Objetivos. Describir la frecuencia y distribución del consumo de fármacos en una muestra de sujetos mayor o igual a 60 años tomada del censo poblacional. Determinar la asociación entre el consumo de fármacos y otras variables sociodemográficas y clínicas (presencia de enfermedades).
Diseño. Estudio epidemiológico transversal de base poblacional.
Emplazamiento. Población rural de la zona básica de salud en Castilla y León (Arévalo).
Participantes. La población estudiada es de 825 sujetos (446 mujeres y 379 varones), mayores de 60 años, con una edad media de 71,84 años.
Mediciones y resultados. Cuestionario estandarizado sobre consumo de fármacos, prescripción y caracteres clínico-demográficos.
Resultados. El consumo de fármacos por persona y día es de 1,92. Los grupos terapéuticos más consumidos eran, por este orden, hipotensores, cardiotónicos, antirreumáticos, vasodilatadores periféricos, digestivos, neurotropos y analgésicos. El número de enfermedades padecido por este grupo de edad es de 2,19. Existe una gran asociación entre el consumo de fármacos y edad sobre todo entre los mayores de 80 años.
Conclusiones. El 75% de las personas del estudio consumían algún fármaco diariamente. El consumo es más alto en la mujer que en el varón. El grupo terapéutico más consumido es el de los fármacos cardiovasculares. Está relacionado directamente con la edad y con el número de enfermedades.
Objectives. To describe the frequency and distribution of the consumption of medicines in a census-based sample of people of 60 or over. To determine the association between the consumption of medicines and other socio-demographic and clinical (presence of disease) variables.
Design. An epidemiological crossover study based in the community.
Setting. Rural population: the Health District of Arévalo in Castilla y León.
Participants. 825 subjects (446 women and 379 men) over 60, with an average age of 71,84.
Measurements. A standard questionnaire was used, containing medicine consumption, prescription, and clinical and demographic features.
Results. The consumption of medicines per person per day was 1,92. Therapeutic groups most consumed were, in this order, hypotension drugs, cardiotonics, antirheumatics, peripheral vasodilators, digestive system drugs, neurotropics and analgesics. The number of illnesses suffered by this age-group was 2,19. There is a strong connection between consumption of medicines and age, especially in the over-80's.
Conclusions. 75% of the target population took some medicine each day. Consumption is higher among women than men. Cardiovascular drugs are the most frequently used therapeutic group. Consumption of medicines is directly related to age and the number of illnesses.
Introducción
Todos los problemas asociados al envejecimiento están cobrando una nueva dimensión debido al aumento de este grupo de población en las sociedades industrializadas. Esto es debido a la disminución de las tasas de natalidad, de mortalidad, y control de las enfermedades infecciosas, resultando de un aumento de la esperanza de vida de la población que, a su vez, conlleva un aumento de las enfermedades crónicas que afectan a más de un órgano o sistema1 y a un aumento del uso y consumo de fármacos2. Como resultado evidente puede asegurarse que el consumo de fármacos aumenta con la edad3 y que si bien los progresos de la medicina han sido notables, existen todavía pocos tratamientos curativos de las enfermedades crónicas que afectan a las personas ancianas. Por consiguiente, la terapéutica es frecuentemente sintomática lo que conduce al uso de múltiples medicamentos y esto lleva a un aumento de los efectos adversos que están en relación directa con el número de fármacos consumidos4. Así, cuando se toman más de 5 fármacos la prevalencia de efectos adversos es del 4%; cuando se toman entre 6 y 10 fármacos su prevalencia es del 7%3. Los pacientes ancianos tienen también más reacciones adversas que las personas jóvenes y esto no es solamente por la polifarmacia sino por los cambios fisiológicos, morfológicos y la plurienfermedad que ocurre en el envejecimiento5.
El uso de medicamentos por este grupo de población es objeto de gran interés tanto en la comunidad médica, por las razones antes expuestas, como por el ingente gasto que supone para la sociedad. Téngase en cuenta que el 21% de los pensionistas de la Seguridad Social, grupo que incluye a la práctica totalidad de las personas mayores de 65 años de este país, consume el 55,85% de las recetas y el 67,8% del gasto farmacéutico6.
El interés por este problema ya fue plasmado en 1984 en la Asamblea Mundial de la Salud7, celebrada por la OMS llamando la atención a la opinión médica mundial sobre el elevado porcentaje de ancianos que consumían algún medicamento, la alta incidencia de efectos adversos y la dudosa utilidad de algunos de ellos para sus problemas de salud8.
Teniendo en cuenta todo lo anteriormente expuesto sobre este tema y los escasos datos existentes sobre el tema en el medio rural español9,10, se decide realizar el presente estudio para conocer el consumo de fármacos en personas mayores de 60 años en el medio rural de la Zona de Salud de Arévalo, así como la distribución por grupos terapéuticos más utilizados por esta población y su relación con la enfermedad asociada, con la edad y el sexo. Este estudio ha sido realizado con los datos obtenidos durante la realización de un estudio sobre la prevalencia de demencia.
Material y método
Emplazamiento del estudio. El estudio se realizó en 11 pueblos (con menos de 1.000 habitantes) pertenecientes a la Zona Básica de Salud de Arévalo (Ávila), que comprende 36 municipios y una población total de 9.325 habitantes (área rural). Las personas mayores de 60 años representaban el 27,6% del total de la población.
Población. La población total mayor de 60 años, residente en la zona del estudio era de 956 personas, según el censo de población al 1 de enero de 1991.
El presente estudio forma parte de un proyecto más amplio, cuyo objetivo principal es la estimación de la prevalencia de demencia en una zona rural.
Este objetivo requería estudiar a todas las personas de la zona elegida para evitar posibles sesgos de selección. El tamaño de la muestra del estudio coincide a priori con la población total de los 11 pueblos mencionados. De los 956 habitantes fue posible estudiar a 825 (86,3% de participación global), de los cuales 446 eran mujeres, y 379 varones, con una edad media de 71,84±7,82.
El tamaño de la muestra estudiado permite estimar frecuencias de uso de medicamentos por grupos terapéuticos tan bajas como del 4,15% en la población elegida.
Para evitar posibles sesgos de selección asociados con el rechazo se investigó mediante fuentes secundarias (historia clínica en el centro de salud, entrevista con el médico de cabecera y familiares) el número, tipo de fármacos, y prescripciones en este grupo, sin que se observaran diferencias significativas con el conjunto de la muestra estudiada. Las características sociodemográficas de este grupo (edad, sexo, nivel de estudios y resto de las variables), tampoco diferían significativamente del conjunto de la muestra.
Se trata de un estudio epidemiológico transversal sobre población mayor de 60 años no institucionalizada, a través de una entrevista domiciliaria estandarizada, realizada por los médicos y enfermeras del Centro de Salud de Arévalo, donde se recogen los datos sociodemográficos, enfermedades asociadas, presión arterial, valoración cognoscitiva básica (miniexamen cognitivo)11 y consumo habitual y actual de fármacos.
El cuestionario general del estudio fue validado en un estudio piloto previo respecto a la comprensibilidad y precisión de la información solicitada. El test de valoración de deterioro cognitivo ha sido validado previamente para la población española11.
El cuestionario de recogida de información sobre fármacos, consta de dos componentes:
Recuerdo del consumo habitual de fármacos (prescritos y no prescritos) y recuerdo del consumo en las últimas 24 horas. Si el paciente presentaba deterioro cognitivo o algún otro trastorno en la comunicación se preguntaba a la persona que le atendía.
Comprobación del recuerdo mediante supervisión y examen de los medicamentos existentes en el domicilio (pregunta: ¿podría enseñarme todos los medicamentos que tiene actualmente en casa?) y asociación del fármaco con un problema de salud concreto.
Para controlar los posibles sesgos de información asociados al sesgo de recuerdo (infraestimación del consumo de fármacos), la información recogida en el domicilio se contrastó con la historia clínica del centro de salud.
El análisis estadístico ha sido realizado mediante el EpiInfo 5.1, con un intervalo de confianza al 95% (IC95%) y significación estadística de p<0,05.
Resultados
De los 956 sujetos, no pudieron estudiarse 131 por los siguientes motivos: 16 (1,65%) se negaron, 19 (1,99%) fallecieron antes de realizar la entrevista, 75 (7,84%) no fueron localizados por cambio de domicilio o errores censales, y en 21 (2,19%) no se obtuvieron datos de la toma de fármacos. Se obtuvo, pues, información en el 95,7% de la muestra válida.
Los 825 sujetos mayores de 60 años estudiados, eran 446 mujeres y 379 varones. La edad media era de 71,84 (±7,82). El consumo medio de fármacos/día por anciano fue de 1,92 (IC95%: ±3,27) que distribuido por sexos fue de 2,07 (IC95%: ±3,17) para las mujeres y de 1,74 (IC95%: ±3,37) para los varones, apreciándose una significación estadística a favor de la mujer (*2: 28,44; gl: 9; p<0,0008). Existe un factor dependiente de la edad en relación con el consumo, es decir, cuanta más edad mayor consumo de fármacos. Sobre los resultados del estudio de correlación entre el consumo de uno o varios fármacos y sexo, estratificado por grupos de edad, vemos cómo en todos los grupos existe significación estadística pero sobre todo en el grupo de los mayores de 80 en relación con los del grupo de 70-79 años (OR: 5,28; tabla 1).
La distribución por número de fármacos/día se expone en la figura 1. El 24,9% del total de los ancianos no consumen ningún fármaco, el 20,0% sólo un fármaco, el 22,6% dos, el 15,8% tres, el 9,7% cuatro, el 6,9% cinco o más.
Entre los pacientes que tomaban medicamentos, el grupo de fármacos más consumidos distribuidos por grupos terapéuticos mediante análisis cualitativo (es imposible cuantificar sin tener en cuenta duración de tratamiento, dosis diaria, tamaño del envase del medicamento) se observa que son los del grupo cardiovascular. El porcentaje se refiere a los medicamentos que el anciano está tomando en el momento de la entrevista y son los cardiovasculares en general en un 39,42% (la suma de los tres grupos siguientes: cardiotónicos [13,48%], hipotensores y diuréticos [17,83%], vasodilatadores periféricos [8,50%]), seguidos de los del aparato locomotor (9,07%), aparato digestivo (8,20%), neurotropos (7,43%), analgésicos (5,7%), broncodilatadores (5,35%), vitaminas (4,8%), hipocolesteremiantes más antiateromatosos (4,3%), dermatológicos (4,15%) y otros (11,21%). La diferente significación estadística entre el varón y la mujer puede observarse en la tabla 2. Es significativo para la mujer el grupo hipotensores y diuréticos, neurotropos y vitaminas, mientras que en el hombre lo son los fármacos para el aparato respiratorio, digestivo, los hipocolesteremiantes más antiateromatosos y otros.
El número de enfermedades padecido por este grupo de edad es de 2,19 (±1,65) con *2 de 18,85 y p<0,2 a favor de la mujer, apreciándose que la relación entre la polienfermedad y el consumo de fármacos tiene significación estadística de p<0,0000.
Discusión
Los resultados aportados por este estudio tienen a nuestro juicio una alta validez interna dado que la entrevista fue personal, en el domicilio del sujeto, y por personal sanitario entrenado, lo que permite disminuir posibles sesgos de información como el de recuerdo o de interpretación en la transcripción de la información obtenida. Además, el hecho de referencia garantiza una mayor representatividad de los estimadores obtenidos y salvaguarda el estudio de potenciales sesgos de selección.
Es de destacar el alto nivel de participación de la población en el estudio (95,7%).
El consumo de fármacos es semejante al de otras series de la población española9,10,12-14 (tabla 3). En nuestro estudio el 75,9% de los ancianos estaba tomando algún medicamento cuando se les realizó la entrevista. Aunque nosotros para el estudio partimos de grupos de población más joven (edad mayor o igual a 60 años y edad media de 71,84), el resto de los grupos de población española, así como algunos estudios internacionales, analizan poblaciones mayores de 65 años9,10,13-21 y con edad media superior a 74 años10,13,18 (tabla 3). Este aumento del consumo de fármacos es mayor en nuestro estudio que en el resto de nuestra comunidad autónoma14.
El número de fármacos consumidos por persona y día era de un fármaco en el 19,9%, dos en el 22,5%, tres en el 15,7%, cuatro en el 9,7%, y cinco y más en el 7,15%; valores semejantes a los datos publicados9.
Las personas mayores de 65 años consumen mas fármacos/día que el resto de los grupos de edad, en la mayoría de los estudios realizados6,14,15: en nuestro estudio, son de 1,91 (IC95%: ±3,22) fármacos al día frente a la media nacional que es de 1,7014 y de 1,529 a 2,3118 en otros trabajos publicados. En cuanto a su distribución por sexos, las mujeres son quienes más fármacos/día consumen, con un 2,07 (IC95% ±3,17) frente a los varones con un 1,74 (IC95%: ±3,37), estadísticamente significativo a favor de la mujer (p<0,002). Esto es debido a que las mujeres refieren peor estado de salud que los varones14,22, en nuestra encuesta vemos que la mujer presenta más polienfermedad que el varón.
También coincidimos con el resto de los trabajos publicados en cuanto a la distribución de los fármacos por grupos terapéuticos, aunque con porcentajes ligeramente superiores a los de otros datos publicados14,18. Los más consumidos son cardiovasculares con un 39,84%, seguido de los antirreumáticos (9,07%), digestivo (8,20%), neurotropos (7,4%). Es de destacar que existen diferencias significativas en cuanto al sexo en el grupo de los cardiovasculares, los cardiotónicos, los hipotensores y diuréticos a favor de las mujeres, lo que indirectamente indica una mayor prevalencia de estas enfermedades en la mujer, así como un mayor consumo de vitaminas. Predominan en los varones los grupos terapéuticos del aparato digestivo, respiratorio y fármacos antiateromatosos e hipocolesteremiantes. Esto está directamente relacionado con las enfermedades más prevalentes en el varón que son las gastropatías y los procesos broncopulmonares, mientras que en la mujer son la hipertensión arterial y las enfermedades vasculares en general6.
Es de destacar el alto consumo del grupo terapéutico del aparato locomotor justificado por la alta prevalencia de esta enfermedad en estos grupos de edad en el medio rural; en cuanto al resto de los grupos terapéuticos no hay diferencias significativas (tabla 2).
En nuestro estudio observamos que el consumo de vasodilatadores periféricos de dudosa eficacia terapéutica, y considerado por algunos autores como índice negativo de calidad de prescripción23, no es tan alto como en otros datos publicados22.
En este sentido el análisis minucioso de la información obtenida en nuestro estudio permitirá profundizar en el estudio de las asociaciones consumo de fármacos-presencia de enfermedad concreta, pudiendo analizar el grado de adecuación de la prescripción y/o consumo a las condiciones patológicas más prevalentes.
Llama la atención en el estudio el consumo de fármacos relacionados con la edad, apreciándose que disminuye en el grupo de los mayores de 80 años con respecto al grupo anterior. Esto pueden interpretarse con una posible compresión de la morbilidad en los últimos grupos de edad1, a la selección natural o la negación por parte del anciano a la medicación o al propio síndrome de Diógenes.
Podríamos concluir que el consumo de fármacos en nuestro medio está en el nivel más alto de los datos publicados en España, tanto en la media por anciano como en el número de fármacos/día, este consumo es mayor en la mujer y lo relacionamos con población muy envejecida, polienfermedad, gratuidad de los fármacos, nivel cultural de nuestros ancianos (recurrir al fármaco como elemento para asegurar la salud)24.