El déficit de vitamina B12 es diagnosticado, tratado y seguido con frecuencia en las consultas de atención primaria, observando mayor incidencia a más edad. Las causas más frecuentes son gastrectomía, anemia perniciosa, déficit en la dieta y consumo de algunos medicamentos1.
Clásicamente se creyó que la falta del factor intrínseco gástrico obligaba a la administración de vitamina B12 por vía parenteral. Sin embargo, desde los años 1950 se han publicado artículos, que demuestran el éxito del tratamiento por vía oral, siendo mejor tolerado y menos caro que el tratamiento intramuscular2. Respecto a la dosis recomendada, la evidencia muestra que dosis diarias elevadas de vitamina B12 (1.000-2.000 μg)3,4 durante una semana, posteriormente semanal durante un mes y luego mensual5, pueden ser tan efectivas como la administración intramuscular para lograr respuestas hematológicas y neurológicas. El mecanismo más probable que permite la eficacia del tratamiento por vía oral, incluso cuando existen problemas de malabsorción o resección gastroduodenal, es una segunda vía de absorción, difusión pasiva, que no requiere del factor intrínseco ni un íleon terminal intacto, y que permite cuando se administran dosis altas diarias de vitamina (media de 1.000 μg/día), una absorción del 1% de la dosis administrada5,6. También se ha demostrado que los preparados comerciales de vitamina B12 oral disponibles en España son excelentes en cuanto a efectividad, tolerabilidad y seguridad6.
A pesar de la evidencia disponible, la mayoría de los pacientes tratados siguen recibiendo tratamiento intramuscular, excepto en Suecia y Canadá5.
Con estos datos, nos planteamos realizar un estudio en nuestro centro de salud (área sur de Madrid) con el objetivo de conocer cuál es la vía de administración más frecuentemente utilizada y por qué. Primero, mediante el programa OMI-AP detectamos los pacientes con déficit de vitamina B12 tratados por vía intramuscular u oral. En segundo lugar, mediante un cuestionario anónimo a los médicos de familia, se pregunta por la preferencia en la forma de administrar el tratamiento.
Se detectan 92 pacientes en tratamiento. Del total de los pacientes tratados, el 69,56% (64) lo eran por vía intramuscular, y el 30,4% (28) por vía oral.
Del total de los 22 médicos en plantilla, contestan la mitad. Entre los que inician habitualmente el tratamiento, un 36,4%(4) lo realiza por vía intramuscular, y un 63% (7) por vía oral.
Entre las causas que avalan una forma u otra de tratamiento encontramos:
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Vía intramuscular: las causas por las que los médicos no prescriben las formulaciones orales son similares a las observadas en otros estudios, ignorancia de la existencia de esta opción, preocupación por una absorción impredecible, mayor experiencia y mayor seguridad en cuanto a la posología y control del tratamiento5,6.
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Vía oral: eficacia demostrada e igual que la vía intramuscular, mejor cumplimentación del paciente, ahorro material fungible y menos visitas a enfermería, por tanto menos coste.
En nuestro centro de salud, la vitamina B12 por vía oral es la forma más utilizada entre los médicos que contestaron el cuestionario e inician tratamiento, siendo, a pesar de esto, la vía intramuscular la opción preferida, lo que nos lleva a preguntarnos:
¿Por qué, a pesar de la evidencia, seguimos sin utilizar la vía oral?