Con el objetivo de comparar la satisfacción entre pacientes sometidos a cirugía menor en atención primaria (AP) y especializada, se realizó un estudio descriptivo transversal en un centro de salud urbano. Se incluyeron 87 pacientes mayores de edad sometidos a cirugía menor entre el 1 de enero de 2007 y el 30 de junio de 2008. No pudieron ser incluidos 188 pacientes. Se midió el grado de satisfacción global y específico para aspectos concretos, así como las complicaciones posquirúrgicas referidas por el paciente, el diagnóstico empírico de las lesiones, el diagnóstico de certeza y el grado de acuerdo.
La media de edad de los pacientes fue de 59,6 años (DE: 16,5), y el 57% eran mujeres. El 67% fueron intervenidos en AP, el 27% en dermatología y el 6% en cirugía general. El porcentaje de pacientes satisfechos fue del 96% en AP y del 93% en especializada (diferencia del 3%; IC 95%: -9,5 a 16,4%). No se han encontrado diferencias estadísticamente significativas en la satisfacción entre ambos niveles por edad o sexo, aunque sí en el tiempo de espera el día de la intervención (p=0,005) y en la sala donde se realizó (p=0,03), favorables para AP. El porcentaje de pacientes que se complicaron en AP fue de 38% y en especializada de 44% (diferencia del 6%; IC 95%: -17 a 31%).
La principal limitación del estudio es el reducido tamaño de la muestra debido a que se llevó a cabo en un único equipo de AP y a que participó solamente la tercera parte de los pacientes que inicialmente cumplían los criterios de inclusión. Por otra parte el método de captación empleado demostró una efectividad limitada, ya que durante el período de captación no acudieron a consulta todos los pacientes que reunían los criterios de inclusión. Además, algunos de los que acudieron no llegaron a ser enviados para el estudio, ni tampoco fue posible localizar telefónicamente a gran parte de nuestra población. No obstante, la distribución por sexo y edad fue similar entre los participantes y los no participantes.
Los diagnósticos clínicos más frecuentes fueron similares a los de otros estudios1–3. En cuanto a la derivación a otro nivel asistencial, las lesiones con diagnóstico clínico menos dificultoso se realizan en su mayoría en AP, mientras que las que pueden plantear dudas diagnósticas (codificadas como «lesión piel») son las que más se derivan.
La satisfacción global fue muy similar en ambos niveles asistenciales. Tampoco hubo diferencias según género y edad, a diferencia de lo encontrado en otro trabajo1 que apuntaba que las mujeres estaban menos satisfechas, así como los varones jóvenes respecto a los mayores.
La concordancia entre el diagnóstico clínico y el anatomopatológico en nuestro trabajo fue algo superior a la encontrada por Cox et al4 pero inferior a otros estudios2,3,5. Este hecho puede estar condicionado porque generalmente se envían piezas quirúrgicas con diagnóstico dificultoso. Probablemente el grado de concordancia sería mejor si, como en otros estudios2,3,5, se evaluasen la mayoría de las piezas quirúrgicas, incluidas aquellas en las que la seguridad del diagnóstico clínico es casi absoluta. Algunos estudios señalan que el análisis anatomopatológico sistemático de todas las lesiones resecadas podría mejorar la capacidad de detección de enfermedades malignas6, a pesar de que algunos autores opinen lo contrario.
Una de las propuestas de mejora para evaluar la actividad realizada de forma más exhaustiva es concienciar al profesional de AP de la importancia de emitir un diagnóstico de sospecha específico.
A Isabel del Cura González y Luisa Cabello Ballesteros por su ayuda en la realización del diseño y metodología del estudio.