR) e intervalos de confianza (IC) del 95%.
Resultados
De los 74 alumnos, 37 para cada grupo de alto y bajo rendimiento, los adolescentes con rendimiento escolar alto tuvieron una autoestima alta, mientras que los adolescentes con rendimiento escolar bajo presentaron una autoestima baja (tabla 1).
En los adolescentes con rendimiento escolar alto se encontró funcionalidad familiar en el 54%, en comparación con los de bajo rendimiento, con un 24%. La funcionalidad limítrofe se presentó con mayor frecuencia en el grupo de bajo rendimiento (tabla 2).
En los adolescentes con rendimiento escolar alto predominó el sexo femenino y en los de rendimiento bajo, el masculino (tabla 3).
El 46% de los adolescentes con rendimiento escolar alto se encontraba cursando el segundo grado, mientras que los de rendimiento escolar bajo cursaban el primero (tabla 4).
Los adolescentes con rendimiento escolar alto acudían en el turno matutino y los de rendimiento escolar bajo en el turno vespertino (tabla 5).
Discusión
Burns12, Wylie13, Hansford et al14 y Amezcua et al15 encontraron que no hay una correlación entre el autoconcepto y el rendimiento escolar.
En este estudio se determinó que el autoconcepto influye en el rendimiento escolar y estos resultados coinciden con los de diferentes autores, como Acuña et al4, Bustos8, Gimeno Sacristán16, Boersma et al17 y Rodríguez Espinar18.
Marsh et al19 confirman que el autoconcepto académico es un factor que influye en el rendimiento académico, situación compatible con la descrita por López20, González-Pumariega et al10 y Núñez et al21, que encontraron que el rendimiento académico está influido por variables de personalidad, motivacionales, actitudinales y afectivas. Herrera22 alude que un niño con inteligencia superior a la media y con un autoconcepto bajo puede obtener rendimientos suficientes pero no satisfactorios, mientras que otro de inteligencia media con un autoconcepto elevado puede obtener mejores resultados. García et al23 y López20 opinan que la medida del autoconcepto es el mejor pronosticador del logro académico.
Se encontró relación entre la funcionalidad familiar y el rendimiento escolar en nuestra población, semejante a lo encontrado en diversos estudios.
Rocha et al1 encontraron que los adolescentes tenían problemas que afectaban a su desempeño escolar en los siguientes aspectos: familia (mala relación con los padres y/o problemas de comunicación) y pareja (mala relación de pareja). Calderón-Hernández menciona que la desintegración familiar es causa de deserción y retraso estudiantil. En otro estudio se notifica una incidencia de trastornos del aprendizaje del 2-30%, asociada con el ambiente familiar y el rendimiento escolar4; López20 reconoce factores sociológicos, que incluyen las características socioeconómicas y familiares de los estudiantes, que influyen de forma significativa en el rendimiento escolar. Santelices et al24 manifiestan que si el grado de compromiso manifiesto por los padres es mayor, se puede predecir éxito académico porque los padres son fuente de apoyo emocional que permitiría al niño encontrar vías de autodirección con confianza en sí mismo al tener fuentes concretas de ayuda para lograr éxito en su desempeño. Miranda et al25 enfatizan la importancia del ambiente familiar sobre el rendimiento académico.
Las diferencias observadas en estudios en los que no se determinan los mismos resultados que los obtenidos en esta investigación probablemente obedecen al tipo de instrumentos empleados. Muñoz26 encontró que la integración familiar no influye en el rendimiento académico, por lo que concluyó que no hay diferencias estadísticamente significativas en la integración familiar entre los alumnos de alto y bajo rendimiento académico, así como que se observan diferencias estadísticamente significativas tanto en los factores intelectuales como en los rasgos de personalidad entre los alumnos de alto y bajo rendimiento académico9.
Lo conocido sobre el tema
• La autoestima influye en los logros y las habilidades del individuo.
• El rendimiento escolar está determinado en parte por factores psicológicos, uno de los cuales es la autoestima.
• La familia funcional participa en la formación de la autoestima.
Qué aporta este estudio
• El adolescente proveniente de una familia disfuncional y con una autoestima baja manifiesta un rendimiento escolar bajo.
• La disfuncionalidad familiar es un factor de riesgo para el desarrollo de la autoestima con repercusiones en el ámbito escolar.
• La adolescencia es una etapa crítica del desarrollo del individuo en el ámbito escolar.
Agradecimientos
A cada uno de los adolescentes y padres de familia que formaron parte de la investigación.
A los profesores y directivos de la escuela secundaria donde se llevó a cabo el estudio.
El trabajo ha sido presentado en el IV Congreso Estatal de Medicina Familiar y General de la Sociedad de Medicina Familiar, México, en modalidad de póster.
MATERIAL para INTERNET
Correspondencia:
Dr. N. Camacho Calderón.
Fernando Loyola, 101. Condominio San Ángel, primer piso. Col. Del Ángel. CP 76030. Querétaro, México.
Correo electrónico: pegusald1@yahoo.com.mx
nicolas_camacho@yahoo.com
Manuscrito recibido el 5-2-2007.
Manuscrito aceptado para su publicación el 5-6-2007.