Sres. Directores: El alcohol es la droga que con mayor frecuencia se consume en la población española. Los artículos publicados recientemente en la revista AtenciÓn Primaria1-5 ponen de manifiesto dos aspectos de gran trascendencia a la hora de poner en marcha programas de prevención del hábito alcohólico. En primer lugar, la trascendencia del consumo entre los jóvenes y, en segundo, la eficacia de la intervención de los profesionales que integran los equipos de atención primaria en la identificación, tratamiento y prevención de los problemas sanitarios asociados. La educación sanitaria se encuentra entre los objetivos y funciones de todos los sanitarios, y en especial desde la atención primaria, por encontrarse más cerca de la población general y de los distintos grupos de riesgo. Los sanitarios, en su papel de educadores para la salud, deberían adoptar comportamientos de salud positivos que podrán transmitir de forma más fiable. Por todo ello, el objetivo del presente trabajo es aportar información sobre las características del consumo de alcohol en estudiantes de la diplomatura de fisioterapia, los cuales en un futuro no muy lejano desempeñarán un papel importante en su prevención y tratamiento.
La población de estudio han sido los estudiantes de segundo curso de la diplomatura de fisioterapia de la Universidad de Salamanca, matriculados en la asignatura de salud pública durante el curso académico 1996-1997. La información se obtuvo a través de un cuestionario autoaplicado, en el que se recogía información relacionada con los comportamientos de salud de los estudiantes universitarios, incluido el consumo de alcohol. Formaron parte del estudio un total de 32 alumnos, los cuales asisten de forma habitual a clase (71,1% del total de matriculados). La edad media fue de 20,6±2,5 y la distribución por sexos de 81,3% mujeres y 18,7% varones.
Los resultados muestran que sólo un 9,4% de los encuestados no bebe alcohol, siendo todos ellos mujeres. Un 28,1% se consideraron como bebedores habituales de fin de semana y un 62,5% como bebedores ocasionales. Suelen beber con los amigos (84,4%), porque les gusta (65,6%) y consideran a las bebidas alcohólicas como una droga (46,9%) o un placer (31,3%). Un 65,6% de los estudiantes afirma haberse emborrachado al menos una vez en el último año. Con una frecuencia muy similar, las bebidas que consumen de forma ocasional o habitual durante los fines de semana fueron las de alta graduación (65,6%), cerveza y licores (62,5%) y vino (50%).
El patrón de consumo en la población española se caracteriza por una mayor prevalencia en los grupos de edad de 16-24 años y, según el nivel de estudios, son los universitarios los que más alcohol consumen6. La muestra estudiada posee las dos características y presenta una elevada prevalencia de consumo (90,6%). Al comparar los resultados con los presentados por Alonso et al1, que refieren una frecuencia de 73,1% en adolescentes, podemos confirmar la estrecha y directa relación que existe entre consumo y edad. Es necesario destacar que se ha producido una reducción importante del número de bebedores entre los adolescentes españoles en el período 1988-1993, si bien la cantidad de alcohol consumida ha aumentado, especialmente en los jóvenes mayores de edad6, situación reflejada en el elevado porcentaje de jóvenes que presentan una intoxicación aguda; el 65,6% de los estudiantes de fisioterapia refieren haberse «emborrachado» al menos una vez en los últimos 12 meses. Igualmente, los resultados confirman que el consumo se relaciona con el fin de semana y la ocupación del tiempo libre, poniendo de manifiesto la necesidad de potenciar entre los jóvenes actividades positivas, que ocupen su tiempo de ocio (por ejemplo, actividad física) y potenciar el consumo de otro tipo de bebidas no alcohólicas. Por todo ello, consideramos necesario poner en marcha programas de prevención para evitar la adquisición del hábito en escolares, especialmente si tenemos en cuenta que aquellas personas que comienzan el consumo en edades tempranas consumen más y presentarán con una mayor probabilidad problemas relacionados con su consumo en el futuro. La necesidad de prevenir mediante la educación sanitaria se hace más patente en estos grupos de población, por ser jóvenes y porque en un futuro próximo deben de ejercer un importante papel como educadores sanitarios.