Con el objetivo de determinar la prevalencia de depresión infantil y evaluar el rendimiento académico en hijos de padres migrantes, hemos realizado un estudio descriptivo transversal en la Escuela Río Santiago de la Ciudad de Quito (Ecuador) en mayo de 2005. Identificamos a los niños hijos de padres migrantes. Se incluyó en el estudio a 22 niños.
Para el diagnóstico de depresión aplicamos el inventario de depresión infantil (CDI) de Kovacs (2004). El valor de corte fue 19. Así, una puntuación directa ⩾19 indicó sintomatología depresiva. Posteriormente se realizó una entrevista y evaluación clínica psicológica individualizada. Para la obtención de los niveles de rendimiento académico, se revisó el promedio de calificaciones del primer trimestre utilizando una escala cuantitativa sobre 20 puntos (sobresaliente, 19–20; muy bueno, 16–18; bueno, 13–15; regular, 10–12; e insuficiente,<10).
En mayo de 2005, la Escuela Río Santiago contó con 168 alumnos. Identificamos a 22 niños (13,1%) hijos de padres migrantes. De éstos, el promedio de edad fue 9 años (mínima 6 y máxima 12). El 54,6% eran varones y el 45,4%, mujeres. El diagnóstico de depresión se determinó en 8 niños: 5 varones (62,5%) y 3 mujeres (37,5%); la edad promedio fue 10 años (mínima 8 y máxima 12). La prevalencia de depresión infantil en hijos de padres migrantes fue del 36,3%. El rendimiento académico en los niños sin depresión fue sobresaliente en el 7,2%, muy bueno en el 78,6% y bueno en el 14,2%. En los niños diagnosticados de depresión, el rendimiento académico fue bueno en el 75% y regular en el 25%.
La migración en Ecuador se produce de forma alarmante debido a la mala calidad de vida por la crisis política, social y económica actual1. De acuerdo con el V Censo de Población y IV de Vivienda (2001), 504.203 ecuatorianos tienen su residencia fuera del país; y para el año 2005 la tasa de migración fue de 3,4/1.000habitantes2. La ausencia de varones y mujeres, padres de familia en su mayoría, ocasiona el desamparo de sus hijos, que son susceptibles de sufrir agresiones en su salud física, psíquica y mental3. Varios estudios determinan una prevalencia de depresión en la infancia de un 1–2% y en la adolescencia, un 4–5%4,5. Los resultados encontrados en el presente trabajo indican que la migración puede incrementar el riesgo de sufrir este trastorno. La depresión interfiere con el desempeño escolar y las relaciones interpersonales6. Se ha relacionado estrechamente comportamiento violento, uso de alcohol, tabaco, drogas y conducta suicida con depresión7. La ausencia de los padres, la carencia afectiva, el maltrato infantil y la sociedad pueden influir para que estas complicaciones de la depresión sean frecuentes en los hijos de padres migrantes. La migración podría ser una solución al problema económico, pero también es el origen de agresión psicológica al niño y la familia con daños irreversibles.