Objective. The aim of this study is to analize the oral contraceptive use and smoking habits among Spanish women.
Design. Descriptive observation study of a croosover design.
Setting. General population, using to this purpose the 1993 National Household Health Survey.
Patients and other participants. 5229 Spanish women aged 16-42 years.
Measurements and main results. The use of oral contraceptives, as well as patterns of smoking was assessed. 4,6% of the women of 16-42 years of age had used oral contraceptives in the last two weeks, from which 51,1% smoked in a daily basis. Furthermore, mean number of cigarettes/day and heavy smokers was higher among oral contraceptive users than in non users.
Conclusions. Smoking habit and oral contraceptive use is frequent among Spanish women (this population a higher risk of certain side effects). Health proffesionals should be aware of smoking among the women taking oral contraceptives.
Objetivo. Estudiar el fenómeno del consumo de anticonceptivos y el hábito tabáquico en las mujeres españolas.
Diseño. Estudio observacional descriptivo de corte transversal.
Emplazamiento. Población general. Se han empleado para ello los datos de la Encuesta Nacional de Salud de España de 1993.
Pacientes y otros participantes. 5.229 mujeres encuestadas de edades comprendidas entre 16 y 42 años.
Mediciones y resultados principales. Se ha analizado el consumo de fármacos anticonceptivos orales y el hábito tabáquico. El 4,6% de las mujeres de 16-42 años había consumido anticonceptivos orales en las 2 últimas semanas, y de ellas el 51,1% fumaba a diario. Las mujeres que toman anticonceptivos orales y fuman lo hacen en mayor cantidad y son con mayor frecuencia grandes fumadoras que las que fuman pero no toman anticonceptivos orales.
Conclusiones. El consumo de anticonceptivos orales y el hábito tabáquico es un hecho frecuente entre las mujeres españolas (colectivo expuesto a un mayor riesgo de padecer determinados efectos adversos). El personal sanitario debe prestar atención a este hábito entre las mujeres que toman estos fármacos.
Introducción
Los anticonceptivos orales son el método contraceptivo más eficaz en comparación con el resto de métodos disponibles1. Por esta razón, el empleo de anticonceptivos orales ha sido objeto de atención constante, no sólo por parte del personal sanitario, sino por la población en general. El hecho de esta trascendencia en el público ha sido debida a varios factores, entre los que destacan su amplia difusión como método de anticoncepción y, sobre todo, su implicación en la aparición de ciertas reacciones adversas.
En este sentido, son varios los efectos adversos atribuidos al empleo de estas sustancias, siendo los más importantes los que tienen relación con la posibilidad de aparición de fenómenos trombóticos e isquémicos de tipo cardiovascular2. Si bien la mayor parte de los estudios, tanto de casos y controles3,4 como de cohortes5,6, apuntan hacia una seguridad aceptable de estos fármacos, especialmente con el empleo de los modernos anticonceptivos con dosis bajas de estrógenos (menos de 50 µg)7. No ocurre lo mismo cuando concurren ciertos factores de riesgo asociados al uso de éstos. Tal es el caso de la presencia de diabetes, hipertensión arterial, historia familiar de fenómenos tromboembólicos, o la interacción con otras sustancias, especialmente con el tabaco8,9.
Lo frecuente del hábito tabáquico entre las mujeres que toman anticonceptivos orales es un hecho que ha sido puesto en evidencia en varios países desarrollados10-13. La importancia de ello radica en la necesidad de la implicación directa por parte del médico prescriptor14, obligado a aconsejar e insistir en la necesidad de dejar de fumar si se desea utilizar anticonceptivos orales como método de contracepción seguro y sin riesgos para la salud.
El objetivo de este estudio es, por una parte, caracterizar el consumo de anticonceptivos orales entre las mujeres españolas, y por otra, analizar el hábito tabáquico entre las mujeres que toman anticonceptivos orales.
Material y métodos
En este estudio se han utilizado los datos de la Encuesta Nacional de Salud de España (1993). Dicha encuesta ha sido realizada por el Ministerio de Sanidad y Consumo (Subdirección General de Información Sanitaria y Estadísticas Sanitarias), con el fin de obtener información acerca de aspectos relacionados con la salud y con el empleo de recursos sanitarios15.
La población diana del estudio es la población española no institucionalizada de 0 y más años. A la hora de realizar las entrevistas se dividió a la población en 2 grandes grupos: niños de 0 a 15 años y adultos de 16 o más años.
La distribución de las entrevistas se ha realizado mediante un muestreo polietápico estratificado por conglomerados. Se hizo una fijación que garantizara un número mínimo de entrevistas por comunidad autónoma (oscilando entre 800 y 2.000, salvo Ceuta y Melilla a las cuales se les asignaron 160 entrevistas a cada una de ellas). Una vez asignadas las entrevistas por comunidades autónomas se realizó una distribución por provincias, otorgando a cada una de ellas 120 entrevistas fijas, y el resto de manera proporcional, salvo en las comunidades autónomas uniprovinciales en que la muestra es autoponderada. La selección de las diferentes unidades de muestreo se realizó de manera aleatoria proporcional en el caso de los municipios, de forma aleatoria simple en el caso de las secciones y mediante rutas y cuotas de edad y sexo para los individuos participantes. Una descripción detallada del diseño muestral se ha publicado con anterioridad15,16.
El número de encuestas diseñadas fue de 26.400 (21.120 adultos y 5.280 niños), si bien, por distintos motivos, el número de encuestas realizadas válidas fue de 26.314 (21.061 adultos y 5.253 niños). Al tratarse de una muestra no proporcional, y en consecuencia, con diferentes tasas de muestreo de los distintos estratos (comunidad autónoma y provincia), se aplicaron coeficientes de ponderación que permitieran agregar los resultados de los distintos estratos, tomándose como unidad de ponderación a la provincia. Una vez ponderados de acuerdo con el peso poblacional, la muestra final fue de 26.334 (21.084 adultos y 5.250 niños)15,16.
La población objeto de este estudio ha sido la de las mujeres de 16 a 42 años (n=5.229). Se ha utilizado este intervalo de edad debido al pequeño número de mujeres que consumían anticonceptivos por encima de esta edad (n=7, 0,15%). La distribución por edad de la población estudiada fue: 16-18 (13,0%); 19-21 (11,5%); 22-24 (13,6%); 25-27 (11,4%); 28-30 (11,4%); 31-33 (10,4%); 34-36 (11,8%); 37-39 (8,5%); 40-42 (8,5%).
En relación con el consumo de medicamentos se realizaron varias preguntas en el cuestionario utilizado15, que han sido procesadas en este estudio: a) si había consumido algún tipo de medicamento en las 2 últimas semanas; b) dentro de los que contestaban afirmativamente a la pregunta anterior, se les permitía que especificaran entre 17 tipos de medicamentos cuáles eran los que habían consumido; para los anticonceptivos se referenciaba en la encuesta como «píldoras para no quedar embarazada»; c) posteriormente, en relación con cada uno de los distintos tipos de medicamentos consumidos, se preguntaba si habían sido recetados o no por el médico, aspecto que también ha sido analizado en este estudio.
Otra de las secciones del cuestionario incluía varias preguntas en relación con el consumo de tabaco15. Se ha considerado como fumadora habitual, o que posee el hábito tabáquico, a aquella que fuma diariamente17. Se ha calculado la media del número de cigarrillos consumidos al día. Así mismo, según esta cantidad se han clasificado en fumadoras ligeras (<10 cigarrillos/día), medias (11-20 cigarrillos/día) y grandes fumadoras (>20 cigarrillos/día)17. No se han tenido en cuenta en estos cálculos el consumo de puros y tabaco tipo pipa.
El procesamiento estadístico de los datos se ha realizado con el paquete estadístico SAS. Se han calculado los porcentajes y las odds ratio (OR) con sus correspondientes intervalos de confianza al 95% (IC95%). La comparación de medias se ha realizado mediante la t de Student, y las variables cualitativas se compararon mediante la ji al cuadrado. En todas las pruebas de hipótesis realizadas se consideró la significación como p<0,05.
Resultados
Un 4,6% (IC95%: 4,0-5,2) de las mujeres españolas entre 16 y 42 años había consumido anticonceptivos orales en las 2 semanas previas a la realizacion de la encuesta. La media de edad (± desviación estándar [DE]) de las consumidoras de anticonceptivos orales (28,1±5,7 años) no difiere de la de la población estudiada (28,0±7,6; p> 0,05). Un 35,0% (IC95%: 32,8-37,2) de las mujeres españolas son fumadoras habituales. Un 2,3% (IC95%: 1,9-2,7) del total de las mujeres encuestadas consume anticonceptivos y es fumadora habitual.
El hábito tabáquico es más frecuente (OR: 1,9; IC95%: 1,5-2,5) entre las mujeres que consumen anticonceptivos orales (51,1%; IC95%: 44,6-57,6) que entre las que no consumen estos fármacos (34,3%; IC95%: 33,0-35,6; tabla 1). Así mismo (tabla 1), la media de cigarrillos consumidos al día ±DE es más alta entre aquellas mujeres que consumen anticonceptivos orales (15,8±9,5) que entre las que no lo hacen (13,8±8,4; p<0,05). En la misma tabla 1 viene reflejado el consumo de cigarrillos al día por intervalos. Puede observarse que el porcentaje de grandes fumadoras es mayor entre las consumidoras de anticonceptivos orales (15,8%), que entre las que no consumen estos fármacos (7,7%).
En las tablas 2-5 se presenta el consumo de anticonceptivos y el hábito tabáquico en relación con una serie de variables sociodemográficas. Se han observado diferencias en el consumo de anticonceptivos orales en relacion con el estado civil (p<0,002; tabla 2), personas con la que convive (p< 0,0001; tabla 3) y situación laboral (p<0,0001; tabla 5), si bien hay que señalar que los intervalos de confianza expresados en varias de las distintas categorías se solapan entre sí. No se han observado diferencias en relación con el nivel de estudios (p>0,05; tabla 5). La mayor frecuencia de consumo de anticonceptivos orales en relación con cada una de estas variables sociodemográficas corresponden a las separadas-divorciadas (8,1%, tabla 2), a aquellas que viven con su pareja sin estar casadas (11,5%, tabla 3), a las que tienen estudios universitarios (5,1%, tabla 4), y a las que trabajan (5,9%, tabla 5). Así mismo, en la tabla 2 se presenta la distribución del hábito tabáquico entre las mujeres que toman anticonceptivos.
Un 18,1% (IC95%: 13,1-23,1) de las mujeres que consumían anticonceptivos orales, los habían tomado sin que se los hubiera recetado el médico, no apreciándose diferencias significativas (p>0,05) entre las que fumaban a diario y las que no lo hacían.
Discusión
Este estudio nos permite caracterizar el consumo de anticonceptivos orales por parte de las mujeres españolas, y refleja la elevada prevalencia del hábito tabáquico entre las mujeres consumidoras de estos fármacos. Por otra parte, no sólo es frecuente el hábito tabáquico, sino que el número de cigarrillos consumidos al día, así como el porcentaje de grandes fumadoras (>20 cigarrillos/día), es más alto entre las que toman anticonceptivos que entre las que no lo hacen. A este respecto, hay que señalar el hecho de que el consumo de 1-4 cigarrillos/día y anticonceptivos orales, se ha asociado con un riesgo relativo de infarto de miocardio de 2,4 (IC95%: 1,1-5,0)18, situación en la que se encuentra una gran parte de las mujeres españolas que toman anticonceptivos orales y fuman, según nuestro estudio.
El hecho de que las mujeres que toman anticonceptivos orales posean frecuentemente el hábito tabáquico ya se ha observado en las mujeres de otros países desarrollados (Dinamarca, Suecia, Canadá, EE.UU.10-13). Sin embargo, el porcentaje de fumadoras entre las que consumen anticonceptivos orales en EE.UU.13 (24%), es menor que en España, en una población de edades similares a las de este estudio.
En los últimos años se ha observado una disminución de la prevalencia del hábito tabáquico en España19,20. Así, en el año 1987, entre las mujeres de 16-44 años fumaban a diario un 39,2%, en comparación con un 33,8% en el año 1993, si bien esta reducción ha sido porcentualmente menor entre las mujeres que entre los varones. Por ello, se hace necesario la implementación de programas específicos de reducción del hábito tabáquico en el colectivo de mujeres jóvenes, consideradas ya como un colectivo específico sobre el que actuar en algunos planes de salud21.
Otro aspecto destacable es que un 18,1% de las mujeres que habían consumido anticonceptivos orales, lo habían hecho sin que el médico los hubiera prescrito, a pesar de que de acuerdo con la normativa vigente en nuestro país son preparados farmacéuticos de dispensación con receta médica. Potencialmente ello puede tener consecuencias negativas para la salud22.
Los programas de promoción de un uso racional de anticonceptivos orales deberían ir dirigidos tanto a la asistencia ginecológica especializada y a los centros de planificación familiar, como a los servicios de atención primaria14.
Las principales limitaciones de este estudio se derivan de las preguntas que hacen referencia al consumo de medicamentos. El cuestionario hace referencia al consumo de medicamentos en las 2 últimas semanas, no pudiendo inferirse por tanto datos acerca de si existe un consumo crónico o no, importante a la hora de caracterizar a colectivos de mayor o menor riesgo. También es desconocida la dosis empleada, aunque en el caso de los anticonceptivos esta limitación tenga menor importancia pues se suelen utilizar dosis estándar si se emplean como anovulatorios. La limitación más importante del cuestionario se encuentra en el desconocimiento del tipo de preparado consumido. Existen en el mercado numerosos preparados, con dosis más o menos altas de estrógenos, que se han relacionado con un mayor o menor riesgo de enfermedad cardiovascular7; a este respecto, hubiera sido interesante poder desglosar a las consumidoras de anticonceptivos orales y fumadoras en dos grupos, aquellas consumidoras de preparados «antiguos» y de preparados más modernos.
Este estudio pone de manifiesto que el hábito tabáquico es frecuente entre las mujeres que toman anticonceptivos orales, aspecto al que el personal sanitario debe prestar atención, dado que ello supone un mayor riesgo de aparición de determinados efectos adversos. Así mismo, debe estar atento al posible uso sin prescripción médica de estos fármacos.
Agradecimientos
La base de datos que contiene la información de la Encuesta Nacional de Salud de 1993 nos ha sido facilitada por el Ministerio de Sanidad y Consumo, Subdirección General de Información Sanitaria y Estadísticas Sanitarias.