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Vol. 31. Núm. 5.
Páginas 293-294 (marzo 2003)
Vol. 31. Núm. 5.
Páginas 293-294 (marzo 2003)
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Comentario: La calidad de vida relacionada con la salud. Importancia en atención primaria
Commentary: Importance of Health-Related Quality of Life in Primary Care
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P. Gayoso Diza
a Médico de Familia. Ourense. España.
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M Azpiazu Garrido, A Cruz Jentoft, JR Villagrasa Ferrer, JC Abanades Herranz, N García Marín, C Álvarez de Mon Rego
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La medida del nivel de salud y de la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) tiene una creciente importancia como estimador del resultado de los programas e intervenciones en el ámbito sanitario. Su uso ha crecido exponencialmente, junto con otras medidas como la satisfacción, en lo que podríamos denominar medidas centradas en el paciente1.

Guyatt define la CVRS como un concepto que intenta medir la opinión subjetiva del individuo respecto a su propia salud en las dimensiones física, psicológica y social.

Las estrategias de calidad total de los sistemas sanitarios conceden una gran relevancia a los resultados obtenidos en términos de calidad de vida, como una de las variables finales que permiten analizar la efectividad de las actuaciones clínicas (nivel de microgestión, gestión clínica) y la planificación sanitaria (nivel de macro-mesogestión).

Por otra parte, como en el resto de los países europeos, asistimos en España a un progresivo envejecimiento de la población. El progreso tecnológico permite dar respuesta a problemas de salud, hasta ahora fatales, promoviendo una esperanza de vida que se sitúa entre las más altas del mundo. Este cambio demográfico se acompaña de modificaciones sustanciales en la estructura social. La desagregación familiar, la mayor tasa de empleo de la mujer y otros factores están llevando a una situación en la que la soledad y falta de apoyo social constituyen, con frecuencia, la realidad de muchas personas mayores. Esto tiene una importante repercusión en la calidad de vida de estas personas y en su capacidad de afrontar su autocuidado2. Ambas situaciones llevan a una utilización creciente de recursos sanitarios por parte de esta población, en especial en atención primaria.

Simultáneamente, se advierte un cambio en las expectativas de la población en relación con su nivel de salud. La salud se ha convertido en un bien en sí mismo, demandado como derecho por todos los ciudadanos, en su nivel más alto posible. Actualmente se está en disposición de minimizar los síntomas de enfermedades crónicas, y se plantean soluciones ante enfermedades degenerativas (recambios valvulares, prótesis articulares) hasta edades muy avanzadas, garantizando una autonomía y calidad de vida que las hace aceptables para el paciente. Esta evolución genera expectativas de alcanzar una mayor CVRS en la población, a la que el profesional de atención primaria debe dar respuesta.

La autopercepción de la propia calidad de vida incorpora factores como los valores y creencias del individuo, su experiencia vital previa, etc. a la presencia de limitaciones para el desarrollo de las actividades de su vida diaria. Se trata, por tanto, de una variable compleja con un gran peso en el estado de salud de la persona. Podríamos afirmar que lo importante no es tanto «estar bien» como «sentirse bien».

Los profesionales de atención primaria necesitan conocer el nivel de calidad de vida de la población a la que atienden para, por un lado, poder planificar las respuestas a las necesidades detectadas y, por otro, estar en condiciones de evaluar el impacto de las acciones tomadas. Por otra parte, se ha demostrado que el estado funcional y la calidad de vida percibida son predictores independientes de los resultados de salud3.

Actualmente existen numerosos instrumentos para medir la CVRS de los que se conoce su validez, fiabilidad y sensibilidad al cambio (principales propiedades que caracterizan un instrumento adecuado)3. Sin embargo, todavía existe un importante desconocimiento de la relación de esta con otras variables centradas en el paciente, como la satisfacción percibida en relación con la atención sanitaria y sobre la relación entre las diferentes dimensiones de la CVRS. También hay necesidad de un mayor conocimiento de su comportamiento en relación con las preferencias y valores de los individuos.

En estudios epidemiológicos, estos instrumentos se emplean para determinar la CVRS de una determinada población, analizar diferencias en el nivel de calidad de vida entre distintos grupos poblacionales en un mismo momento, o en un grupo poblacional a lo largo del tiempo y en relación con las intervenciones sanitarias realizadas.

El presente estudio supone una importante aportación en este campo. Se realiza sobre una muestra representativa de la población urbana mayor de 65 años, con una tasa de respuesta del 66%, lo cual, dada la complejidad de este tipo de estudios, supone una adecuada respuesta.

Utiliza simultáneamente 3 instrumentos que permiten una aproximación más completa a una variable multifactorial como la que nos ocupa: Perfil de Salud de Nottingham y Euroqol para calidad de vida y la dimensión «Actividades de la vida diaria» del OARS-MFAQ para capacidad funcional. Además, los investigadores analizaron otras variables que influyen en la CVRS como salud física, salud mental, apoyo sociofamiliar y recursos económicos, además de variables sociodemográficas. Por esta razón, presenta una aproximación muy completa para determinar la calidad de vida en la población estudiada. Este primer original, al que con seguridad seguirán otros, presenta los datos descriptivos sin profundizar en el análisis de relaciones entre las dimensiones estudiadas.

Los resultados obtenidos muestran una relación inversa entre edad y calidad de vida, y es superior la proporción de personas mayores de 80 años con problemas identificados (Euroqol y Nottingham); sin embargo, la autopercepción de calidad de vida no mostraba diferencias con la edad. En relación con el género, las mujeres presentan una peor calidad de vida y también es peor su autopercepción de ésta. Sería deseable conocer los resultados del análisis de estas variables controlando por otros factores (nivel de estudios, apoyo sociofamiliar, etc.) que, se sabe, modifican la salud percibida.

Los investigadores señalan, además, una línea de análisis de gran utilidad, como es la comparación del rendimiento de los instrumentos empleados en el estudio de la CVRS en la población mayor de 65 años. Esto proporcionará elementos para entender mejor las propiedades y limitaciones de cada uno. Con esta información, clínicos e investigadores podremos ser más eficientes en la toma de decisiones sobre el instrumento de mayor utilidad para su utilización en atención primaria.

Bibliograf¿a
[1]
La medida de la salud: guía de escalas de medición en español. 3.ª ed. Barcelona: Edimac, 2002.
[2]
Linking clinical variables with health-related quality of life: a conceptual model of patients outcomes. JAMA 1995;273:59-65.
[3]
Instruments for the older functional assesment of older patients. N Engl J Med 1990; 322:1207-14.
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