Sres. Directores: La brucelosis es una zoonosis de reconocida endemicidad en España. Su distribución no es homogénea en las diferentes comunidades y comarcas, dependiendo de la importancia de la cabaña ganadera1,2. Su implantación corresponde fundamentalmente al ámbito rural y municipios de menos de 5.000 habitantes3. El patrón epidemiológico cambia en las zonas urbanas, donde el contagio se efectúa preferentemente por ingesta de productos lácteos elaborados y distribuidos sin control sanitario4. En las zonas de baja incidencia de la enfermedad, esta circunstancia puede conllevar a una menor sospecha y peor seguimiento epidemiológico de los casos.
En nuestra ZBS del Puerto de Santa María, ubicada en una comarca de servicios e industria vinícola, la mediana de las tasas de brucelosis declaradas al sistema EDO en los últimos 5 años fue de 5 x 105. De 13 casos recogidos en las declaraciones individualizadas, el 69,2% correspondieron a varones y la edad media fue de 35,15 años (DE: 10,92). La fiebre y osteomialgia fueron los síntomas más frecuentes en el 100 y 70% de los enfermos. La hipertransaminasemia y las alteraciones en el recuento leucocitario fueron los hallazgos biológicos más usuales en el 50% de las determinaciones. El diagnóstico se efectuó por hemocultivo en dos ocasiones, en el resto (84,7%) se realizó por titulación significativa de seroaglutinación. El tiempo medio de demora en el diagnóstico fue de 19,46 días (DE: 11,13) y se efectuó en el CS en el 69,2% de los casos. El 38,5% de los afectados requirieron ingreso hospitalario en algún momento de la evolución del proceso. La asociación rifampicina-doxiciclina fue el tratamiento más frecuentemente empleado (61,5%) seguido de la de estreptomicina-doxiciclina (23,1%). Dos pacientes presentaron recidiva y otros dos tuvieron secuelas crónicas.
El 53,8% de los afectados lo fue por transmisión indirecta, debido al consumo de leche no pasteurizada en dos ocasiones y por ingesta de queso fresco de cabra en otras siete, siempre adquiridos en venta ambulante sin control sanitario y procedentes de distintas localidades de comarcas próximas con alta incidencia de brucelosis. Tres enfermos del total son ganaderos y el resto de los afectados tienen profesiones sin riesgo laboral de brucelosis, siendo la más frecuente la de ama de casa en el 23,1%. Diez declaraciones se concentran en tan sólo dos barriadas periféricas de la localidad, las otras tres corresponden a residentes en alquerías cercanas.
Las bajas tasas de brucelosis observadas en nuestra ZBS comportarían un menor grado de adiestramiento del médico responsable del control clínico del enfermo, lo que se traduciría en el alto porcentaje de pacientes que requirieron atención hospitalaria y en el prolongado tiempo de demora entre la aparición de los primeros síntomas y su diagnóstico. Así mismo, el patrón epidemiológico cambia en zonas urbanas, con un predominio de casos por contagio indirecto; éstos se centrarían en núcleos de población con comportamientos y hábitos de consumo adversos, susceptibles de identificación mediante una adecuada vigilancia epidemiológica y subsidiarios de atención mediante un programa especial de Educación para la Salud.