Sres. Directores: La utilización de los anticoagulantes orales está incrementándose progresivamente desde que varios estudios han constatado los beneficios de estos medicamentos en la fibrilación auricular no valvular, y minimizado los riesgos en edades hasta hace pocos años consideradas como contraindicación1. Por otra parte, la disminución de las dosis hasta ahora utilizadas, y la estandarización de la medición del tiempo de protrombina con el uso del cociente normalizado internacional (INR), han contribuido al descenso del riesgo de hemorragia y de complicaciones trombóticas a causa de un mejor control.
Diversos autores nacionales2-5 y extranjeros6,7 son de la opinión de que la atención primaria es el mejor marco para el control de la anticoagulación oral, y que el médico de familia, con una formación específica no mayor que la necesaria para el seguimiento de otros pacientes crónicos como los diabéticos, puede asumir el seguimiento de estos pacientes con calidad suficiente desde su consulta, siempre y cuando cuente con la organización necesaria de la extracción periférica, la coordinación y colaboración del laboratorio de referencia para el procesamiento de las muestras y envío de los resultados del INR vía telefax3.
Si se cuenta con la infraestructura necesaria, la falta de la formación específica necesaria del médico de familia no debe ser un impedimento para la puesta en marcha de protocolos similares que permitan prestar un mejor servicio al paciente.
En un medio rural como es el consultorio de Orduña (Vizcaya), antes de iniciar el protocolo descrito a continuación, los pacientes debían combinar dos medios de transporte públicos (tren y autobús), si no se disponía de transporte privado, para desplazarse 40 km hasta el hospital donde se realizaban los controles periódicos. En mayo de 1994 comenzamos en Orduña la aplicación del protocolo de control de estos pacientes a través del centro de salud, con el objetivo de evitar a los pacientes de la zona los desplazamientos hasta el hospital. Una vez indicado el tratamiento, el primer control se realiza siempre en el servicio de hematología del hospital de referencia. En los posteriores controles la extracción se realiza en el consultorio y las muestras se trasladan al hospital con el medio habitual de transporte de muestras, son procesadas en el laboratorio del servicio de hematología y con los resultados el hematólogo pauta el tratamiento adecuado remitiendo el informe vía telefax al consultorio. El paciente vuelve a última hora de la jornada para que enfermería le entregue los informes y se cite para el próximo control. Las modificaciones del tratamiento que pueden interferir con los anticoagulantes orales se comunican al hospital en el volante de análisis, indicando el nombre del medicamento modificado, dosis y fecha de la modificación y si ha sido preciso adelantar el control. Actualmente 30 pacientes se están beneficiando del protocolo en el consultorio de Orduña, siendo la arritmia completa por fibrilación auricular no valvular el motivo de inclusión más frecuente, tanto en varones como en mujeres.