Sres. Directores: Hemos leído el artículo del Dr. J.M. Baena Díez et al1, además de con interés, con celos. Celos sencillamente porque se nos han adelantado, así que vaya por delante nuestra felicitación por haber tenido la misma idea que pensamos nosotros y llevarla a la práctica antes y seguro que mejor. Sin embargo, nuestro trabajo, que está pendiente de publicación, es algo distinto y nuestros resultados provisionales pueden complementar a los que ellos obtuvieron.
Analizamos, en primer lugar, las diferencias entre ambos estudios. El Dr. Baena et al aportan 782 historias clínicas (HC) de un total de 34.234; es una muestra que incluye al 2,28% de su población. Nuestro estudio, a partir de una población menor, 7.500 HC, analiza un número mayor de HC, 1.091, lo que supone el 14.55%. Él incluye sólo mayores de 45 años con cierta regularidad en asistir al médico (al menos 5 visitas registradas, tres en los últimos 2 años); nosotros hemos admitido cualquier HC de alguien mayor de 14 años, aunque sólo hubiese acudido una vez. Este criterio hace que nuestro estudio tenga más casos de no respuesta, un 40%; frente a un 12% en el del Dr. Baena et al. Al final, estudiamos los datos de glucemia de sus 687 HC de pacientes de más edad y mayor frecuentación, y los nuestros de 655 de todo el espectro de la consulta.
Los resultados principales del Dr. Baena et al son una prevalencia de diabetes mellitus, según los criterios de la Asociación Americana de Diabetes de 1997 (ADA-97)2, del 18,3%, mientras que con los antiguos criterios de 1979, confirmados en 1985 por la Organización Mundial de la Salud3, obtenían un 15,6%. La diferencia del 2,7% no resultaba significativa. Nuestros datos son de menor prevalencia: según los criterios ADA-97 del 9,77%, frente a un 7,78% con los antiguos criterios. Como cabía esperar, esta diferencia del 2%, que tampoco fue significativa, es semejante en ambos estudios. Al analizar nuestros 13 casos de los que escapaban a los criterios antiguos, sólo uno de ellos era menor de 45 años, el Dr. Baena et al no lo hubiesen detectado.
La conclusión de ambos estudios es que se aprecia una tendencia al aumento de diabéticos en nuestras consultas en torno a un 2-3%, sin que podamos decirlo con la significación estadística en la mano. Es razonable estudiar sobre todo a las personas mayores de 45 años.
